Culpable. La Justicia federal condenó hoy a una pena de prisión efectiva a uno de los principales alfiles de Ricardo Echegaray durante su gestión al frente de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), tras considerar probado que apretaba a empresarios aprovechándose de su función para cobrarles coimas millonarias.
El Tribunal Oral Federal N° 2 con asiento en Salta concluyó que el otrora lugarteniente de Echegaray, Rafael Resnick Brenner, debía ser condenado a 4 años de prisión por el delito de concusión, es decir, que exigía dinero a los contribuyentes para las arcas públicas, pero terminaba quedándose con ese dinero.
El plazo de prisión que recayó contra Resnick Brenner será mayor, sin embargo, ya que el otrora funcionario ya tiene otra condena sobre sus hombros a tres años de prisión en suspenso. Se debe a su participación delictiva en el “caso Ciccone”, en el que terminó condenado junto al exvicepresidente, Amado Boudou, a su socio José María Núñez Carmona, y al alter ego de ambos, Alejandro Paul Vandenbroele, entre otros.
Dada esa condena previa, los magistrados del tribunal federal con asiento en la capital salteña -Domingo Batule, Marta Liliana Snopek y Federico Santiago Díaz- unificaron los plazos en 5 años y 6 meses de ejecución efectiva, decisión que la defensa de Resnick Brenner apelará ante la Cámara Federal de Casación Penal.
Al condenar a Resnick Brenner, el tribunal convalidó el pedido del fiscal general Carlos Amad, quien había impulsado la acusación por el delito de concusión, aunque decidió absolverlo por el presunto fraude en perjuicio de la administración pública.
El tribunal también absolvió a los otros tres acusados de participar en esa presunta maniobra delictiva en perjuicio del Estado -el también funcionario de la AFIP, Nicolás Antonio Fili, el empresario Pablo Daniel Haddad y el contador Federico Guijarro Giménez-, aunque el primero, Fili, sí fue condenado como partícipe necesario de Resnick Brenner en la concusión.
La condena contra Resnick Brenner y Fili convalidó así la petición del fiscal Amad y de los abogados de la AFIP, quienes consideraron probado que el alfil de Echegaray aprovechó su rol como máximo responsable del organismo en la Regional Salta durante el segundo mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner para embolsar fortunas.
Durante el juicio oral, el empresario Freddy Rosario Tejerina declaró cómo le pagó a Resnick Brenner para arreglar su situación tributaria. Detalló que su holding de empresas quedó bajo la lupa de la AFIP por múltiples inconsistencias que llevaron al bloqueo de la clave CUIT de la firma Wicap SA, por lo que se presentó en la sede del organismo a mediados de 2015 donde lo recibió Resnick Brenner.
“Estás en el horno”
“Con lo que dice aquí estas en el horno”, declaró Tejerina que le dijo el entonces titular de la Regional, quien de inmediato habría cruzado la línea. Le habría sugerido que podían solucionar su situación y evitarle sanciones tributarias si pagaba “honorarios” por $1,5 millón –unos 162.000 dólares al tipo de cambio entonces vigente-.
Ante ese panorama, Tejerina accedió al pedido de dinero, según admitió ante los tres miembros del tribunal, y abonó dos de las tres cuotas de $500.000, una de las cuales detalló que se la entregó a Fili, por entonces al frente del área Jurídica de la Regional Salta de la AFIP, arriba de su auto.
Por su parte, el sucesor de Resnick Brenner al frente de la AFIP en Salta, Guillermo Oro, confirmó la versión de Tejerina. Ante el tribunal, relató cómo supo sobre la interacción entre Tejerina y Resnick Brenner, y cómo este habría repetido la misma modalidad de apriete y negociación ilícita en Buenos Aires y en una finca en la ciudad de Orán.
“Tengo por probado que durante el período en que Resnick Brenner se desempeñó como Jefe de la Región Salta de la AFIP y Nicolás Fili como funcionario de la Región, se le concedió beneficios a través de resoluciones favorables y otras acciones, a distintos contribuyentes a cambio de importantes sumas de dinero”, los había acusado el fiscal Amad. Hoy, el Tribunal Oral le dio la razón.
Fuente La Nacion