Ya hace casi dos años que Felipe Solá no habla con el Presidente Alberto Fernández. Aún así, todo el tiempo refiere a “nuestro gobierno” y aclara que sobre la gestión “no voy a opinar por cómo fui echado” en alusión a su intempestiva salida de la Cancillería para hacerle un lugar a Santiago Cafiero tras la crisis política por la derrota en las Legislativas del 2021.
Diez días atrás lo sorprendió un llamado de Sergio Massa. El ministro y precandidato a Presidente por Unión por la Patria le pidió que lo acompañara a un almuerzo en la Sociedad Rural con los representantes de las entidades del campo.
De memoria recuerda cada elección y cada resultado. Menciona por ejemplo su triunfo de 1991 cuando como primer candidato a diputado nacional por el peronismo enfrentó al radical Leopoldo Moreau. “Ahora estamos juntos”, reflexiona el exgobernador de Buenos Aires, varias veces diputado y exsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca. En este turno en cambio su nombre no figura en ninguna boleta.
Conoce de cerca a Massa, por eso es voz de consulta sobre su precandidatura. En 2018 dejó el Frente Renovador, por el que fue candidato a gobernador convencido de que había que reunificar al peronismo. Bajó su precandidatura para acompañar a Alberto Fernández y hasta le traspasó sus equipo de comunicación, consultoría y fotografía. Ahora vuelve a acompañar a Massa y a una semana de las PASO, habla con El Cronista.
-¿Este año lo desconcierta el resultado? Leí que tiene esperanza
-Sí, tengo esperanza. Vamos a ir a un ballotage. Tengo esperanza en que la gente vea que la Argentina necesita un Presidente que tenga firmeza, Massa la tiene; que tenga templanza, que Massa la tiene; que tenga una gran capacidad negociadora, que Massa la tiene pero que haga lo que hay que hacer. Massa es la persona que está más en las conversaciones como posible presidente, es el momento de Massa. Nadie ha sido nunca tan valiente de aceptar una candidatura siendo ministro de Economía. Y es nuestra proyección hacia el futuro.
-¿Por qué?
-Tiene 50 años y la mayor parte de las cuestiones de negociaciones externas, el frente más difícil que tiene el país, las está manejando él con gran habilidad y serenidad. A una Argentina a la que le faltan u$s 20.000 millones de reservas, 15.000 por la sequía, imaginate este Banco Central con 15.000 millones más. Massa sigue discutiendo lo que endeudó Macri sin tener reservas. Para eso hay que ser muy sólido. Consiguió evitar una devaluación. No es de los que rompen el vidrio y llaman enseguida al Fondo como en 2018. Massa es más tranquilo y tiene más agallas. Resistió durante meses esa exigencia de devaluar el dólar oficial e inventó con su equipo una gran cantidad de maneras de eludir eso sin tener Argentina un respaldo fuerte como tenía antes de la guerra.
-¿Por qué dejó el Frente Renovador?
-En el 2018 decidí ser precandidato a Presidente. Empecé a viajar por el país. En el massismo me aguantaron aunque no era lo previsto porque el líder del massismo era Massa. Yo tenía decidido que teníamos que unir a todo el peronismo contra la posibilidad de que se repitiera Macri. Massa esperó sabiamente para negociar todo lo posible al final, en junio de 2019.
-¿Es un gran negociador con el FMI o en la política?
-Maneja los momentos difíciles, maneja los nervios en los momentos más difíciles y la constancia y la persuasión y la confianza en sí mismo.
-Es muy elogioso sobre alguien que ocupa un lugar que quiso y no ocupó, como ser el precandidato a Presidente…
-Argentina es un país herido por la deuda de Macri, por el Covid, por la guerra. Y después vino la sequía. Son u$s 15000 millones de reservas, una cifra descomunal, y u$s 5000 adicionales que no ingresan a las arcas fiscales por retenciones y por todos los impuestos nacionales que dejan de cobrarse por inactividad. Nos pone en una situación muy delicada.
-¿No son excusas?
-La guerra hay que entenderla. Es un paso de la guerra fría que cambia la cabeza de todos los líderes del mundo y de todos los presidentes. Cambia las relaciones entre todos los países, son distintas con respecto a cuando me fui de la Cancillería. Hay que entender la guerra como una pérdida de importancia de los países periféricos. Es el centro de la definición de por qué nos perjudica. Europa está en guerra, Estados Unidos, China, Rusia está en guerra. Disimulan pero es una guerra fría. Y hay muchos países cerca como Australia o la India.
La relación con el campo
-Entre Provincia y Nación fue once años el responsable de Agricultura, Ganadería y Pesca. Después de la 125 el Frente de Todos y ahora Unión por la Patria intentan sin éxito recomponer con el sector del campo, parecen estar siempre en el pasado sin poder reconciliarse…
-Es cierto. Entiendo perfectamente. Yo voté en contra de la 125 y formé otro bloque. Al año siguiente fui a elecciones y no lo volvería a hacer, no volvería a juntarme ni por asumo ni con Macri ni con Francisco de Narváez que abandonó la política. Tengo bien claro lo del campo pero es una mezcla de entender bien al sector, en realidad varios sectores y estamentos sociales diferentes y producciones diferentes, y también es una mezcla con lo ideológico, la barrera peronista-antiperonista.
-¿Este Gobierno afectó al campo?
-En los productores grandes pesa más lo ideológico; en los chicos, la rentabilidad. Ellos apoyaron gobiernos que perjudicaron al campo. ¿Por qué? Por una cuestión ideológica. Pasaba también con grandes empresarios argentinos.
-¿Es un cambio importante que Sergio Massa haya ido a La Rural?
-No podía dejar de ir. No es solo ir a visitar a los productores socios de la Sociedad Rural Argentina. Es una tribuna que va a salir en muchos medios en donde tenés que estar siempre. Hay que estar siempre donde estén tus adversarios. El faltazo es visto hoy como una falta de responsabilidad y un arrugue, una cobardía.
-Y usted dijo que Massa no arruga
-Nunca.
Las heridas políticas dentro del peronismo
-Da la impresión que Massa está sumando heridos, como usted que fue echado, o hasta a adversarios internos como Scioli, y hasta de La Cámpora
-Es un gesto de alguien que quiere ser Presidente y que necesita ayuda. Es un gesto de sabiduría política pedir ayuda, sobre todo frente a una elección difícil para que cada uno aporte lo que pueda. Estoy dispuesto a aportar por el peronismo, por Massa y por la Patria.
-¿Por Massa en agradecimiento?
-Por Massa porque quiero que sea Presidente, me parece que es el más capacitado para ser Presidente en este momento, sin ninguna duda. Por capacidad, por inteligencia, por energía, por decisión, por capacidad de lucha.
-¿No le tiene miedo al poder como otros dirigentes?
-No le tiene miedo al poder. Antes era más lanzado, ahora está más moderado y ha devenido en hombre de Estado. El con Rossi es la fórmula más competitiva. Agustín es un gran militante y es un excelente hombre de Estado. A veces no se ve. Estar bien rodeado de hombres y mujeres de Estado es muy importante para un futuro gobierno. Yo creo que Massa sabe elegir.
-Pero ¿por qué lo van a elegir si el Frente de Todos no cumplió las expectativas? ¿qué le diría al votante?
-Le diría que mire la tarea de quien nosotros proponemos para presidente, una tarea que empieza el 3 de agosto del año pasado. Massa desactivó una bomba tremenda y viene haciéndole frente a vencimientos que creó Macri, no él. Y que mire el esfuerzo y la decisión para ir para adelante y la enorme fe que hay que tener para hacer eso.
-¿La política es una cuestión de fe?
-Se ha instalado en la Argentina, y la oposición hizo mucho para eso, que somos un país frustrado. Yo pregunto ¿somos una sociedad de frustrados, somos una sociedad de individualistas y egoístas? ¡No! De la misma manera pregunto ¿estaríamos discutiendo con el Fondo si no fuera por Macri? ¡No! Estaríamos en otra etapa, mucho mejor. ¿Tendríamos diferencia dentre dólar blue y oficial que es lo que provoca la inflación? ¡No! No la tendríamos. Tendríamos reservas. ¿Quién puso el cepo? Macri, después de dejar salir U$S 25000 millones que volaron y los tienen que pagar los argentinos. ¿Quién puso de nuevo las retenciones a los productores rurales? Macri en el 2019. ¿Es ideológico apoyar a quien te hace daño?
-Su gran error fue ir en una lista con Macri y De Narváez
-Lo he escrito incluso en mi libro, como todos los errores que he cometido.
La disputa por la Provincia de Buenos Aires y la oposición
-¿Y a Axel Kicillof cómo lo ve?
-A Kicillof lo veo como alguien que tuvo que superar no ser un bonaerense sino un exministro que había sido militante de Capital. El lo superó, hizo una gran campaña electoral. Es muy trabajador y cree en la gestión. Yo también creía en la gestión. Tuvo problemas políticos con intendentes que parece supo superar. Le toca una situación difícil de la Argentina y la provincia es imposible de separarla de cómo le va a la Nación. Kicillof ha cumplido con sus promesas y es enormemente responsable y trabajador.
-No es bonaerense pero vive en La Plata, algo no usual en los gobernadores.
-El se mudó a La Plata no como María Eugenia Vidal que atendía en el Museo Ferroviario. Macri acaba de recordárselo: “Le dije que no viniera a atender en la Capital”. Vidal huyó de La Plata.
-¿Cómo ve a la oposición?
-En primer lugar tienen una pelea de caranchos. Por un bizcocho matan a la vieja decía el criollo. En segundo lugar creo que no pueden hablar en serio de economía. Ellos llegan con las muletas de cuatro años perdidos, los años de Macri. Ni siquiera tienen la frescura que puede traer Javier Milei que dice lo que ellos piensan pero que no se animan. Ellos se van animando de a poquito y se van corriendo a la derecha. Como Milei no gobernó nunca muchos jóvenes lo pueden seguir, le pueden creer. Ellos por miedo a Milei dicen cualquier cosa, sobretodo Bullrich. Y Rodríguez Larreta no ha sabido sostener una personalidad fuerte. Perdió su moderación por miedo a que se le fueran votos por la derecha. Un candidato que tiene convicciones no se mueve mucho de su discurso. El, que es el que tiene más equipo, es el que tiene menos personalidad. No pueden explicar lo que pasó antes y pretenden voltear edificios, quemar el Banco Central, asustar.
-¿Asustar?
-Cuando Patricia habla de orden habla de un orden represor, no un orden basado en la Justicia. Nosotros creemos en el orden pero basado en lo justo, no en quien tiene más fuerza. Nosotros creemos que la firmeza no es injusticia, ni shock ni ajuste. Lo justo es entender a la Argentina y quererla así como es, quererla con sus dramas, con su sindicalismo, con sus empresarios que en muchos casos pagan pésimos sueldos y sacan dólares del país. Hay que querer a la Argentina como es tratando de corregirla pero no pensar que la vida debe ser como Miami o estar buscando modelos externos para aplicar acá. Los argentinos tenemos una ideosincrasia, somos como somos. Nosotros queremos a la Argentina y por eso creemos. Si no amás al país no podés creer. Si no creés no podés crecer. Esta elección es como nunca un enfrentamiento entre lo que es Argentina y la quieren ir mejorando y quienes quieren cambiar todo vía shock, ajustes, rupturas, aumento de la polarización o como dice Milei arancelizando la educación pública. Polarizar, privatizar ya fue eso, ya pasó.
-¿A Juntos por el Cambio le da miedo Milei, y a Solá qué le da miedo?
-La elección no me da miedo. Quiero que se estabilice el frente externo. Y como todos los argentinos quiero que bajemos el índice de inflación. Me da miedo que la oposición recurra a salir al extranjero a hablar mal de la Argentina sin darse cuenta que lo que está discutiendo Massa no es ni de Massa ni del peronismo, es de la Argentina. La inflación es un problema de todos los argentinos, no del peronismo. Por supuesto frente a una elección aún cuando se piense parecido a lo que digo no se va admitir.
-¿El diálogo y el consenso no son una posibilidad en año electoral o nunca?
–El que gane sabe que tiene que ir a un acuerdo. Y ese acuerdo debe ser político y social. Si fuera un acuerdo político sería un acuerdo copular y la sociedad lo rechazaría. Lo que se necesita para salir de esto es un acuerdo político y social, de trabajadores y empleadores, de relaciones con la economía informal, con las organizaciones sociales, en general con el grueso de la representatividad argentina. Ese acuerdo hay que hacerlo desde una posición de firmeza en los objetivos pero de moderación en los métodos. No se trata de ser firme en los métodos y débiles en los objetivos. Sino aparece lo que decía Néstor Kirchner, lo de duros con los blandos y blandos con los duros. Nosotros vamos a ser duros con el Fondo Monetario, con los que evaden o con los que más tienen pero no con los que menos tienen.
Fuente El Cronista