El primer casillero del calendario electoral nacional previsto para 2023 quedará finalmente tildado mañana, cuando se celebren las PASO en todo el país, después de una campaña proselitista que se vio impactada de lleno por hechos de inseguridad registrados en los últimos días en el Área Metropolitana de Buenos Aires.
Las principales agrupaciones políticas decidieron suspender sus actos de cierre luego del asesinato de Morena Domínguez, la nena de 11 años atacada el miércoles pasado por motochorros cuando iba a la escuela en Lanús. Su muerte conmocionó a la opinión pública, aunque se trató de apenas uno de una serie de crímenes ocurridos en el conurbano y que movilizaron a la sociedad en vísperas de los comicios de este domingo.
Mañana las urnas determinarán al vencedor de la encarnizada interna que protagonizaron en Juntos por el Cambio (JxC) Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, así como también permitirán establecer si en efecto Sergio Massa podrá convertirse en el precandidato presidencial más votado, como esperan en Unión por la Patria. El libertario Javier Milei aspira a arrebatarle esa condición, tan simbólica como significativa de cara a las elecciones generales de octubre próximo.
En este sentido, se conocieron encuestas de lo más variopintas durante las semanas previas a las PASO, pero está claro que la inseguridad se coló de forma intempestiva en el tramo final de la campaña y corrió el eje de la discusión electoral: los recientes hechos delictivos en el Gran Buenos Aires relegaron a un segundo plano el debate sobre micro y macroeconomía que venía dominando las agendas del oficialismo y la oposición, como inflación, reservas del Banco Central, cepo al dólar, retenciones a las exportaciones, etcétera.
Así las cosas, el llamado “voto bronca” contra la dirigencia política tradicional -y el actual Gobierno en particular- podría verse potenciado en un contexto de estas características. Se trata este de un factor que agrega, al menor a priori, incertidumbre adicional al resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de este domingo y a la performance que puedan alcanzar, en especial, los precandidatos de Unión por la Patria (UxP).
El propio Massa días atrás se sintió forzado por el contexto y brindó un “discurso a la población” en el que, incluso utilizando lenguaje soez, se refirió a los incidentes de inseguridad en el conurbano bonaerense. Allí, los vecinos piden a gritos mayor presencia del Estado para combatir al crimen, un reclamo que largamente trasciende el ámbito municipal y que golpea con fuerza las puertas del gobierno provincial, que comanda Axel Kicillof, y también de la administración nacional.
Sin embargo, el propio titular de la cartera de Seguridad, Aníbal Fernández, salió a patear la pelota con dirección a La Plata tras el asesinato de Morena (“No es mi jurisdicción”, esgrimió), horas antes de que Massa, asumiendo un extraño rol “símil primer ministro”, recogiera el guante por la noche -tarde- y procurara evitar una fuga de votos hacia ofertas electorales de perfil más duro con relación a la lucha contra la delincuencia: por ejemplo, la que encarna Bullrich.
Ausentismo, otro factor para tomar en cuenta
En filas del bullrichismo, asimismo, consideran que en este escenario abierto en la antesala de las PASO, con la sociedad demandando al Estado que intensifique la batalla contra el crimen, se robustece la figura de la ex ministra de Seguridad de la Nación, de igual modo que sus propuestas vinculadas con la “mano dura”, y al mismo tiempo se aplaca el clima de optimismo generado en el larretismo en los últimos días, a partir de las adhesiones que sumó la postulación del alcalde porteño.
Otro factor que podría afectar el desempeño de Rodríguez Larreta en las urnas es el ausentismo. El nivel de participación es un aspecto que preocupa sobre todo al oficialismo, que teme que un número significativo de ciudadanos que votaron al peronismo en 2019 se mantenga al margen de estos comicios: básicamente, gente decepcionada con la gestión de Alberto Fernández como primer mandatario. Pero también un moderado como el jefe comunal de la ciudad de Buenos Aires podría verse perjudicado por una menor concurrencia mañana a los centros de sufragio.
¿Por qué? Porque es más probable que un indeciso le dé la espalda a las elecciones de este domingo, o bien un desencantado con la política tradicional: es decir, alguien con un perfil más de centro. No sería el caso de quienes ya tienen decidido respaldar a Bullrich o a Milei, ni tampoco el del votante “cultural” del peronismo, independientemente de quien se postule. De todos modos, será interesante observar el porcentaje que alcance finalmente mañana el dirigente social Juan Grabois, respaldado por el núcleo duro kirchnerista, en su interna con Massa.
A propósito, es probable que esa disputa en el oficialismo contenga su propia dosis de “voto bronca”, enarbolado por aquellos que no sienten que el actual ministro de Economía los representa en su rol de precandidato presidencial. Se trata de militantes y ciudadanos en general que acudirán a las urnas sabiendo que Grabois muy posiblemente no será quien encabece en definitiva la boleta de UxP el 22 de octubre próximo, pero que ven en él una suerte de “reserva moral” del kirchnerismo en la contienda contra Massa.
De cualquier manera, se trata de sufragios que terminarán sumando para la causa peronista, más allá de que ambos contrincantes aguardarán por separado el resultado de los comicios este domingo, a diferencia de lo que sucederá en JxC, cuyo búnker estará unificado. Asimismo, volviendo a la alianza opositora, Rodríguez Larreta procuraba en los últimos días de la campaña seducir a los indecisos y a los llamados “votantes silenciosos”. Es decir, a aquellos que permanecen alejados de las redes sociales, que no se involucran en discusiones proselitistas ni suelen responder encuestas.
Los “atributos electorales” que se esforzaba por blandir se relacionaban básicamente con la gestión, el diálogo y el consenso como punto de partida para avanzar hacia las transformaciones que el país necesita para salir adelante. No obstante, la seguidilla de hechos delictivos en el AMBA podría azuzar una migración de ese votante moderado -al que le venía hablando el alcalde porteño- hacia propuestas más radicalizadas: “En el inconsciente colectivo se valora mucho la gestión que hizo Patricia como ministra de Seguridad y su discurso duro prende mucho más rápido en un escenario como el actual”, subrayan voceros del bullrichismo.
Está por verse, de todos modos, la trascendencia nacional que puedan cobrar los acontecimientos registrados básicamente en el Gran Buenos Aires en vísperas de las PASO o bien la muerte del militante de izquierda Facundo Molares tras ser detenido por la Policía de la Ciudad en plena plazoleta del Obelisco porteño. En definitiva, son variados los disparadores de interrogantes que sobrevuelan el escenario electoral.
Incluso en este contexto, oficialistas y opositores aguardan confiados el veredicto de las urnas y hasta sin “plan B”, como aseguran en las filas de Rodríguez Larreta. “Nunca hay plan B en política”, dijo una fuente muy cercana al alcalde porteño a Noticias Argentinas, mientras esperan vencer este domingo a Bullrich y seguir en carrera en busca de la Presidencia de la Nación. Al día siguiente, comenzará una nueva historia para la mayoría de los hoy precandidatos, ya de cara a octubre, pero en JxC uno de los dos quedará en el camino.
Fuente Mendoza Today