Las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) celebradas este domingo dejaron un escenario que parecía improbable, nadie esperaba que el líder libertario Javier Milei sea el candidato más votado ni que el oficialismo termine en tercer lugar.
Tampoco se esperaba que la diferencia de votos entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta sea tan amplia con una brecha de casi un millón y medio de votos, por el contrario, se esperaba que haya un empate técnico.
Mucho menos se esperaba que la participación del padrón sea tan baja, ni siquiera tocando el 70%, acaso la elección presidencial con menos votantes desde el regreso de la democracia en 1983.
Esto deja al descubierto una cuestión fundamental, y es el hartazgo de la sociedad en relación a la vieja política, la que tendrá que hacer un mea culpa y empezar a analizar por qué se dieron los resultados que se dieron.
Por otro lado, también quedó demostrada la preferencia hacia el discurso duro por sobre el blando. Ello llevó no solo a la gran victoria de Milei sino a que Bullrich gane la interna dentro de Juntos por el Cambio.
Otro dato a tener en cuenta es el tercer lugar en el que quedó Unión por la Patria, en cuya interna se impuso Sergio Massa por sobre Juan Grabois. No solo eso, sino que el kirchnerismo perdió en la provincia de Santa Cruz, histórico bastión de los Kirchner.
Ante estos sucesos no fueron pocos los que aseguraron que el kirchnerismo murió como fuerza política. No obstante, resulta demasiado apresurado hacer ese análisis, primero porque entre ambos candidatos se superó el 27% de los votos, y segundo porque de mantenerse ese resultado, el oficialismo tendrá una gran representación en el Congreso de la Nación.
Asimismo, vale recordar que algo similar se decía en 2015, cuando el hoy oficialismo perdió frente a Mauricio Macri a nivel nacional y de la mano de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, la madre de todas las batallas, para luego imponerse nuevamente en 2019.
El escenario de cara a octubre
Tras dirimirse internas, los candidatos a presidente que superaron las PASO tendrán una nueva pelea el 22 de octubre, donde lo más probable es que se dé un resultado que obligue a darse un balotaje en noviembre.
Lo primero a tener en cuenta es que no necesariamente los números se respeten a nivel partidario. El votante de Grabois es un votante que no mira con buenos ojos la gestión de Sergio Massa, por lo que es probable que muchos de esos votos migren para la izquierda liderada por Myriam Bregman y Nicolás del Caño.
Lo propio puede suceder con Juntos por el Cambio, aunque vale destacar que el discurso de Patricia Bullrich es duro, más parecido al de Milei que al del perdedor de la interna Horacio Rodríguez Larreta.
Un tercer factor que será fundamental va a ser la participación del padrón electoral. Normalmente en las elecciones generales es mayor el número de personas que asisten a votar y habrá que ver a quién eligen.
Hay también que recalcar el giro hacia la derecha del votante promedio, no casualmente Milei se impuso en provincias históricamente peronistas, como es el caso de Tucumán y Santiago del Estero.
Además hay provincias que el peronismo perdió pareciendo algo prácticamente imposible, como es el caso de San Luis o la ya mencionada Santa Cruz, donde Juntos por el Cambio logró superar a los oficialismos provinciales.
Teniendo en cuenta estos datos, es probable que la mayor pelea de cara a las generales y a un eventual balotaje se dé entre Patricia Bullrich y Javier Milei, aunque por el momento es imposible aseverarlo.
También impactará en el voto la inflación, que se estima que crezca este mes luego de la decisión del Banco Central de llevar el dólar oficial a $365,50.
En fin, las dudas son millones y las respuestas limitadas y casi nulas, por lo que, si bien se puede proyectar un tipo de tendencia, no hay nada dicho de cara a las elecciones generales de octubre.
Fuente Mendoza Today