El Gabinete de Política y Seguridad política decidió varias medidas para fortalecer la Autoridad Palestina o evitar su colapso.
Por el profesor Kobi Michael
La decisión del gabinete fue precedida por la declaración del primer ministro [Benjamín] Netanyahu sobre lo que Israel considera como la necesidad de una Autoridad Palestina fuerte y funcional.
Es claro que el primer ministro y la mayoría de los ministros del Gabinete entienden que una Autoridad Palestina estable y funcional redunda en el interés estratégico de Israel, y que cualquier otra alternativa en este momento perjudicará tanto los intereses esenciales de Israel como la estabilidad en la región.
La estabilidad de la Autoridad Palestina y su mejor desempeño son necesarios para la estabilización de los aparatos de seguridad, como condición para una cooperación de seguridad continua con Israel y para garantizar la capacidad de la Autoridad Palestina para gestionar la vida diaria de la población civil y sus necesidades actuales.
El colapso de la Autoridad Palestina conducirá inevitablemente a la transferencia de la carga a Israel y requerirá una toma militar israelí de la zona para evitar que Hamás, la Yihad Islámica u otras milicias armadas tomen el control.
El hecho de que sea en realidad un gobierno de derecha –que tiene componentes ideológicos que buscan abiertamente la destrucción de la Autoridad Palestina y la anexión de toda o la mayor parte de Cisjordania por parte de Israel– el que haya tomado decisiones importantes de este tipo indica que el primer ministro y el establishment de seguridad han internalizado la gravedad de la situación, incluido el enorme riesgo de la ausencia de una aplicación efectiva de la ley contra los judíos extremistas que infringen la ley, entre ellos los “Jóvenes de las Colinas” y sus partidarios.
Sin embargo, en ausencia de una idea estratégica amplia y ordenada con respecto a la arena palestina, la decisión sigue cautiva de las limitaciones inherentes a la falta de una brújula y un contexto estratégicos.
Si, a los ojos del primer ministro, la normalización con Arabia Saudita es lo que cambiará las reglas del juego: una medida que conducirá al diseño de una nueva arquitectura regional y hará de Israel una entidad legítima y bienvenida dentro del espacio árabe y más allá del mismo, en el espacio islámico (mirando hacia Indonesia y Malasia) y consolidará su estatura regional, económica y de seguridad: se necesitarán medidas adicionales frente a los palestinos.
Es dudoso que bajo la actual coalición el primer ministro pueda comprometerse a adoptar tales medidas.
Por lo tanto, puede ser necesario cambiar el mapa político en Israel y rediseñar la coalición, para aprovechar la oportunidad histórica de replantear y acordar la reforma judicial, de una manera que ayude a mitigar las divisiones y fortalecer la cohesión interna.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
Fuente Aurora