Médicos del Hospital Sheba se asociaron con centros médicos de Pakistán para crear el Programa Ruta de Seda del Retinoblastoma, mediante el cual niños afganos diagnosticados con este cáncer mortal son transportados a través de la frontera a Pakistán para recibir tratamiento, informó Enlace Judío.
El retinoblastoma es un cáncer ocular maligno poco común que se presenta con mayor frecuencia en niños pequeños de hasta cinco años. En los países desarrollados donde los niños con la enfermedad pueden recibir diversos tratamientos, casi todos sobreviven, aunque muchos pierden el ojo afectado. Sin embargo, en los países de bajos ingresos, las tasas de supervivencia están por debajo del 50%. La Organización Mundial de la Salud apunta a una tasa de supervivencia global del 60% para 2030.
Cada año se diagnostican cerca de 100 nuevos casos de retinoblastoma en Afganistán, pero el país carece de la infraestructura médica para proporcionar los tratamientos necesarios.
El Prof. Ido (Didi) Fabián, experto en tratamiento de tumores oculares en el Centro Médico Sheba, encabezó el proyecto luego de que en 2017 notó una necesidad de ayuda particularmente fuerte en Afganistán mientras realizaba un estudio sobre el cáncer.
“Si la enfermedad no se trata de manera efectiva, el niño corre el riesgo de morir”, dijo Fabián. “No solo perderá la visión, no solo perderá un ojo o ambos ojos, sino que el niño morirá. … No tienen centros de tratamiento en Afganistán“.
Leer más – Misterio: encontraron fallecido a ciudadano extranjero en el Mar Muerto
Fabián coordinó con médicos de varios centros médicos paquistaníes, pero terminó trabajando principalmente con el Hospital Infantil de Lahore, la segunda ciudad más grande de Pakistán.
“Desafortunadamente, para todos aquellos pacientes diagnosticados con retinoblastoma en Afganistán, no hay instalaciones locales disponibles que ofrecen tratamiento a estos niños pequeños. El tratamiento está disponible aquí en Pakistán“, dijo el Dr. Huma Zafar, oncólogo pediátrico del Hospital Infantil.
Fabián solicitó y recibió financiación del Centro Médico Sheba para organizar tres equipos. El primero es un equipo de Sheba que ayuda a coordinar el programa. El segundo equipo, en Afganistán, se dedica a transportar a los niños y sus familias a Kabul, donde reciben un permiso especial para ingresar a Pakistán y recibir tratamiento médico. Luego, el equipo lleva a las familias a la frontera con Pakistán. El tercer equipo las recibe en la frontera, los traslada a Lahore y les busca alojamiento durante el período de tratamiento.
Sheba evalúa a los pacientes a través de la telemedicina. Cuando un niño llega a un centro de salud en Afganistán, se realizan pruebas y se envían datos al equipo en Israel para que considere el mejor tratamiento.
“En los viejos tiempos, tenías que sentarte en la misma habitación y pasar todo tipo de pruebas diagnósticas. Pero hoy es mucho más fácil hacerlo en línea a través de diversas aplicaciones como Zoom o Skype”, explicó Fabian.
“La política es para los políticos. Todos somos profesionales médicos, por lo que no hay fronteras en nuestro mundo. Lo que veo frente a mí son niños con retinoblastoma que no pueden ser tratados, y la idea es llevarlos a un centro de tratamiento especializado y tratarlos lo antes posible”, agregó.
Desde el inicio del programa, los equipos han transportado a 10 pacientes. Zafar indicó que el Hospital Infantil trató con éxito a varios pacientes y un niño ya regresó a su hogar en Afganistán después de un procedimiento exitoso.
“Además de brindar servicios a estos pacientes, comenzaremos a capacitar a los equipos locales, para que tal vez después de unos años sean autosuficientes y puedan tratar a sus propios pacientes”, dijo. “Se necesitarán menos recursos si realmente construimos un centro allí. Con algo de financiación, tal vez esa sea otra opción, que puedan venir a Pakistán, regresar y abrir su propio centro”.
Fabián expresó la esperanza de que el programa sea un modelo para que otras naciones aumenten el acceso de comunidades desatendidas a procedimientos médicos que salvan vidas.
Fuente Vis a Vis