Pocos artistas españoles han sido tantas veces entrevistados como Miguel Ríos, con un bagaje tan acumulado en el tiempo cuando celebra el 40 aniversario de su concierto histórico en Madrid del ‘Rock & Ríos’ en 1982, momento en el que ya conmemoraba otras dos décadas de carrera. Como experiencia nueva, ABC le somete a un peculiar interrogatorio en el que todas las preguntas parten de letras o títulos de sus canciones, exclusivamente.
Sus fans más aplicados encontrarán la conexión con este acervo cultural de un maestro tan rockero como cantautor en sus mensajes, que ha pasado por Alicante (donde rememoró su recital del 82 en estadio Rico Pérez y el del ‘Rock de una noche de verano’ un año después en Benidorm) y el próximo sábado, 9 de septiembre, se subirá al escenario en Valencia.
—Millennials, generación Z, X, Y o baby boomers… ¿qué tienen en común con aquella ‘Generación límite’ que acuñó Miguel Ríos?
Pienso que el concepto «generación límite», lo impone el sistema neocom en el que se basaban las políticas Reagan y Thatcher. Eso de colocar el mercado, las corporaciones, la mano de obra barata, la desigualdad y el injusto reparto de la riqueza, por delante de los ciudadanos, fue creando flagrantes «generaciones límite». Mi generación creyó en la utopía del ser humano libre, y desde la llegada del neoliberalismo, la humanidad retrocede ante la siniestra sombra de un mundo distópico.
—¿Y cuántas de sus predicciones para el ‘Año 2000’ se cumplieron en esa fecha o hasta la actualidad? ¿Echa algo de menos en nuestra sociedad?
Bueno, la canción está inspirada por un libro llamado «La tercera ola» de Alvin Toffler, el sociólogo americano. Era una lista de previsiones de lo que sería el siglo XXI, en la que se adelantaban los sucesos más previsibles que podían acaecer a la sociedad. En fin, el cibercontrol, el aumento de la desigualdad, las guerras interesadas… Todo eso sigue pasando. Yo echo en falta algo de compasión, de esa que espera de recompensa posterior.

Público durante su recital en la plaza de Toros alicantina.
—Al menos, hemos progresado como para no sufrir una lacra como la de ‘Un caballo llamado muerte’, ¿o seguimos ‘Buscando la luz’?
Por suerte, el «caballo» parece que está perdiendo la carrera. Pero tenemos el fentanilo [analgésico opioide más potente que la heroína y la morfina], que ha creado legiones de zombis, para enriquecer a una respetable familia americana. El ser humano tiene la necesidad de buscar consuelo emocional, ante tanto vacío ambiental.
—Y hablando de iluminación, ¿cuál podría ser hoy ‘La ciudad de neón’? ¿En qué urbe se inspiró para la letra de esa canción?
Ese tema está inspirado en la vida de los barrios marginales de finales de los años setenta. En aquellos años el neón se puso de moda para alumbrar la sordidez de la marginación.
—¿A qué personaje conocido le otorgaría el estatus del kamikaze rebelde y contestatario que grita ‘Banzai’ y «cambia las tinieblas por imaginación’»?
No había un personaje detrás de esa canción, había grupos de chicos que no querían aceptar el rol que imponía el franquismo. Para enfrentar la censura, el paro, la falta de oportunidades y no caer en el intento, hacía falta mucha imaginación.
—¿…Y quién sería ‘La reina de la noche’?
Mi «Reina de la noche» es la muerte. La muerte se representa de muchas maneras, como todo el mundo puede ver. Donde triunfa sin rival es en las guerras infinitas que vivimos.

El cantante granadino y miembros de su banda al fondo, entre ellos el guitarrista John Parsons, que tocó en el histórico ‘Rock & Ríos’ en 1982.
—Si es cierto que el ‘Rocanrol es bumerang y por eso siempre volverá’, ¿en qué grupos ve reflejado aquel espíritu, en estos tiempos de reggaeton, rap, trance y otros estilos?
En Pearl Jam, Arctic Monkeys, Foo Fighters, por poner algunos que molan, y de aquí un montón: Carlos Tarque, Quique González, Lapido, Vetusta Morla, Love of lesbian… Pero yo no menosprecio lo nuevo y respeto a los que lo hacen, aunque a mí no me emocione.
—Reivindicar tabaco y alcohol no parece ahora muy políticamente correcto, pero ¿mantiene aquello de que «las pistolas y cuchillos, entre copas y pitillos no tienen nada que hacer» o habría que revisarlo? ¿Quién controla aquí «en forma de ‘Nueva ola’ lo que va a suceder»?
Son textos escritos para reflejar una época. El relato del triunfo de lo nuevo sobre lo establecido. Pero la canción no es mía: la música es de Javier Vargas y la letra de Fernando Vázquez y no creo que les importe ser políticamente incorrectos. Como a mí.
Fuente ABC