La baja de los dólares financieros y del blue le da un alivio al Banco Central, para que en su reunión de directorio del jueves de la semana que viene no tenga que subir la tasa de interés de política monetaria.
La decisión llegará luego de que el miércoles se anuncie una inflación que será de dos dígitos, la más alta desde 1991, y que podría llegar al 11%. El 10,8% del IPC de la ciudad de Buenos Aires suele ser un parámetro de lo que se da a nivel nacional en el IPC, que siempre se anuncia después, ya que el Indec lo último que carga son los datos de las provincias.
Sin cambios
La decisión que tiene hoy el equipo económico es dejar la tasa tal como está, en el 118% nominal. Para explicar esa decisión, pondrán acento en la otra tasa, en la efectiva anual del 209% al renovar capital e interés cada 30 días.
En el Gabinete Económico hacen hincapié en mirar hacia adelante al fijar la tasa, en la inflación futura, no en la pasada, y en ese sentido ven que los grandes aumentos de precios ya pasaron, al compás de la devaluación. Ahora, con el tipo de cambio oficial que se mantendrá en $ 350, no prevén mayores sobresaltos.
La baja de los dólares financieros y del blue le da un alivio al Banco Central, para que en su reunión de directorio del jueves de la semana que viene no tenga que subir la tasa de interés de política monetaria.
Dólar en calma
Además, el descenso en el precio de los dólares financieros, tanto en el contado con liquidación que cayó 3% a $ 742, como en el blue de $ 720 a $ 715, provocarán un freno al alza de precios.
Por otro lado, son conscientes de todos los efectos nocivos que tiene una suba de tasas, ya que alimenta aún más el déficit cuasifiscal por los intereses que se debe pagar por las Leliq, además de poner un freno en la actividad.
La decisión que tiene hoy el equipo económico es dejar la tasa tal como está, en el 118% nominal. Para explicar esa decisión, pondrán acento en la otra tasa, en la efectiva anual del 209% al renovar capital e interés cada 30 días.
Encarece aún más el financiamiento, tanto para los individuos en los préstamos personales y en quienes pagan el mínimo de la tarjeta de crédito, como a nivel corporativo y en las pequeñas y medianas empresas.
Costo financiero
El problema es que sube el costo de financiarse con el banco, ya sea en un descuento de cheques como en adelantos en cuenta corriente. Como las empresas deben cargarle ese costo al producto, la consecuencia es un aumento en los precios.
La contingencia de no subir la tasa con una inflación de al menos 10% que superará al 9,7% mensual que pagan los plazos fijos es que pueda originar un alza del dólar libre, que hoy está retrasado con respecto a la inflación, y que suba de golpe todo lo que no sólo no se actualizó, sino también lo que estuvo bajando.
Fuente El Cronista