
Por cuarta ocasión en apenas siete años, el Grupo Popular y el Socialista volvieron a cerrar filas en las Cortes en torno a la financiación autonómica para urgir al próximo Gobierno, «sea el que sea», a iniciar «una negociación multilateral» con todas las comunidades y diseñar el nuevo modelo desde «el respeto al principio de igualdad y el orden constitucional». Fue uno de los puntos acordados por ambas formaciones «en un buen día para Castilla y León», en palabras del proponente y portavoz de los populares, Raúl de la Hoz, encargado también de explicar las otras partes del texto que salió adelante con una enmienda de los socialistas incluida. En él se reclama que no se adopte en el proceso de conformación del gobierno nacional ni con posterioridad «ningún acuerdo que condicione la capacidad financiera del Estado en relación con la financiación autonómica» de éste y del resto comunidades, además de rechazar «la condonación o quita» de la deuda de cualquier autonomía sin que pase por el Consejo de Política Fiscal y Financiera «respetando el principio de igualdad de trato» de los ciudadanos.
Y es que, en palabras de De la Hoz, «no puede ser que al que lo ha hecho encima mal se le trate mejor», en clara referencia a Cataluña y las negociaciones que estarían manteniendo los partidos de izquierdas «con formaciones secesionistas y filoterroristas» para conformar el futuro gobierno.
Pese a la unidad en torno a esta proposición de ley -se votaron los tres puntos y no se alcanzó la unanimidad pero si el sí de los dos grupos mayoritarios-, las chispas saltaron desde el primer momento en cuanto a la lectura política de lo sucedido en las generales del pasado 23 de julio y por los pasos dados por los distintos partidos. Si el portavoz popular lamentó «los indicios» de que el PSOE «aceptará los chantajes de los nacionalistas radicales que han puesto sobre la mesa las exigencias para la investidura y que el PP ha rechazado con claridad», el procurador socialista José Francisco Martín comenzaba su alocución señalando que «el PP tiene muy mal perder ganando o muy mal ganar perdiendo» y mostrando su «fatiga» por «tener que enseñar la financiación autonómica a estos bisoños», en referencia posiblemente a los parlamentarios de Vox. Martín afirmaba también que la reforma del sistema «se utiliza como oposición al gobierno de verdad -en referencia al de Pedro Sánchez-», e ironizaba sobre que la propuesta de los populares llega por qué «saben que lo de Núñez Feijóo -su intento de ser investido- es una pérdida de tiempo y que Sánchez será el presidente».
La respuesta de De la Hoz pasó por reconocer que «quizás no aceptar el chantaje nos lleve a la oposición pese a haber ganado las elecciones», pero «estaremos orgullosos de que en ningún caso vamos a admitir el quebrantamiento del orden constitucional a cambio de una poltrona» porque «el poder no se puede alcanzar a cualquier precio y no todo cabe en democracia ni es legítimo», señaló antes de acusar a los socialistas de «estar dispuestos a tragar para seguir en La Moncloa». En todo caso, agradeció que «a regañadientes y con la boca pequeña» el Grupo Socialista «se haya puesto de nuestro lado y sea por una vez el de González, el de Guerra, el de Lambán, el de Page, el de Jaúregui,…». «Hacen un favor a Castilla y León, a pesar de enfrentarse a su líder, al que ahora llamarán por teléfono para decirles que se han visto obligado a hacerlo».
Una «felonía»
Desde Vox, llamaron a evitar «la felonía de pactar con delincuentes, prófugos, traidores y golpistas» porque a Sánchez «y sus secuaces» sólo les importan el sillón de La Moncloa.
Por parte del Grupo Mixto, Pablo Fernández (Podemos) se sumó a las tesis del PSOE al considerar que la iniciativa del PP «es la constatación palmaria de su rotundo fracaso y de que sabe que no va a gobernar este país ni ahora ni en las próximas décadas», mientras Francisco Igea (CS) concluyó que el Grupo Popular «confirma que no hay investidura de Feijóo».
Fuente ABC