Por Eduardo Paladini
Los votantes ratificaron en siete provincias su rechazo a los oficialismos. Y quedó golpeado el peronismo del norte.
Por ciertas particularidades, la primera señal de cambio en las elecciones provinciales dejó margen para distintas interpretaciones. En el lejanísimo 16 de abril de este año, la derrota del MPN en Neuquén terminó con la hegemonía de una fuerza que llevaba más de 60 años en el poder. Pero como el batacazo lo daba un ex aliado de ese mismo movimiento (“Rolo” Figueroa), primero impulsado por Mauricio Macri y luego apoyado por Horacio Rodríguez Larreta, casi que hubo delivery de análisis. Con un plus: ese mismo día, el oficialismo de Río Negro ganaba con Alberto Weretilneck en esa provincia.
Lo que vino después a nivel local fue más contundente: cinco derrotas del peronismo a manos de candidatos de Juntos por el Cambio. Desde el bastión de los Rodríguez Saá en San Luis a la estratégica Santa Fe, pasando por San Juan y Chubut, más ahora Chaco. También hubo sorpresa en la emblemática Santa Cruz, pero a manos de una fuerza local.
Se trata de una señal dentro de la pelea de la grieta pero sobre todo hacia afuera. La voluntad de cambio se fue desparramando por diferentes zonas del país. Antes y después de las PASO nacionales. En las que también la gente manifestó su hartazgo con el oficialismo, que en nombre del peronismo/kirchnerismo terminó en tercer lugar y debajo de los 30 puntos. Históricamente malísimo.
Lo que varió respecto al 2015 y el 2019 es quién sería el beneficiario de esa voluntad de cambio del electorado. Los referentes de Juntos intuyeron erróneamente que quien ganara su interna sería el próximo presidente. Esa falsa certeza demoró el corrimiento de Mauricio Macri y embarcó a Bullrich y a Larreta en una interna con daños impensados. Hasta que se coló Javier Milei.
Así, el candidato libertario terminó como el más votado en las primarias, con escaso margen pero suficiente para romper la polarización y llenar de dudas a Juntos y al renombrado Unión por la Patria.
Cuando se analizan los números de Milei en las provincias, se enciende otro alerta para las grandes coaliciones. La Libertad Avanza arrasó a nivel nacional donde no había hecho pie en los comicios locales. Los ejemplos sobran. Y generan nuevas dudas hacia adelante.
En Chaco, por caso, Milei salió segundo en la PASO presidencial con casi 29 puntos y este domingo, un candidato que quiso jugar en su nombre -sin el apoyo formal del economista- no llegó a 7%.
El cambio provincial y el cambio nacional
Aun en la euforia, esto llama a Bullrich a tomar con recaudo estas victorias parciales de su alianza. Un ejemplo: la misma consultora que acertó el rotundo triunfo de Maximiliano Pullaro en Santa Fe (por casi 30 puntos) tiene a Milei arriba para el 22 de octubre. Como si la voluntad de cambio de los votantes se dividiera en dos, con un tono a nivel local y otro a nivel nacional.
Por eso, el probable triplete consecutivo que coronaría Juntos por el Cambio el próximo domingo en Mendoza en comicios provinciales no necesariamente confirma un repunte de Bullrich para la presidencial. O no en la dimensión que espera la candidata.
Quien claramente se quedó sin nada para festejar este domingo es Sergio Massa. No sólo por esta tendencia a castigar a los oficialismos, sino porque el golpe vino por uno de los lugares menos deseados.
En su tablero de arena, donde sueña un ingreso al balotaje contra Milei, el ministro confía en recuperar votos del “norte peronista”. La señal chaqueña va en sentido contrario, confirma el otro dato central de cara al 22-O y abre (más) dudas sobre sus chances reales.
Otra clara derrotada este domingo fue Cristina Kirchner por su relación con Capitanich. Desde que lo trajo a la jefatura de Gabinete en su segundo mandato, el chaqueño cumplió sin chistar con las órdenes más polémicas de la ex presidenta. ¿Dos de las últimas? ponerse al frente del pedido de juicio político y reclamar la ampliación de la corte Supremea.
Fuente Clarin