«La paradoja, Alfonso, es que nosotros defendemos las posiciones del partido, pero como no se oye más que el ruido, la gente no lo cree. Estamos defendiendo al último partido que queda de los que negociaron el pacto constitucional». La frase de Felipe González resonaba esta noche en el Ateneo de Madrid, pocos minutos antes de las 21.00 horas, ante un auditorio abarrotado, el mismo día en el que el Real Madrid debutaba en el Bernabéu en la Liga de Campeones, circunstancia que en la capital suele garantizar el fracaso de convocatoria de cualquier otro evento.
No ocurrió este miércoles. Decenas de personas se arremolinaban en la calle Prado desde las siete de la tarde, mientras una nutrida representación de la vieja guardia socialista, con exministros y antiguos dirigentes como Nicolás Redondo o Juan Carlos Rodríguez Ibarra iba llegando al lugar donde se presentaba el último libro de Alfonso Guerra, y donde después de muchos años el exvicepresidente compartía escenario con su antiguo jefe de filas y compañero durante décadas al frente del PSOE. Numerosos medios se agolpaban también a la puerta, entre grandes medidas de seguridad, para intentar captar impresiones.
Como estaba previsto, no hubo rastro ni del Gobierno ni de la Ejecutiva Federal socialista, ni siquiera al más ínfimo nivel. Tan solo el presidente de Castilla-La Manchca, Emiliano García-Page, representó al partido actual, y con él tuvo un guiño González ya en el auditorio principal. «Tal como están las cosas, o nos metemos todos bajo la cobija de García-Page o no sé dónde vamos a ir», lanzó con toda la intención. A su llegada, el barón socialista disparó con claridad contra la amnistía que Pedro Sánchez negocia con los independentistas: «Esto no es una amnistía, es una autoamnistía, porque la votan los que se benefician de la misma».
Al lado de lo que luego se dijo sobre el asunto, casi se pueden calificar de suaves sus palabras. Guerra y González dejaron claro su rotundo rechazo al olvido legal de los delitos relacionado con el golpe secesionista de 2017 en Cataluña porque «no es legal y no cabe en la Constitución», señaló de manera clara. Pero ambos remarcaron un matiz de calado, el de que ellos, en contra de lo que se dice, sí defienden la posición «del Partido Socialista», dijo González, que nunca, tampoco cuando la lideraba, menciona a la formación por sus siglas. Con sorna, Guerra dijo que él sí es «leal, y que «el que no es leal es el otro», afirmó en referencia a Sánchez, al que solo se mencionó una vez expresamente, en boca de González.
El ex número dos socialista recordó que él siempre ha estado con la línea del partido, cuando se opuso a gobernar con Podemos, luego cuando defendió que lo ocurrido en 2017 era una «rebelión», dijo atribuyéndole ese diagnóstico a Sánchez y más tarde cuando se opuso a los indultos a los cabecillas del ‘procés’ que terminó concediendo el Gobierno en 2021. En la misma línea, González recordó que el está aliniado con las resoluciones de su partido, incluidas las del último Congreso Federal celebrado en Valencia en 2021, «al que asistí», remarcó. Y en el momento más enfático de su intervención, casi al final de la misma, dijo que «no nos podemos dejar chantajear», y que «cuanto más pierden más chantajean», en referencia a Junts y ERC y sus pobres resultados el pasado 23 de julio en las elecciones generales. «No es digno ir a Waterloo», dijo en referencia a la entrevista de Yolanda Díaz con Puigdemont», y añadió que la amnistía «no cabe en la Constitución ni es políticamente aceptable». Más dramático todavía fue Guerra, quien advirtió de que «se está fraguando una decisión que, de tomarse, lastraría el futuro de la nación»,
Contra Díaz, con Feijóo
Al poco de comenzar su intervención, y de elogiar el libro que se presentaba, ‘La rosa y las espinas, editado por La Esfera de los Libros, González lanzó una dura andanada contra Yolanda Díaz y en defensa de Alberto Nuñez Feijóo. Sin mencionarla por su nombre pero sí por su cargo, señaló con sarcasmo que «hay gente que no ha ganado nunca una elección que está dando unas lecciones… la vicepresidenta destaca en ello, y hay que ver la cantidad de lecciones que le da a Feijóo», soltó al auditorio, ante el que recordó que el líder del Partido Popular (PP) ganó elecciones en Galicia hasta, dijo, «dejar sin escaño» a la hoy líder de Sumar. Aunque no ahorró críticas a los populares, fundamentalmente por no haber renovado, dijo, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), González aseguró que el entendimiento entre los dos grandes partidos es fundamental para acometer muchas reformas de importancia, entre las que señaló especialmente la del Senado, para hacer de la Cámara Alta una «auténtica cámara de representación territorial». Pero eso, sentenció, solo es posible con el acuerdo de PSOE y PP para alcanzar mayorías cualificadas. Y ambos dijo, «deben entenderlo».
Tampoco la implantación de las lenguas cooficiales quedó fuera del acto. A ello se refirió Guerra, diciendo que «hay mucha prisa para hablar catalán en el Congreso, pero en Cataluña los niños no pueden hablar castellano ni en el recreo», aseguró, al tiempo que ridiculizó que la traducción simultánea en la Cámara Baja se haga para todos en castellano. «Y entonces: ¿para qué hacemos esto?», se preguntó retóricamente, ante la gran ovación del público.
Presencia socialista
Además de García-Page, el secretario general del PSOE de Aragón, Javier Lambán, hizo acto de presencia en el acto celebrado en el Ateneo. El líder socialista aragonés quiso defender el partido al que se afilió «hace 40 años» y a los dos principales protagonistas en la sala, Guerra y González, como «referencias irrebatibles en la historia democrática de España y expresó su alegría por ver juntas a dos figuras en un evento para el que se desplazó expresamente desde Zaragoza. «Convirtieron al partido en una maquinaria imparable y en un proyecto que ilusionó a los españoles y transformó España», afirmó a la entrada de una conferencia abarrotada hasta las escaleras.
Pero más allá de los dos líderes regionales en activo también ha hecho acto de presencia Nicolás Redondo Terreros, recientemente expulsado del partido tras sus críticas a la amnistía que el PSOE está negociando con los independentistas para facilitar la investidura de Sánchez. «Es el día de Alfonso y Felipe», contestó a las preguntas de la prensa sobre su salida de la organización. Mucho más tajante fue en ese sentido el exlíder socialista madrileño Tomás Gómez, que calificó como «horrible» que ahora el PSOE «se abrace a quienes intentaban pegarle un tiro en la nuca» a Redondo, cuando este fue líder de los socialistas vascos. El exministro José Luis Corcuera se limitó a decir que está «muy preocupado» por la situación.
Después del acto García-Page volvió a atender a los medios, y reivindicó las figuras de González y Guerra, al tiempo que señalo que después de la investidura de Feijóo la semana que viene no descarta ningún escenario, tampoco el de la repetición electoral.
Fuente ABC