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El bolsillo de los españoles está sufriendo más la evolución de los precios de los carburantes que el de los europeos. La gasolina subió el pasado mes de agosto en España un 6,7%, prácticamente el doble que el 3,4% del conjunto de países de la Unión Europea. El gasóleo bajó un 2,9%, algo menos de la mitad del 4,9% que descendió la media Europea, según Eurostat.
En España, la gasolina venía cayendo mes tras mes durante todo el año, con la excepción de enero y abril, pese al fin del descuento de 20 céntimos por litro que aplicó el Gobierno de abril a diciembre de 2022. Sin embargo, las recientes subidas del petróleo han llevado el combustible a precios superiores a los del año pasado, cuando el Ejecutivo ofrecía la rebaja. La gasolina 95 ya está de media en España en los 1,735 euros por litro. En agosto, momento del año de mayor uso de coches privados, no ha parado de subir semana tras semana, según el Boletín petrolero de la UE.
La subida de la gasolina en territorio nacional es la cuarta más elevada, superada con creces por Hungría y ligeramente más baja que en Francia y Alemania, países que también retiraron fuertes descuentos al carburante. La subida en España es superior a la del resto de países del sur de Europa como Italia, Portugal o Grecia.
Por su parte, la bajada del gasóleo es la segunda más pequeña de la UE, solo el diésel francés cayó menos. En Portugal, el gasóleo cayó un 5,2%, más que en el resto de Europa, mientras que en Italia la situación es peor, ya que es de los pocos Estados donde sube este combustible. Un ligero 0,6% en agosto. La bajada del diésel en agosto es la más pequeña desde febrero, que comparaba con febrero de 2022, antes de que estallara la guerra y se desatara la crisis energética. El diésel en España ya alcanza los 1,634 euros por litro.
El encarecimiento de los combustibles viene determinado en gran medida por la continua subida del petróleo desde mediados de junio. El barril de Brent, la referencia en Europa, ha pasado de 73 dólares a cerrar este martes por encima de 95 dólares. Además, España y otros países se están viendo perjudicados durante 2023 por el fin de los descuentos aplicados el pasado ejercicio para combatir los efectos de la guerra.
A ello hay que añadir que en España se dan mayores exigencias regulatorias, como el porcentaje mínimo de biocarburantes por litro, o que las subidas generalizadas de costes para la producción de hidrocarburos (laborales, etc.) también contribuyen al aumento final del precio. Además las grandes petroleras pagan el gravamen temporal a energéticas impuesto por el Gobierno desde el 1 de enero, aunque en teoría tienen prohibido repercutirlo.
Los márgenes brutos de las gasolineras han alcanzado su techo en algunos meses de 2023, según los datos publicados por la CNMC. Con este panorama, no se espera que los carburantes bajen en las próximas semanas, dado el tirón del petróleo. El pacto para recortar la producción entre Rusia y Arabia Saudí, que quiere comprar el 9,9% de Telefónica, está logrando impulsar los precios.
La subida de la gasolina cada vez afecta más a los consumidores, que están optando por vehículos propulsados por este carburante, como los híbridos frente a los coches de diésel. Además, con automóviles cada vez más pesados y el boom del turismo, este verano se han recuperado niveles de consumo de gasolina 95 de hace dos décadas.
El efecto de los carburantes ya se está notando en la inflación, que aunque está en niveles muy alejados a los de la crisis de 2022, ya está repuntando, como se comprobó en el IPC de agosto. Los expertos prevén que siga aumentando hasta finales de año por el fin del efecto base que ha moderado las subidas hasta el verano. El Banco de España ha pronosticado este martes que la inflación se incrementará siete décimas en 2024, hasta el 4,3%, impulsada por el fin de las ayudas y el incremento del coste del crudo.
El bolsillo de los españoles está sufriendo más la evolución de los precios de los carburantes que el de los europeos. La gasolina subió el pasado mes de agosto en España un 6,7%, prácticamente el doble que el 3,4% del conjunto de países de la Unión Europea. El gasóleo bajó un 2,9%, algo menos de la mitad del 4,9% que descendió la media Europea, según Eurostat.
Fuente El Confidencial
