
Diana lleva durmiendo entre poco y nada desde el pasado jueves 28 de septiembre. Su vida se ha parado, como la de sus padres y hermanos, desde que no saben qué ha sido de Paula Ofelia Montes Torres, su hermana pequeña. Ella y todo Infiesto, una localidad a unos 40 kilómetros de Oviedo, están movilizando a todos los que pueden para localizar a la joven, que desapareció dejando tras de sí un mensaje que, sospechan, no ha escrito ella.
«Cinco días… es mucho», se resigna Diana. No entiende cómo puede ser que aún no sepan nada de su hermana, especialmente porque se ha convertido en uno de los asuntos más comentados en todo Asturias. «Todo lo que se está moviendo, que nadie o el o la que esté con ella o ella misma se esté dando cuenta de lo mal que lo estamos pasando… Esta incertidumbre de no saber si está bien… Lo puedes pensar, pero sin algo a lo que agarrarte…», destaca la hermana.
«No duermo y, lo que duermo, lo duermo mal. Dando vueltas a ver qué se me puede haber escapado, dónde podemos buscar…», cuenta, poniendo en su boca el sentir de toda una familia que no entiende aún qué está pasando.
La primera pregunta que se hacen es qué pudo pasar en los días previos. ¿Hubo alguna señal que les hiciera pensar que ocurría algo? «Nada: llegaba de clase, comía tranquilamente, sacaba al perro si le tocaba y si no, se ponía a estudiar. Estaba haciendo unas portadas para el temario de clase y estaba ilusionada. Si no te gusta algo, empiezas a mostrar desinterés, no te implicas», ejemplifica.
Acababa de empezar el curso de auxiliar de enfermería hacía apenas dos semanas, y aparentemente estaba muy ilusionada. Llegaba del instituto, se ponía a estudiar… nada que rompiera la rutina ya vista antes porque, en palabras de Diana, Paula es «superresponsable», lo que hace aún más extraño este suceso si es que es, como asegura en el citado mensaje, una desaparición voluntaria.
«Paula es ‘superresponsable’. Si dice que a las 23:00 está en casa, está diez minutos antes»
Diana
Hermana de Paula
Tampoco es una persona fiestera o dada a grandes excesos. Mientras sus hermanos pequeños, que están empezando la adolescencia, sí son más dados a ello. «Paula es ‘superresponsable’. Si dice que a las 23:00 está en casa, está diez minutos antes», confiesa Diana, que a lo que más vueltas le da es a ese extraño whatsapp.
«Es muy vulnerable»: la discapacidad de Paula
La despedida de Paula de su familia es lo que más sospechas ha levantado en su entorno. Frases como «quiero ser ya independiente y arreglarme por mí sola a partir de ahora. Quiero luchar por lo que me gusta de verdad» o «prefiero ponerme a trabajar, pagar las cosas que tenga que pagar» no les cuadran. Porque nunca fue una persona que gastara mucho.
«Cuando lo leímos el jueves, no nos pusimos a pensar seriamente y dijimos: ‘madre mía, esta guaja…’. Pero ahora ya me lo sé de memoria. No sé cuántas veces lo he leído», cuenta Diana, que en la forma de escritura de ese mensaje ve cosas que no cuadran.
Discapacidad cognitiva de Paula
Aunque es totalmente funcional, la joven desaparecida es muy influenciable y manipulable
«Paula no escribe con dobles sentidos. No usa metáforas. Eso de ‘mi futuro’… No es ella. No habla así», afirma, antes de dejar uno de los datos más relevantes: Paula tiene una discapacidad cognitiva del 36%. «No la incapacita, pero es muy vulnerable», admite Diana. «Es infantil en varios aspectos, y se deja influenciar y manipular. Es muy fácil hacerle daño, o llevártela y camelártela…», se lamenta, antes de hablar del elefante en la habitación: «Y es que con las redes sociales, ya no sabes qué pensar…».
Las relaciones de Paula: tenía redes sociales secretas y ya le habían intentado engañar
La relación de los jóvenes con las redes sociales, particularmente en casos de especial vulnerabilidad, se ponen en primera línea de la investigación de la policía.
Tanto los agentes encargados de la búsqueda como la propia familia admiten que aquí puede radicar uno de los puntos críticos donde más nebulosa hay. «Tenía Facebook, pero no interactuaba mucho con él por lo que yo podía ver. A mi madre no le gustaba que tuviera redes sociales, porque como era muy vulnerable ya alguna vez la intentaron engañar. No le dejaba tener redes sociales, pero hablando con las amigas nos dijeron que sí tenía Instagram, donde las bloqueó», señala Diana.
La hipótesis de una doble vida en redes, por tanto, no es descartable: Paula tenía bloqueados no solo a sus hermanos, sino también a sus amigas más cercanas. Tanto es así que han deducido cuál es su cuenta por las personas que sí sigue y la siguen. Pero incluso aquí hay muchas dudas. «Cambiaba mucho de Instagram porque mi madre no le dejaba tenerlo, se borraba la cuenta y al tiempo se hacía otra», relata.
Después de rebuscar entre sus familiares y amigos, la siguiente mirada ha ido hacia sus parejas sentimentales. A sus 18 años, Paula ya ha tenido dos novios, que se sepa. Con uno de ellos rompió en junio. «Estuvo con él bastantes meses. Súperformal, iban juntos a estudiar a Oviedo. Su hermana trabaja aquí, él también en verano… Un chico de su edad, normal totalmente. Y el año pasado estuvo con otro chico de Cangas, también de su edad. Relaciones típicas de su edad, de las que empiezas y acabas. A ellos también los tiene bloqueados», explica Diana.
La familia ha preguntado a todos, incluidos conocidos algo más lejanos. En concreto, Diana apunta a dos chicas de Oviedo que no son tan cercanas. Y, además, pidieron a la Policía que les investigara. Nada que rascar ahí.
El día de la desaparición: se llevó ropa
La desaparición se produjo el jueves a primera hora. Paula se excusó de clase por una supuesta cita médica en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) que nunca existió.
Esa mañana, la joven había salido de casa con algo de ropa pero en una mochila de instituto: un par de sudaderas, una falda, un mono, algo de ropa interior… Y todo de verano, algo que de momento aguanta en este inusual otoño que acaba de arrancar. Ni dinero en efectivo, ni siquiera su tarjeta de autobús. Que podría ser por despiste, piensan, porque por la mañana sí fue a clase en este medio de transporte gracias a 5 euros que llevaba encima.
Dejó los libros de clase tal cual, solo se llevó el archivador. Diana los revisó, por si acaso se encontraba algún mensaje extraño escrito, pero nada que no fuera «lo que se escribe a esa edad».
Sin embargo, Paula tampoco era una adolescente clásica en este sentido. De hecho, el fin de semana anterior había ido a Oviedo junto a sus padres para ver si compraban un iPhone último modelo y allí ni siquiera se mostró especialmente emocionada al respecto.
«A Paula si le dabas un regalo te lo agradecía de todo corazón, pero si no, no mostraba ser interesada. Tenía de todo en casa, nunca le faltó de nada además. Se sacó el carnet después de suspender varias veces, como le pasa a mucha gente, y nadie le dijo nada ni le afeó que se estuviera gastando el dinero», explica Diana, intentando quitar una posible causa económica de la ecuación.
Sin testigos y a la espera de las cámaras
En una desaparición, sobre todo cuando es de riesgo como es el caso, tener imágenes es crítico. La familia de Paula pidió a la Policía que actuara cuanto antes, que pidieran vídeos de las cámaras de seguridad de Oviedo, donde se pierde la pista. La Ley de Protección de Datos y la burocracia lo ha ralentizado todo en este sentido. Si a eso se une que fue en fin de semana, peor aún.
Pese a ello no pierden la esperanza y creen que cuando obtengan imágenes puedan empezar a descartar supuestos avistamientos que no fueron tal.
Y es que, como en el caso de otros desaparecidos, cuanto más se difunde el caso, más probabilidad de que surjan testimonios confusos. Es lo que ocurrió este mismo fin de semana, cuando un hombre, al ver la foto de Paula en las redes sociales, recordó haber visto a una chica joven, muy educada y bien vestida cerca de un barrio poco recomendable de Gijón. Cuando avisaron a la policía y acudieron al lugar, se encontraron con una chica ya conocida por ellos. No era Paula. Otro supuesto testigo aseguraba haberla visto en una terraza de una cafetería de Cangas del Narcea, pero no sabía cuál exactamente.
La Policía pide paciencia a la familia, porque además hay líneas de investigación que no pueden hacer públicas. De hecho, trabajan sobre un posible camino que, por el momento, prefieren no comunicar ante el temor de que la pista se enfríe.
Teléfonos de contacto para dar información
Como en muchos casos de desaparecidos, la difusión de las imágenes de Paula pueden ser claves para dar con su paradero.
En caso de cualquier noticia, la familia ha facilitado el teléfono 695581012, o bien llamar al 112. También se puede contactar con ‘SOS Desaparecidos’ a través del email: info@sosdesaparecidos.es o los teléfonos 649952957 y 617126909. «Nos agarramos a lo que sea. Esto es un sinvivir. Estamos todo el día al teléfono, bien para las llamadas, bien por si hay algún mensaje… Tenemos que estar atentos a cualquiera», se resigna una Diana que, tras esta conversación, quería salir de casa a tomar el aire.
«Quizá si respiro, recuerdo algo, algún detalle… Porque no entendemos nada», insiste. Y es que esa es la pesadilla de la familia: que su ‘guaja’ Paula ha desaparecido y, quizá, no vieron las señales previas. Si es que las hubo.
Fuente ABC