Suma y sigue. Cada poco tiempo llega un nuevo informe que alerta del estado de abandono de monumentos y edificios históricos que han sido abandonados por su propietarios y que, debido a su estado ruinoso o algún derrumbe, pone en riesgo su mantenimiento. Los encargados de poner sobre la mesa esta situación son los profesionales de la asociación Hispania Nostra que, junto con las denuncias de la ciudadanía y de otras instituciones, evalúan el estado de esos inmuebles, muchos de ellos en zonas despobladas de la España interior, elaboran la ya conocida Lista Roja del Patrimonio.
Castilla-La Mancha es, precisamente, una de las regiones que, por su pasado y su extensión, lidera ese infausto listado de edificios amenazados por un riesgo grave de destrucción, desaparición o pérdida irreversible de sus valores patrimoniales al sumar 141 casos, la tercera comunidad autónoma en el ranking nacional. Las dos últimas incorporaciones se conocieron, sin ir más lejos, el pasado sábado 28 de septiembre: el Laboratorio de los Ingleses de Guadalajara y la Antigua Casa de Postas de Talavera de la Reina.
El primero de ellos, declarado Bien de Interés Patrimonial (BIP) en 2016, se encontraría en peligro de desaparecer porque, según informa el informe de la Lista Roja del Patrimonio, «se encuentra en un estado de ruina, con desprendimiento de materiales y elementos constructivos. En su perímetro se distinguen tramos del muro de cerramiento de tapial en muy mal estado de conservación».
El Laboratorio de los Ingleses se edificó entre 1786 y 1787 con criterios funcionales, sin ornamentación y orientado a su uso como fábrica, dando como resultado un edificio estéticamente sencillo. Está estrechamente ligado a la historia de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara, que fue la industria con mayor relevancia de la provincia durante el siglo XVIII. El laboratorio fue concebido con el fin de recibir a trabajadores conocedores de las técnicas de creación de nuevos paños, que se contrataban en Inglaterra por parte de un agente irlandés.
Se trata de un inmueble utilizado como laboratorio y fábrica, localizado a las orillas del río Henares y tal y como lo describen desde Hispania Nostra, es un edificio de planta rectangular con tres alturas: planta baja, primera y bajo cubierta. Se construyó con muros de carga de ladrillo revocado con estuco de cal y el interior compuesto en sus inicios por un entramado de madera. Actualmente la planta baja cuenta con una estructura de vigas metálicas roblonadas. Su cubierta a cuatro aguas es de teja árabe y su fachada no muestra ornamentación.

La Antiagua Casa de Postas, en Talavera de la Reina (Toledo)
Por su parte, la Antigua Casa de Postas de Talavera de la Reina también se encuentra en estado de ruina y en riesgo de que desaparecer, atendiendo a un informe remitido por la Fundación Tagus a los servicios de patrimonio de la Delegación Provincial de Cultura en octubre de 2016. En él se advertía del derrumbe parcial que sufrió el recinto y se pedía a los propietarios los medios y soportes necesarios para su preservación. El estudio, redactado por arqueólogos, enumera una serie de patologías generales que han provocado este derrumbe.
Ubicada en el antiguo Camino Real de Extremadura y, aunque no cuenta con protección patrimonial, la Antigua Casa de Postas es un ejemplo de los recintos construidos a finales del siglo XVIII para dotar de una adecuada infraestructura al hospedaje. A grandes rasgos, el edificio está ejecutado con la característica fábrica toledana de la época, formada por machones de ladrillo y cajones de mampostería ordinaria.
Según su descripción, el inmueble se organiza en torno a un patio central con dos cuerpos laterales y al que se accedía a través de un gran portalón de arco carpanel. En la planta baja de los cuerpos laterales se encontraban las cuadras para las caballerías destinadas a la posta, cocinas y dependencias de servicios. Por su parte, en la zona superior estaban las estancias de hospedaje y habitaciones del maestro de posta y personal subalterno. Con posterioridad, se ubicó en la fachada principal otra crujía destinada a los peones camineros que, a partir del siglo XIX, se dedicaban al mantenimiento de la carretera de Extremadura.
Fuente ABC