Por Bruno Yacono
En el entorno del gobernador reconocen que el escándalo podría afectar las posibilidades electorales: “Da bronca porque no sobra mucho, es una elección ajustada”, indican. El hijo de la Vice pierde a su nexo más importante con los intendentes del Conurbano.
En el entorno de Axel Kicillof dicen que antes de tomar la decisión de aceptar la renuncia de Martín Insaurralde tras conocerse sus lujosas vacaciones con Sofía Clerici en el Mediterráneo consultó su decisión con las “más altas esferas” del oficialismo.
En otras palabras,dan a entender que Cristina Kirchner y Sergio Massa avalaron la salida del intendente en licencia de Lomas de Zamora del gabinete del gobernador bonaerense, un hecho que en la provincia de Buenos Aires se lee como un puñal para el kirchnerismo más duro.
Es que los videos y fotos del ahora exfuncionario bonaerense con la modelo son un golpe por partida doble para el kirchnerismo: se trata de un mazazo para la campaña de Axel Kicillof y un duro revés para Máximo Kirchner, considerado el sostén político de Insaurralde.
Este lunes, Insaurralde cedió ante la presión y terminó bajando también su candidatura a concejal en Lomas. Acompañaba en la lista a Federico Otermín, su mano derecha, que recibe otro golpe para sus aspiraciones de acceder a la intendencia luego de haber quedado salpicado en el escándalo de Chocolate Rigau: además de candidato, Otermín es presidente de la Cámara de Diputados provincial, donde estalló el caso de las tarjetas de débito.
Cerca del gobernador bonaerense no le bajan el precio al escándalo: dicen que el viaje del dirigente lomense es “inaceptable” y reconocen que tendrá impacto político en la campaña. “Da bronca porque no sobra mucho. En una elección ajustada todo vale. Y estas cosas no ayudan”, se lamentó un dirigente bonaerense.
Para el equipo del gobernador, el caso reúne todos los condimentos de un verdadero escándalo: un romance de un dirigente de alto perfil en plena campaña, fotos, videos, lujos y una provincia pobre. Es por eso que le instruyeron que lo mejor sería dar una respuesta rápida con la salida de Insaurralde del Gabinete y a su vez enviar un mensaje de austeridad.
En ese sentido, Kicillof adelantó que planea disolver la jefatura de Gabinete. El mandatario provincial dijo que enviará a la Legislatura Provincial un proyecto de ley para disolver el cargo que ostentaba Insaurralde: “Sus funciones sustantivas serán absorbidas por otros ministerios”.
“No se trata de hacer ‘marketing de la honestidad’, en plena campaña electoral. Para nosotros el gobierno es una herramienta para transformar la vida de los demás. No podemos distraernos ni perder tiempo. La celeridad con la que se resolvieron las cosas pone de manifiesto con claridad cuál es mi posición y mi decisión”, remarcó.
El jefe de asesores del Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, sostuvo este lunes que Kicillof “fue muy claro” sobre la renuncia de Insaurralde y actuó con “celeridad”, al tiempo que remarcó que para la gestión “es un caso cerrado”. “Nos enteramos el sábado. El gobernador tomó rápidamente una definición que fue aceptar la renuncia que presentó el funcionario; no recuerdo que haya habido una respuesta tan rápida de un gobernador que haya removido a un funcionario en tan poquito tiempo”, dijo Bianco en declaraciones a Urbana Play.
“Cada uno responde por sus actos privados y, si hay alguna inconsistencia o delito, debe responder; esto es un frente político donde están representados distintos sectores del peronismo con sus orígenes diversos; yo sé lo que soy yo, cada uno responde por lo propio, yo respondo por lo mío, y así”, aseguró Bianco.
Además de a Kicillof, el escándalo deja muy mal parado a Máximo Kirchner. El exintendente de Lomas era nexo entre el hijo de la Vice -uno de los líderes del PJ bonaerense– y los intendentes del Conurbano. Según revelaron a TN, Insaurralde solía “calmar” los reclamos de los jefes comunales descontentos, por lo que Máximo pierde a un valioso aliado y queda mucho más débil hacia adentro de la interna.
Fuente TN