Carlos Mazón (Alicante, 1974) ganó las elecciones autonómicas del pasado 28 de mayo en la Comunidad Valenciana al frente de la candidatura del Partido Popular. Fue investido como presidente de la Generalitat Valenciana el 13 de julio. Una condición que automáticamente lo sitúa como referente obligada del centro derecha español. Y más allá de su demarcación territorial. Aunque él evita cualquier pretensión de asumir una representación nacional. Más allá de la representación ordinaria del Estado que le otorga la Constitución. Y que se dice dispuesto a ejercer sin titubeos
Cuando se cumplen 78 días en su puesto al frente de la Generalitat Valenciana, Mazón acude a la sede de ABC para exponer su proyect, su visión sobre el futuro y reivindicar sus primeras medidas al frente de su región. Una marca valenciana que no quiere perder. Intentando pasar de puntillas, pero sin obviarlas, por las cuestiones más acuciantes de la actualidad. Sobre la amnistía ofrece dosis de melancolía: «Ahora los españoles se preguntan cuál será el eufemismo en esta ocasión. Nos tememos lo peor. La sensación que tenemos es que estamos en los últimos minutos en los que ya solo falta ponerle el nombre, saber cuál será el triple tirabuzón».
El foro, patrocinado por À punt, la televisión autonómica valenciana, contó con una una nutrida asistencia de representantes de la sociedad civil, la política y el empresariado de Madrid y la Comunidad Valenciana. La introducción a la conferencia de Carlos Mazón corrió a cargo del presidente de la Fundación Conexus Madrid-Comunitat Valenciana, Manuel Broseta. Algo muy representativo de la región que quiere construir Mazón, con la bandera de la inversión y el emprendimiento como prioridad. Por parte del Partido Popular acudieron la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y varios miembros de la dirección nacional del PP, encabezados por la secretaria general, Cuca Gamarra. También acudieron otros dirigentes como Esteban González Pons, Carmen Fúnez y Juan Bravo.
En lo relativo a la cuestión territorial, Mazón reivindicó la necesidad de «construir la unidad desde la pluralidad», pero siempre «desde la igualdad». Y ante las habituales tensiones con un independentismo catalán expansionista hacia su región, reivindica su pedigrí: «Para territorio histórico, el valenciano». En este punto se permitió citar a Torcuato Fernández Miranda y su célebre «de la ley a la ley» para advertir de que cualquier modificación del marco de convivencia debe hacerse conforme a lo previsto en la legislación. Y dejó una sentencia inequívoca que desde su territorio y sus competencias, y desde la defensa de lo que significa ser valenciano, alicantino o castellonense, dibujó una determinación clara: «Ha llegado la hora de que los valencianos se pongan en pie».
El director de ABC, Julián Quirós, aproximó en su introducción del foro que el reto del invitado es jugar también en el terreno de las grandes decisiones: «El tiempo nos va a decir si Carlos Mazón sabe y quiere estar ahí. Estar donde se es escuchado», pero asumiendo ya que con él «Valencia vuelve a la escena nacional».
Gestión como ejemplo
Con menos de un trimestre todavía en el cargo, Mazón quiere que sus mensajes sean su ejemplo. Sus políticas. Una batería de medidas que den la vuelta a la Comunidad Valenciana, representativas de una gestión reformista y liberal y que puedan representar a una amplia base social. Entre sus primeras medidas destacó las deducciones por gastos de salud y deportes, la rebaja fiscal a la compra de vivienda, un anteproyecto de ley que modifica el tramo autonómico del Impuestos de Sucesiones.
Y, por supuesto, la decisión de que el valenciano deje de ser la lengua vehicular en las zonas castellanohablantes de la región o la libertad de elección de centro educativo frente a la «policía lingüistica» impuesta desde «el procès a la valenciana que hemos venido denunciando». Reivindicó también que haya tenido que ser un Gobierno «liberal» como el suyo el que haya puesto en marcha un impuesto de transmisiones patrimoniales progresivo.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, arrancó su parlamento reivindicando que sus primeras medidas se centrasen en la reducción del gasto inerte de la Administración. Una serie de decisiones que sólo en gasto de personal político van a ahorrar 20 millones de euros a lo largo de toda la legislatura. Reclama un cambio en el modelo de financiación autonómica porque «nadie duda» que la Comunidad Valenciana es «la peor financiada» de todas. Pero reflexiona que esa realidad no debe ser excusa para «hacer mal las cosas». Se refiere en este punto a que hereda 58.000 millones de euros de deuda, la más alta de España después de Cataluña.
El presidente de la Generalitat destacó especialmente los primeros pasos de su Gobierno para acabar con la imposición académica del valenciano en zonas castellanohablantes para que «no haya valencianos ni estudiantes de segunda». Y se comprometió a implementar para el próximo curso la educación gratuita en el tramo de 0 a 3 años.
Mazón marca como prioridad el colapso en la atención primaria. Recuerda que se ha creado una estructura dentro de su Ejecutivo en forma de dirección general. «Hemos heredado un colapso sanitario», lamenta. En lo referente a las listas de espera se pone como objetivo la reducción de la diagnóstica. También quiere darle mucho peso al área de salud mental, especialmente enfocado en la adolescencia.
El presidente regional transmitió que su prioridad es que la Comunidad Valenciana sea atractiva a la inversión y el emprendimiento. «Vengo a hablar de una comunidad que abre sus puertas», dijo. Su vocación es la de lanzar un mensaje de «bienvenida» a la inversión y ofrece una simplificación administrativa y potenciar el silencio positivo como principio en la relación con la Administración. En este sentido destacó el Plan Simplifica para que el emprendedor sea presunto inocente y no culpable.
Coordinación de los barones
En el coloquio posterior, moderado por Juan Fernández Miranda, se le preguntó por la posición que debe adoptar el PP en términos ideológicos. ¿Más a la derecha asumiendo la relación con Vox o más hacia el centro en términos de competición? Pero Mazón está muy centrado en la gestión y no quiere aceptar un planteamiento de coordenadas ideológicas. Tampoco o quiere posicionarse sobre si su modelo es el de Juanma Moreno o el de Isabel Díaz Ayuso, atenta desde la primera fila. Su modelo es «el valenciano». El tiempo determinará en qué consiste exactamente en lo que tiene que ver con la estrategia y el discurso.
En lo programático la cuestión está clara. Mazón defiende que el papel de los barones del PP tiene que ser el cimentar la alternativa a Sánchez «con el ejemplo de las políticas que podamos poner en marcha». Es decir, visibilizando «otra manera de gobernar» en la que sí seguirá «el ejemplo» de los presidentes autonómicos de su partido con más trayectoria. Y sí reivindicó que todos los de su partido deben proyectar «una gran coordinación por España». Una coordinación a la que, dijo, «están obligados» y que no debe tratarse únicamente de una yuxtaposición de políticas: «No vamos a rehuir esa responsabilidad. Tenemos un partido que cree en la España de las autonomías. La Comunidad Valenciana es España». Sostuvo que el PP tiene que defender ese proyecto sin pensar en bascular como un termómetro estratégico.
Mazón reivindicó al PP como «un partido de centralidad», algo que «no significa estar en el medio de las cosas». El presidente de la Comunidad Valenciana defendió que «el PP es el que más se parece a España porque quiere parecerse a España», frente a otros partidos a los que «no les gusta España» y que «ni la entienden ni la conocen y no quieren parecerse a ella». Del mismo modo que reivindicó esa pluralidad para cimentar la unidad nacional, Mazón se refirió a la propia pluralidad de su región como forma también de expresar la esencia que quiere imprimir a su Gobierno autonómico, en el que «cada valenciano sea el valenciano que quiera ser».
Ante la eventualidad de un pacto de Sánchez con los independentistas, Mazón se mostró convencido de que se intentarán frenar proyectos como la ampliación del puerto de la capital del Turia. Y recordó que el anterior Ejecutivo autonómico dejó escapar la celebración de la Copa América en Valencia u otras grandes inversiones a las que él ahora quiere abrir las puertas: «Se trata de sentido común, de esto va el cambio», dijo Mazón, que en su discurso económico vincula en todo momento bienestar social con desarrollo económico.
Respecto a la relación con Vox, Mazón tendrá que torear con su presencia en el Consell autonómico. Tras un arranque de relaciones que ya fue turbulento con aquella rueda de prensa en la que el portavoz Borja Sémper, trazó una línea roja sobre el candidato de Vox, condenado por maltrato psicológico a su expareja, sin saber que con ello casi desbarata el plan de Mazón, que ya trabajba en esa vía. «No tuve un buen día», reconoció ayer. Y aunque los análisis postelectorales confluyen en que estos pactos lastraron el resultado, muy por debajo de las expectativas, del PP en las generales, Mazón defiende lo que tuvo que hacer: «Teníamos muy claro que había que poner en marcha el cambio ya», dijo, preguntándose si el coste no habría sido mayor «si hubiésemos jugueteado sin poner el cambio en marcha».
Fuente ABC