Valencia, la ciudad más importante de España tras Madrid y Barcelona, corre el peligro de quedarse al margen de ser partícipe del acontecimiento histórico que supondrá albergar parte del Mundial de Fútbol de 2030, que servirá para conmemorar el centenario de la competición más importante del deporte rey. Para no permanecer ajeno al hito, las Administraciones públicas y el Valencia Club de Fútbol deberán hacer en los meses venideros algo que no han podido conseguir en los últimos catorce años: desencallar -o en este caso, desempolvar- la construcción del (ya viejo) Nuevo Mestalla.
La designación de la FIFA para que el Mundial de Fútbol de 2030 se dispute en España, Portugal y Marruecos, así como tres partidos inaugurales en Uruguay, Paraguay y Argentina, ha acelerado los trabajos de preparación de la cita intercontinental por parte de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), cuyo desempeño se ha visto seriamente comprometido durante los últimos meses por el escándalo del beso no consentido del expresidente Luis Rubiales a la jugadora Jennifer Hermoso. Así, se han designado quince posibles sedes repartidas por todo el territorio nacional, entre las que, por el momento, se encuentra pendiente de un hilo la que debería haber sido décadas atrás la nueva casa de los valencianistas.
Para que el controvertido feudo del murciélago no caiga de los planes de la Federación para organizar la cita mundialista, es necesario que el Gobierno municipal liderado por la ‘popular’ María José Catalá y el club se pongan de acuerdo a contrarreloj en las condiciones del nuevo convenio urbanístico, mientras que la sociedad valenciana y la afición elevan la presión contra su máximo accionista Peter Lim, ante la evidente devaluación deportiva y económica de la entidad sufrida durante los últimos años, en los que el equipo ‘che’ ha pasado de pelear por los puestos que dan acceso a disputar la fase de grupos de la Champions League a hacerlo, simplemente, por no descender a Segunda.
Para posibilitar el ansiado punto de entendimiento entre consistorio y club, el PP ha designado al concejal de Grandes Proyectos, José Mari Olano, como interlocutor en las negociaciones con el Valencia para que logre el objetivo de que la firma llegue antes de que finalice el año y se reanuden las obras del Nuevo Mestalla en el primer semestre de 2024, lo que supondría un periodo de ausencia de máquinas de quince años tras la paralización de la megaconstrucción ubicada en la Avenida de las Cortes Valencianas.
No obstante, la alcaldesa María José Catalá aseguró este miércoles que el convenio por el que aboga la casa consistorial es el mismo que dejó sobre la mesa el anterior Gobierno municipal formado por Compromís y PSOE y que, por tanto, pretenden «cumplir la ley de manera escrupulosa». «No estoy aquí para favorecer a Lim. El Ayuntamiento da una licencia y la gestión deportiva es distinta, los que somos valencianistas de corazón queremos una solución y no tanto ruido», explicó la primera edil en una entrevista en la Cadena Cope.

Proyección del Nuevo Mestalla del Valencia CF
Así, Valencia requiere de una actuación prácticamente inmediata con el nuevo estadio para no perder el tren del Mundial 2030, pues el centenario Mestalla de la avenida de Suecia no cumple con los estándares que marca FIFA para albergar un partido de la máxima competición intercontinental. Según confirman fuentes del club a ABC, la designación mundialista de España «se ha recibido con alegría» y por ello «aguardan el siguiente paso que tiene que ver con la firma del convenio con el Ayuntamiento».
«Estamos deseando que vuelvan las máquinas y que se puedan reanudar las obras para que el Nuevo Mestalla sea una de las sedes del Mundial», confirman desde la entidad que preside Layhoon Chan y dirige desde Singapur, Peter Lim. Una proclama que, desde la oposición socialista, espera que no se convierta en una suerte de «chantaje» contra el Ayuntamiento para dar facilidades al máximo propietario, con el que diferentes colectivos valencianistas como ‘De Torino a Mestalla’ o ‘Libertad VCF’ han pedido al Consistorio que se nieguen a negociar para propiciar y forzar su marcha de la capital del Turia.
Los puntos claves del convenio
El dificultoso convenio en cuestión, paralizado desde hace un año, pivota sobre varios puntos clave: el primero de ellos, el número de espectadores. El Valencia aceptó la propuesta del consistorio de construir 70.000 plazas pero arrancando con 66.000, cuyas instalaciones «deben estar dotadas de los más modernos servicios y medidas de seguridad al nivel de los mejores estadios de europeos, de tal forma que sus características técnicas garanticen la posibilidad de celebración de competiciones internacionales del más alto nivel».
El mismo borrador aclara que debe existir la posibilidad de implantar una solución técnica que permita instalar una pista de atletismo alrededor del rectángulo de juego, en vistas de albergar un Mundial, para el cual el club establece que se avise con dos años de antelación. Del mismo modo, otro punto de conflicto es la construcción adyacente del nuevo polideportivo del barrio de Benicalap, para el que el equipo de fútbol presupuesta un coste de 8,1 millones de euros y el Ayuntamiento de 9,8 millones, cantidad que en todo caso debe abonar el Valencia CF y no la ciudad en contraprestación de los beneficios urbanísticos concedidos.

Proyecto de los exteriores del Nuevo Mestalla
Por último, la otra cláusula que genera tensiones entre ambas partes negociadoras detalla las obligaciones que debe mantener la entidad deportiva sobre la venta del terciario y las parcelas del actual Mestalla, activos de los cuales no se podrá desprender hasta que esté construido el nuevo recinto, el polideportivo y se reconstruya los restos arqueológicos hallados durante la construcción del mismo.
Peter Lim pide flexibilidad y Tebas que se acelere
En su intento de acelerar la firma del convenio, Peter Lim y su empresa Meriton reclaman al Ayuntamiento más flexibilidad, lo que en otras palabras significa acreditar las intenciones de potenciales inversores en vez de presentar avales bancarios, algo que la normativa vigente no permite. Así, según desveló el diario ‘El Confidencial’, desde Singapur estiman que finalizar el estadio supondrá un coste oscilante entre 140 y 160 millones de euros, de los que ya cuenta con 80 gracias al acuerdo de La Liga con el fondo CVC.
Sobre una hipotética marcha del magnate asiático, como viene demandando la afición desde hace varios años, desde el club han asegurado en repetidas ocasiones que marcharse del Valencia no entra de sus planes, aunque la semana pasada el presidente de La Liga, Javier Tebas, vinculó la firma del convenio por el nuevo estadio como el primer paso para que Lim venda sus acciones. En definitiva, una pugna política y urbanística que se desarrolla al margen de la deportiva, de la que los pupilos de Rubén Baraja tratan de aislarse mientras la capacidad deportiva del club mengua cada temporada al ritmo de grandes ventas y escasos fichajes.
Fuente ABC