El advenimiento mediterráneo del Don Juan de la Seducción Rentada modifica el mito del donjuanismo (tratado por Tirso de Molina en el XVII, luego por Molière, Zorrilla, Marañón).
Aquí el burlador, el «libertino osado que vulnera cualquier ley humana o divina» concluye burlado. En víctima. Como la cultura que lo contiene. El peronismo.
Más que el Don Juan Tenorio termina el pobre como el Don Gil de las Calzas Verdes.
«Pues todo lo has conseguido pagando como un chabón». Celedonio Flores.
Sergio Massa, El Profesional, ya tiene suficiente faena con su milagro personal.
Infortunadamente no le sobra milagrería para transferir a Axel Kicillof, El Gótico.
Sergio necesita que Axel le proporcione masivos sufragios para introducirse en la segunda vuelta y confrontar con el Fenómeno Milei que supo construir.
Aunque Milei es el monstruo que se construyó a sí mismo. Se excedió con “ayudines”. Y hoy los puede embocar en primera vuelta.
Mientras tanto de nada le sirve a Axel la aurora celestial de austeridad y transparencia.
Para ser respetado corresponde “saber currar” con eficacia.
“Para que te respeten, aquí te la tenés que llevar”, enseña el sabio bonaerense. “Si no te la llevás, te van a difamar por bol…”.
Milagro Massa sigue insólitamente en pie en la competencia. Al comando de la economía devastada, con la inflación detonada y el dólar fronterizo con los mil mangos.
Y a partir del gobierno de La Doctora (que preside Alberto, el Poeta Impopular) que contiene el atributo fantasmal de la inexistencia.
Pero Axel también tiene que entregarse al milagro para asegurar la permanencia en la gobernación de la Provincia Inviable.
Tiene la santa misión de socorrer con tibieza a los kirchneristas barridos.
Pero después del advenimiento del Don Juan de la Seducción Rentada es el mismo Axel quien enfrenta el riesgo de ser barrido.
La intensidad del calendario electoral coincide sospechosamente con la temporada de escándalos arrebatados que reprodujeron cantidades de goles en contra.
Con la cadena de adversas sentencias judiciales que ya no se destinan exclusivamente a La Doctora.
En efecto, La Doctora apostó por Kicillof con el objetivo de plantar el arbolito de la decencia en el bosque del pecado.
Fue el acto de máxima disrupción. Encajar un gobernador con prestigio bolchevique que carecía del objetivo de llevársela.
Pero es una lástima: con la decencia no basta. Es relevante la eficacia.
Temporada de escándalos
El primer sopapo feroz que recibió Axel lo propinó desde Nueva York la doctora Loretta Preska.
La yanqui perversa le instaló la estampilla de la mala praxis. En la sentencia citó talentosos desplantes del «compadrito a la violeta». Cotizaron en 16 mil millones de dólares.
La estampilla de corrupto en el peronismo no se le niega a nadie. Se contabilizan como gastos de representación.
Pero la estampilla de la mala praxis es infinitamente más negativa.
Después fue el gol en contra de la Chocolatería. El tarjetero de La Plata iluminó el mecanismo pedestre de recaudación institucional.
La Chocolatería es el secreto colectivo que unifica a la inmoralidad majestuosa de todas las fuerzas políticas que contienen a sus propios oportunistas alarmados que manifiestan asombro.
Y hasta recurren -como si acabaran de llegar de Irlanda- a la justicia salpicada.
Muestra gratis para los inocentes que insisten con pedir “políticas de estado”.
Se les responde con el estancamiento de “los curros de estado”.
La sucesión pecaminosa que atormenta a Axel culmina transitoriamente con la paradisiaca aventura mediterránea del Don Juan de la Seducción Rentada (y de los polvos caros).
Con la obsesión patológica de exhibir impunidad.
El Contacto en Marbella fue una operación sigilosamente planificada para deschavar sensualmente al seductor. Pero solo después de instalar el exceso de su divorcio rentado.
Para estamparle la estampilla más grave del peronismo. Peor que la de mala praxis o la de corrupto. La estampilla nefasta de gil. Otra vez Celedonio.
Grindetti y los tres al hilo
La Chocolatería colectiva y transversal explota durante la honesta administración de Axel.
Explotan también las delaciones desopilantes que dinamitan la epopeya de nuestro Don Juan, el compulsivo Premier.
Fue impuesto por La Doctora. Acostumbrada como siempre a no acertar en los castings existenciales.
Una lástima porque Axel tenía la reelección en el bolso. Pero se le vinieron en patota los desastres.
Por suerte, a la señora Carolina Píparo no le alcanza para recibir automáticamente los efluvios aluvionales del Fenómeno Milei.
Pero Axel tiene como desafiante a un señor calvo respetable. Aspecto atildado de gerente de banco. Pero que viene condecorado por la buena ventura.
Néstor Grindetti, Paladar Negro II, es el pre macrista atravesado por la suerte.
Era uno de los cuatro presentables partenaires para la gobernación de la Provincia Inviable. Debía elegir la entonces ascendente señora Patricia Bullrich, La Montonera del Bien.
Grindetti integraba el casting junto a Joaquín de la Torre, El Ancho de San Miguel, Javier Iguacel, El Subcomisario, y Cristian Ritondo, El Potro de Mataderos.
Cuando parecía que el Potro Ritondo iba a ser el consagrado, Patricia los sorprendió con la instrucción de Mauricio. Escogió al Paladar Negro II. Grindetti.
Para la odisea de exterminar a Horacio Rodríguez Larreta, Geniol, era imprescindible exterminar también a la joya que Geniol había entrenado y financiado para Buenos Aires.
Diego Santilli, El Bermellón, el favorito que pugnaba por el cuento del método de la «Y griega». Pretendía ser votado hasta por los bullrichistas.
Pero Grindetti tuvo tanta suerte porque a Santilli no le aceptaron la «Y Griega». Aferrado a Patricia y Mauricio participó de la exterminación de Larreta (y de Santilli).
Dos muestras de la racha positiva que fueron completadas por la tercera.
Desde el escape cinematográfico del presidente Fabian Doman, El Galán Maduro, Grindetti se hizo cargo de Independiente.
El «Rey de Copas» estaba por irse sin escalas al descenso. Carecía hasta de director técnico. Los fanáticos del rojo insultaban al cielo y a los dirigentes con frenesí.
Hasta que la providencia -o acaso Mauricio- le puso de pronto a Carlos Tevez.
Un ídolo potentado, con capital propio. Ni siquiera le pedía dinero a Grindetti para cargarse Independiente al hombro.
Un mes después, ya alejado del descenso, Independiente se inflama con ilusiones de ganar un campeonato incomprensible.
Tres al hilo de Grindetti. Pese al margen abrumadoramente generoso de desconocimiento.
Pero se dispone a arrebatarle a Axel la gobernación que tenía en el bolso. Hasta que la sospechosa temporada de escándalos culminó con el Contacto en Marbella.
Y todo por los polvos caros del Don Juan de la Seducción Rentada que rifó penosamente, a los 53 años, su trayectoria política.
Desde entonces Axel, como Sergio, se somete a la estrategia mística del milagro.
Fuente Mendoza Today