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Los ministros de Finanzas de la Unión Europea se reúnen este lunes y martes en Luxemburgo, en el barrio de Kirchberg, a las afueras de la capital del gran ducado. A menos de un kilómetro de donde se encuentran está la sede del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la institución que Nadia Calviño, vicepresidenta del Gobierno, aspira a presidir. En la carrera por sustituir a Warner Hoyer este martes 17 de octubre estaba marcado en rojo, porque los ministros se reúnen en un formato especial: la junta de gobernadores del BEI, que son ellos mismos. Era cuando se suponía que se escogería a un sucesor, que tendría que ocupar el cargo en enero, aunque ahora ya numerosas fuentes diplomáticas descartan que vaya a decidirse esta semana, explicando que no hay una urgencia especial por resolver la elección y que todavía no hay consenso sobre un nombre, aunque sí señalan que se aprovechará la reunión en Luxemburgo, en la que también se discute la reforma de las reglas fiscales, para intentar avanzar en el proceso.
Calviño y su equipo siguen esperando que esta pueda ser la reunión, el momento que llevan esperando desde que lanzaron su candidatura el 11 de agosto, porque originalmente la presidencia de la junta de gobernadores del BEI, en manos de los belgas, pretendía aprovechar la reunión en Luxemburgo para finiquitar el proceso. Frente a ella tiene a otra candidata muy fuerte cuya tendencia ha ido siendo positiva en las últimas semanas, la danesa Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea. Hay más candidatos, aunque con muchas menos opciones, como el exministro italiano Daniele Franco, o los actuales vicepresidentes del BEI, la polaca Teresa Czerwinska y el sueco Thomas Östros.
Pero aunque el ministerio sigue esperando una decisión este martes todas las señales van en dirección contraria. Fuentes del ministerio de Finanzas belga, dirigido por Vincent van Peteghem, evitan hacer comentarios y explican que todavía no pueden hablar sobre si habrá o no una decisión. Pero fuentes diplomáticas alemanas creen que nada se decidirá esta semana en Luxemburgo, que no hay prisa y que todavía quedan muchos cabos por atar. La sustitución de Hoyer no se tiene que decidir de forma inminente y todavía quedan muchas semanas hasta diciembre. De hecho la fuente no puede decir ninguna otra cosa porque dentro de su Gobierno, una coalición de socialistas, verdes y liberales, todavía no hay acuerdo.
Olaf Scholz, canciller alemán y líder de los socialdemócratas alemanes (SPD), se decanta por apoyar a Calviño, mientras que Christian Lindner, ministro de Finanzas y líder de los liberales alemanes, quiere dar su voto a Vestager, que pertenece a su familia política europea. La fuente señala que la balanza se decanta en estos momentos a favor de Calviño, pero que la cosa todavía no está decidida. Mientras que en Berlín no se decidan completamente por uno de los candidatos, tocará esperar. Lo mismo ocurre en París, donde Vestager ha hecho campaña, viajando para reunirse largo y tendido con Bruno Le Maire, ministro de Finanzas.
La danesa ha tenido que remar a contracorriente, ya que los franceses estaban molestos con ella a raíz de una agria polémica por la elección de una ciudadana americana para el cargo de economista jefa de la dirección general de Competencia, una decisión que enfureció al Gobierno francés, que logró que la candidata, Fiona Scott Morton, acabara renunciando al cargo.
Fuentes diplomáticas holandesas también creen que todavía queda tiempo y que el ministro belga, que es el encargado de intentar acercar posturas y facilitar la elección de un candidato, no ha logrado “una solución”. “Estoy informado de que está en Marrakech —donde se reunían un buen puñado de ministros de Finanzas de la Unión Europea— y quizás haya hablado algo y haya hecho progresos. Habría sido bueno encontrar una solución en octubre, aunque hay un presidente hasta enero así que tenemos tiempo todavía”, explica la fuente.
Originalmente, Calviño y su equipo querían que la elección se decidiera en la reunión informal de ministros de Finanzas que se celebró a mediados de septiembre en Santiago de Compostela. Así lo expresó abiertamente el ministerio cuando se lanzó la candidatura de la vicepresidenta del Gobierno en funciones. Pero otras delegaciones se quejaron al ministro belga, que es en realidad el que controla los tiempos y el calendario. No consideraban que fuera adecuado que la elección se decidiera en un encuentro informal cuando en octubre había una reunión formal, y encima en Santiago, en la tierra de Calviño, con la consecuente presión política y mediática sobre el resto de ministros.
Hasta el último momento el ministerio español mantuvo que se podía decidir en la ciudad gallega, pero cuando quedó claro que los belgas ni siquiera permitirían un debate abierto y que únicamente se limitaría a un punto de información de su ministro sobre cómo iba el proceso, Calviño pasó a señalar que no sería “adecuado” que se decidiera el nuevo presidente del BEI jugando ella, una de las candidatas, en casa.
El BEI es el banco de inversión de la Unión Europea y la mayor institución financiera multilateral del mundo que se encuentra en un momento de transición hacia un papel más activo para apoyar la transición verde en la Unión, pero también otros retos estratégicos de los Estados miembros. Alemania, Francia e Italia son los grandes accionistas de la institución, siendo España la cuarta accionista, pero que nunca ha ostentado la presidencia. Para ser elegida, Calviño necesitará el apoyo de al menos 18 Estados miembros que representen el 68% del capital del BEI.
Los ministros de Finanzas de la Unión Europea se reúnen este lunes y martes en Luxemburgo, en el barrio de Kirchberg, a las afueras de la capital del gran ducado. A menos de un kilómetro de donde se encuentran está la sede del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la institución que Nadia Calviño, vicepresidenta del Gobierno, aspira a presidir. En la carrera por sustituir a Warner Hoyer este martes 17 de octubre estaba marcado en rojo, porque los ministros se reúnen en un formato especial: la junta de gobernadores del BEI, que son ellos mismos. Era cuando se suponía que se escogería a un sucesor, que tendría que ocupar el cargo en enero, aunque ahora ya numerosas fuentes diplomáticas descartan que vaya a decidirse esta semana, explicando que no hay una urgencia especial por resolver la elección y que todavía no hay consenso sobre un nombre, aunque sí señalan que se aprovechará la reunión en Luxemburgo, en la que también se discute la reforma de las reglas fiscales, para intentar avanzar en el proceso.
Fuente El Confidencial
