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Por Pablo de León
La interna peronista bonaerense no frena.
Y cómo sigue Martín Insaurralde.
Triste, solitario y final
“Está knock out. Sigue knock out y no se puede levantar”. Así define un dirigente que habló con él a Martín Insaurralde, que está instalado en su casa de Fincas de San Vicente y no se fue a un campo. Está en su casa, en soledad. Apenas recuperó el afecto de una de sus hermanas y de sus hijos, que inicialmente no querían saber nada con el viajero mediterráneo, desilusionados con el desenlace político y personal del ex mandamás de Lomas de Zamora.
Casi nadie lo ha visitado de su núcleo íntimo: salvo su amigo incondicional Juan Pablo De Jesús, el socio-amigo-compadre, con el que compartieron bodas, bautismos, fiestas, política bonaerense y negocios.
Quienes conocieron a Insaurralde, sabían de su espíritu intrépido: había superado con éxito una enfermedad y luego de eso, fue a fondo: candidaturas en el más alto nivel, boda con una de las chicas más deseadas del showbusiness y juego político a fondo, con Sergio Massa, Máximo Kirchner y con los factores de poder que mueven millones en la Provincia de Buenos Aires.
Desde que asumió en la Jefatura de Gabinete de la gobernación bonaerense, todos sabían del ritmo de vida de Insaurralde. Nunca iba a las reuniones de Gabinete de Axel Kicillof: “Está en Miami”, era la respuesta habitual que recibía el gobernador ante la pregunta de ocasión.
Martín Insaurralde y Axel Kicillof
Un dato clave tras la salida política de Insaurralde fue quién se hacía cargo de las ayudas y apoyos que el jefe de Gabinete les daba a los intendentes y a los “Sin Tierra” (los que no gobiernan municipios y van por la pelea). Ese rol fundamental en la campaña lo tomó “Carli” Bianco, verdadero hombre de confianza de Kicillof, quien ejercía un “doble comando” con Insaurralde. A él lo acompaña Agustina Vila, la secretaria General de la Gobernación, y una voz calificada para el gobernador. Pero los poderosos intendentes chillan: “No hay confianza con ellos”, dicen mientras lamentan que en el inconsciente colectivo se instaló una imagen opulenta de los alcaldes.
“Lo de Martín nos horadó a todos, la gente piensa que todos tenemos millones de dólares y nos vamos con mujeres de viaje al exterior”, rezonga un intendente que asegura tener un patrimonio abultado desde antes de llegar a la gestión. Todos estos le esquivan los mensajes y las visitas a Martín Insaurralde. Quien ya es consciente de que la política es un asunto terminado para él.
Sofia Clerici con Martín Insaurralde, jefe de Gabinete de Axel Kicillof y ex de Jesica Cirio.
La nueva alianza de Kicillof
Las esquirlas del caso Insaurralde y este último tramo de campaña terminó de consolidar una nueva alianza en el peronismo provincial: la de Axel Kicillof con dos intendentes que le dan territorio y oficio político conurbano al estilo académico de gestión del gobernador. Después de un primer mandato aupado en su núcleo íntimo -y acotado- de sus tiempos académicos, el mandatario provincial ahora se aferra a Jorge Ferraresi (de Avellaneda) y Mario Secco (de Ensenada) para nutrir al Clío (figura de bajada al territorio heredada de 2019) de herramientas más concretas y terrenales.
Así, el gobernador intenta sortear una dificultad concreta propia para el manejo político, que tiene mucho de dedicación personal y empatía. Este esquema hizo que la Mesa de Ensenada no exista más, como se reconoce dentro del cristinismo. Y sectores que participaban en esa mesa que pugnaba por “CFK 2023”; como los gremios K y las agrupaciones Nuevo Encuentro o Kolina, se distanciaron de este nuevo polo alrededor de Kicillof.
A esa entente se ha sumado Andrés “Cuervo” Larroque, quien ha nutrido al grupo con su nueva agrupación “La Patria es el Otro” y a los movimientos sociales vía el Ministerio de Desarrollo de la Comunidad que él encabeza en la Provincia. Este dato es determinante en el campamento cristinista: Larroque pasó de ser la mano derecha de Máximo Carlos Kirchner a estar enemistado de modo frontal. Y después de un intercambio fuerte (“se putearon mal”, cuenta un intendente de estrecha relación con ambos), “El Cuervo” habló sobre el asunto con la propia Cristina. ¿Qué hizo la vicepresidenta? “Lo de siempre, lo defendió a su hijo”, cuenta el mismo dirigente, que también escuchó a la Doctora Kirchner pedir que lo dejen tranquilo a Kicillof en su intento por ser reelecto. Vengo ¿bancando? este proyecto…
Sergio Massa y Axel Kicillof en el acto de Unión por la Patria en el estadio de Arsenal. Foto EFE
Se viene el estallido
Mientras tanto, el mileísmo avanza con el armado de su esquema de gobierno, convencido de que, como señala su líder, Javier Gerardo Milei, La Libertad Avanza gobernará el país desde el 10 de diciembre.
Nicolás Posse oficia como el probable Jefe de Gabinete del “León” y le acerca los contactos con el mundo empresario, gracias a sus años gerenciales en Aeropuertos, la empresa de Eduardo Eurnekian. Pero quien tiene los lazos más afiatados con el mundo político es Guillermo Francos, el hasta hace poco representante del Gobierno de Alberto Fernández ante el BID, lugar al que arribó de la mano de su amigo Gustavo Béliz.
Guillermo Francos, en un segundo plano, con Domingo Cavallo. Archivo Clarín
Francos ya generó contactos con varios gobernadores: un lazo clave es el de Gustavo Sáenz, el gobernador massista de Salta, provincia donde Milei ganó en las PASO y en la que aspira a repetir el contundente resultado este domingo.
Pero una conexión que Francos reflotó es con Daniel Osvaldo Scioli de quien fue funcionario: de 2007 a 2011 presidió el Banco Provincia durante la gobernación del ex motonauta. Los dos viejos amigos estimaron las posibilidades de Milei en caso de acceder al poder: el teorema de Baglini fue motivo de análisis entre ambos.
Francos promete, desde su posible acceso a un eventual Ministerio del Interior, aportar expertise peronista para la gobernabilidad de un Milei que, de llegar a la Casa Rosada, no tendría poder propio entre los gobernadores ni en el Parlamento nacional. Una idea que explora Francos es la vía de un peronismo racional que aporte diálogo y colaboración para la gobernabilidad que necesitarán los libertarios. Allí, surge el nombre de Aníbal Florencio Randazzo, quien ya mantiene contacto con Victoria Villarruel (surgió la buena onda entre ambos en el debate vicepresidencial que realizó “A dos voces”) y quien habló bien públicamente de Milei.
La presidencia de la Cámara de Diputados es un plan que se ha analizado ofrecerle a Randazzo -desde el mileísmo- pues no contarán con número propio para imponer uno puro. El hoy segundo de Juan Schiaretti es bien visto. Salvo que Mauricio Macri aporte diputados y un nombre de relieve para apoyar al economista de la escuela austríaca, en caso de que la quimera de Javier Milei se transforme en realidad.
Fuente Clarin
