Llevaba tiempo persiguiendo este sueño. Un Balón de Oro que corrobora su calidad sobre el campo, pero también su tenacidad para ser siempre mejor. Su búsqueda de la perfección también le ha traído problemas, inseguridades y frustraciones, pero Aitana Bonmatí (Sant Pere de Ribes, 25 años) ya está en la cima del mundo. En esta temporada de 2022-2023, la que se valora para este galardón: campeona de la liga, de la Supercopa, de la Champions y del mundo. Pocos currículos mejores que el suyo, pocas ambiciones más altas que la suya. Así, no hubo sorpresas: Aitana Bonmatí, Balón de Oro 2023.
La jugadora ha forjado ese carácter de eterna mejoría desde pequeña, cuando jugar con la pelota era señal de escarnio y de críticas por ser niña. Pero no solo desafió todo aquello, jugando contra niños más mayores que ella, sino que lo superó como supera a las rivales, con inteligencia y maestría con los pies. Debutó en el club que quería, el Barcelona, con 13 años, y su carrera no hizo más que despegar de título en título. No solo con el club azulgrana, sino también con España, campeona de Europa sub 17 y sub 19.
Solo en este curso, consiguió llevar al Barcelona, galardonado también en esta gala como mejor equipo femenino de la temporada, a lo más alto en la competición doméstica y en la continental, 22 goles en 47 partidos. Una barbaridad que explotó del todo en verano, con el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Recortes, desmarques, desesperar a los rivales, goles y guía en centro del campo para llevar a España hasta el último partido del último día. Su actuación le valió el trofeo a mejor jugadora del Mundial. La antesala de este Balón de Oro que recibió vestida de negro y acompañada de compañeras del equipo como Mapi León, Salma Paralluelo, Patri Guijarro y Fridolina Rolfo.
Aitana vive por y para el fútbol. Centrada en su evolución, pasó horas y horas de ejercicios para que la pierna izquierda, que no es la suya natural, fuera igual de estupenda que la derecha. Pero también forja la cabeza con libros que le ayuden a ser mejor, como «Open», la biografía de Andre Agassi. Ella también sabe lo que se sufre con el deporte de élite, pero al contrario que el tenista, Bonmatí disfruta con el balón en los pies más que con cualquier otra cosa.
Sabe lo que es sufrir en el campo cuando las cosas no salen, cuando la exigencia y el perfeccionismo superaban incluso a su calidad. En 2018 fue expulsada en las semifinales del mundial sub 20 y escribió una carta de disculpa a sus compañeras: «Voy a jugar la final sin botas pero con el alma», señaló aquella Aitana. La de cinco años después, ya en Australia, siempre se culpaba en solitario: «El resultado (ante Japón, 4-0) lo dice todo. Pido perdón», pero siempre felicitaba en colectivo: «Sé lo duro que trabajo, lo que me exijo para llegar a estos momentos. Pero ha sido un mundial muy completo de todo el equipo».
No solo ha sabido regatear dentro del campo, también fuera. Fue parte de esa revolución en septiembre de 2022 que no se entendió del todo, con una carta firmada por 15 jugadoras que renunciaban a la selección si no se cambiaban algunas situaciones y personas que, creían, no estaban a la altura de la élite en la que querían moverse. Pero semanas después, Aitana fue de las que envió un correo de disculpa a la Federación, como otras siete compañeras, y fue añadida a la lista del Mundial, con Ona y Mariona, pero no las otras cinco. Mucho ruido a su alrededor que, repetía, no tenía por qué justificar, y que intentó callar con buen fútbol y goles.
Analista estupenda de cada partido, en lo personal baja la cabeza cada vez que le preguntan por sus sentimientos. «Me cuesta, me cuesta. Con palabras lo sé decir todo y expresarme, pero a nivel emocional, yo lo llevo dentro. Pero que estoy muy contenta, ¿eh?», comentaba tras alcanzar la final del Mundial.
El planeta fútbol se ha rendido a sus pies. Desde Pep Guardiola, quien dijo que estaba enamorado de su forma de jugar, hasta Xavi e Iniesta, orgulloso este último de que se le comparara «con la mejor jugadora actual». Y este Balón de Oro es solo la forma real de todo lo que Aitana significa en el fútbol actual: inteligencia, estrategia y una mejora continua para seguir ganándolo todo.
«Estoy muy orgullosa de recibir este Balón de Oro. Ha sido un gran año. Es un premio individual, pero el fútbol es un deporte colectivo, así que me gustaría darles las gracias a todos. Me gustaría darles las gracias a los tres clubes en los que he jugado, sobre todo al Barça, encabezado hoy por el presidente Laporta. Gracias por apostar por nosotros cuando nadie creía en nosotras. Quién me iba a decir que iba a jugar en un Camp Nou lleno. Gracias a todos y sobre todo a mis padres», comentó la jugadora antes de sonreír ante las imágenes de las calles de su pueblo y de las palabras que le dedican aficionados, entrenadores, sus padres y vecinos.
«Como jugadoras nuestra responsabilidad es seguir luchando por un mundo en paz e igualitario para todos», expuso en inglés.
«Estoy un poco nerviosa. Llevo ya unos cuantos días. Estar aquí, en la mayor gala del fútbol mundial significa mucho para mí. Soy una persona discreta, pero estar aquí es único y para valorarlo mucho. tengo al suerte de jugar en un gran club como el Barcelona, tengo a las mejores jugadoras al lado que me hacen mejor cada día y al mejor staff. Llevamos tres años llegando muy lejos y eso dice mucho de la mentalidad que tenemos», prosiguió hablando del Barcelona.
«España tiene un talento único. Dice mucho que llevemos tres años con el Balón de Oro en casa. Somos un país que vive el fútbol muchísimo y que trabaja cada día para ser mejores», comentó sobre la selección nacional.
En las votaciones, Bonmatí ha quedado por delante de Sam Kerr, su compañera de equipo y de selección Salma Paralluelo, Fridolina Rolfo y Mary Earps. Es la tercera española en conseguir este galardón, tras Luis Suárez (1960) y Alexia Putellas (2021 y 2022)
Fuente ABC