La eurozona vuelve a entrar en contracción y suma un año completo de estancamiento

La economía de la eurozona sufrió una contracción del 0,1% en el tercer trimestre del año según el dato adelantado publicado este martes por Eurostat. Los malos augurios se confirmaron finalmente, aunque la caída fue algo menor a la esperada por los expertos dados los malos indicadores que había cosechado la región en los últimos meses. El PIB se contrajo como consecuencia de la inflación, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre económica, que sigue golpeando especialmente a los países del este del continente.

Tras esta contracción, el crecimiento del PIB acumulado en el último año es de un exiguo 0,1%, lo que significa que la economía europea suma un año completo de estancamiento. Este dato no solo refleja el contagio económico provocado por la guerra en Ucrania, sino también las grandes dificultades de crecimiento que tiene el continente.

Sus economías se han vuelto poco productivas por la falta de inversión y poco consumidoras por la obsesión con el ahorro. El resultado es que la demanda interna no tira y hay una dependencia total del comercio exterior para crecer. Alemania ejemplifica todos estos problemas, ya que ha impuesto en Europa su visión de la economía: mucho ahorro y poca inversión y consumo. El país ha sufrido una nueva contracción económica del 0,1% en el tercer trimestre y su PIB está ya un 0,4% por debajo del que tuvo en el mismo periodo del año anterior.

Alemania no levanta cabeza y esto arrastra a toda la eurozona. España y Francia actuaron como contrapeso en el tercer trimestre del año con un crecimiento de su PIB del 0,3% y del 0,1% respectivamente. Por el contrario, Portugal sufrió una inesperada contracción del 0,2% y Austria cayó un 0,6%. También Estonia y Lituania sufrieron una contracción de su actividad del 0,2% y el 0,1% respectivamente, lo que ilustra las dificultades que están atravesando todavía los países que tenían mayores vínculos comerciales con Rusia.

La buena noticia de los datos publicados por Eurostat es que la inflación en Europa se sigue moderando a buen ritmo. El indicador adelantado del mes de octubre apunta a una moderación del IPC hasta el 2,9% respecto del 4,3% de septiembre. Esto supone una ralentización de la inflación de 1,4 puntos porcentuales, un dato muy favorable que ya acerca la variación de precios al objetivo del Banco Central Europeo, que es situarla cerca del 2%. De hecho, este dato tan favorable de inflación da margen al BCE para evitar nuevas subidas de los tipos de interés en el futuro. De hecho, con este dato todo apunta a que la subida de los tipos de interés ya se habría acabado.

La inflación subyacente (la que excluye alimentos no procesados y energía) se situó en el 5%, medio punto por debajo del dato de septiembre. En este caso, la moderación va a un ritmo algo más lento, ya que todavía existen importantes tensiones inflacionistas en el mercado.

Esta caída del IPC en la eurozona, sumada al repunte de los precios en España de los últimos meses, provoca que la inflación europea ya sea inferior a la de España. En concreto, el IPC de España es del 3,5% y el de la eurozona, del 2,9%, seis décimas menos. Este cambio es importante, ya que evidencia que España está teniendo más problemas para controlar los precios en los últimos meses, en especial por la persistencia de la inflación en los alimentos.

La economía de la eurozona sufrió una contracción del 0,1% en el tercer trimestre del año según el dato adelantado publicado este martes por Eurostat. Los malos augurios se confirmaron finalmente, aunque la caída fue algo menor a la esperada por los expertos dados los malos indicadores que había cosechado la región en los últimos meses. El PIB se contrajo como consecuencia de la inflación, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre económica, que sigue golpeando especialmente a los países del este del continente.