Bajó la cabeza, como todas, tras aquel 4-0 que encajó España en la fase de grupos del Mundial. Japón deshizo las líneas de la selección como quiso y por donde quiso; cuatro goles casi idénticos que cayeron como una losa en el vestuario. Pedía perdón Aitana, asumía culpas Irene Paredes, pero fue Misa la que se llevó el peor castigo: ni un solo minuto más en el torneo. «Y no fueron solo decisiones deportivas», apuntaba la portera hace unos días.
Tres meses después, siete partidos después, Misa Rodríguez volvió a defender la portería española. «Minutos antes de entrar a la charla, Montse me lo comentó. He tenido su confianza para ponerme en este partido y estoy agradecida», indicó sobre cómo se enteró de su titularidad. En la Nations League, contra Suiza, en un encuentro marcado por la superioridad de las de Tomé (1-7) que, sin poner el acelerador, anularon a la selección que será anfitriona en la Eurocopa de 2025. En una victoria colectiva, apagaron los ánimos y las ideas suizas, con poco que ofrecer a los 15 minutos ya con 0-2 en contra. No obstante, asomaron con un par de ocasiones de uy en la garganta que hicieron sobresalir a Misa: un blocaje ante un duro disparo de Lehman; una atajada a los pies de Piubel. Confianza, goles, control y todo encarrilado.
Habían sido dos tantos rápidos y se esperaba que Suiza saliera más enchufada en la segunda parte, pero quien salió como un ciclón fue España. No tuvo que activarse la mejor Aitana, tampoco sacar de ningún apuro Jenni, como contra Italia; la selección tenía en Oihane y María Méndez se estrenaron con gol con la camiseta nacional; Alexia apuntó que ya está casi al final del túnel con dos tantos; Athenea reivindica su energía salga en el minuto que salga, otros dos tantos, y hasta Maite Oroz aprovechó sus minutos con otro tanto.
Atropello de la campeona del mundo con fútbol alegre. Minutos para todas, incluida Misa, que, no obstante, protagonizó el despiste, un «he medido mal», que permitió a las suizas subir el gol de la honra. Alayah Pilgrim se aventuró en solitario en el minuto 68 hacia la portería española cuando ya estaba todo sentenciado (4-0); y allí, a Misa le asaltaron las dudas: salir o no salir. Cuando reaccionó, la suiza había superado su resistencia. Gol. Una anécdota en un partido estupendo.
Misa lo aceptó así: «Fue una lástima el gol. Siempre queremos mantener la portería a cero. No he medido bien el tiempo. Son cosas que pueden pasar, y el equipo ha estado conmigo y lo hemos hecho muy bien», comentó en el micrófono de La1 la portera, más fuerte desde aquel 31 de julio del Mundial, más firme desde aquel 20 de agosto y todo lo que sucedió después -tuvo que ir a declarar a la Audiencia Nacional en octubre-. A partir de ese momento, volvió a ejercer su autoridad entre los palos ante una gran ocasión de Aigbogun.
«Igual que en las demás demarcaciones, tenemos diferentes porteras que nos dan estabilidad. Optamos por Misa porque decidimos que era el partido para ella. Ha estado estable, ha intervenido en varias ocasiones y lo ha hecho bien», esgrimió Tomé. «Hemos seguido animándonos entre todas. Hemos dicho que no pasaba nada, teníamos ventaja. Había que ir a por otro gol y esa era la mentalidad. Si nos marcan, ir nosotras a por más», señalaba Oihane Hernández. Faltan dos jornadas de Nations League y España asoma la patita en la siguiente ronda. Con un triunfo en Pontevedra ante Italia (1 de diciembre) estaría clasificada. Con dos, ante Suecia en Málaga el 5 de diciembre, los Juegos. España está lista para cerrar un expediente, por ahora, inmaculado, con minutos y protagonismo de todas, también de Misa, tres meses después.
Fuente ABC