En una Liga bicéfala, con el Real Madrid y el Barcelona pugnando año sí y año también por ganarla, la aparición del Girona supone cierto aire fresco y la constatación de que haciendo bien las cosas, con un proyecto coherente, paciencia y sin un presupuesto faraónico se le puede plantar cara a los dos gigantes de nuestro fútbol. Se frotan los ojos y sueñan en Gerona con emular la gesta del Leicester, que hace siete años ganó la Premier cuando su objetivo principal era mantener la categoría. De momento, les ha bastado un tercio de campeonato para uparse al liderato, deslumbrar con su apuesta futbolística y atemorizar con su pegada, siendo el máximo goleador de la categoría con 29 tantos.
Ante Osasuna volvieron a demostrar que no están ahí por casualidad. Los de Míchel, aunque marcaron primero, supieron remontar un encuentro que por momentos se les complicó y presentaron sus credenciales a objetivos más elevados que a la mera permanencia. Europa está en el abanico de metas del club catalán y como soñar es gratis, ¿por qué no protagonizar una gesta como la de David ante Goliath?
El partido comenzó de cara para el Girona, que al cuarto de hora ya mandaba en el marcador gracias a un contragolpe gestado por Savio y Dovbyk y culminado por Iván Martín. Pero Osasuna supo darle la vuelta con un Budimir inspirado. El croata puso primero las tablas tras una combinación con Moi Gómez y después adelantó a los suyos, ya en la segunda parte, aprovechando un centro de Mojica. Mérito suyo en el desmarque y demérito de la zaga catalana tras una jugada en la que los locales urdieron 19 pases para materializar el gol. Aún no se había llegado a la hora de juego y el tanto navarro desató el vendaval de juego del Girona, con Savio y Dovbyk haciendo estragos y el resto del equipo poniéndose el mono de trabajo.
La remontada del Girona se gestó desde la banda (es el equipo que más goles consigue con centros laterales) y Jagoba Arrasate se estiraba de los pelos. Era el mal endémico de Osasuna, que no aprendía la lección. El gol de Dovbyk de cabeza en el segundo palo tras un centro de Miguel Gutiérrez fue la antesala de lo que se avecinaba. Reaparecía Tsygankov tras su lesión para poner en ventaja a los catalanes a falta de diez minutos para el final. Se lanzaron los navarros a por el empate. a la desesperada. Y llegó la puntilla del Girona sobre la bocina. Un auténtico golazo de volea de Aleix García, que sigue opositando para entrar en los planes de Luis de la Fuente. El centrocampista da asistencias, marca goles y también defiende.
Míchel sueña en grande
Duerme líder el Girona a la espera de lo que haga hoy el Real Madrid ante el Rayo en el Bernabéu. «No estamos en la liga del Barça, el Madrid o el Atlético de Madrid, pero lucharemos para estar en la liga de los que vienen detrás suyo. Sueño con esto, en poder estar en la liga de la Real, del Athletic, del Rayo, etc. Ahora sí sueño con esa liga. El objetivo de la permanencia está cerca y, sin dejar de pensar en ese objetivo, hay la posibilidad de dar un paso más», explicaba el entrenador Míchel Sánchez, uno de los artífices de este Girona, junto a Quique Cárcel, el directo deportivo que ha sido capaz de armar una plantilla que ya es la gran sorpresa de Europa.
OSASUNA: Herrera; Areso, Catena, David García, Peña (Barja 83), Oroz (Raúl García 83), Torró (Moncayola 89), Moi (Ibáñez 75), Ávila (Rubén García 75), Budimir, Mojica.
GIRONA: Gazzaniga; Arnau, Eric García, Blind, Miguel, Y. Herrera, Aleix García, Iván Martín (Portu 85), Yan Couto (Tsygankov 69), Dovbyk (Stuani 85), Savio.
GOLES: 0-1. m.16: Iván Martín. 1-1. m.25: Budimir. 2-1. m.55: Budimir. 2-2. m.71: Dovbyk. 2-3. m.80: Tsygankov. 2-4. m.90: Aleix García.
EL ÁRBITRO: Munuera Montero (Comité andaluz). Amonestó a Ávila, Budimir, Arnau, Y. Herrera, Torró y Stuani.
Fuente ABC