LA HABANA, Cuba. – En días pasados se celebró en La Habana la 2da. Conferencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción, una cita en la que usó de la palabra el secretario general de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento. Por supuesto, con una arenga para que los trabajadores de este sector apoyen cada día más las directivas trazadas por la cúpula del poder.
Ante una demanda generalizada de aumento de salarios para enfrentar la carestía de la vida, el mandamás de la CTC expresó: “A nosotros sí nos toca hablar de ingresos, pero nunca hablaremos de ingresos que no tengan respaldo productivo, porque no seríamos un sindicato revolucionario” (“Construir para el pueblo y por la Revolución”, periódico Trabajadores, edición del 6 de noviembre).
Guilarte de Nacimiento no hizo otra cosa que repetir el argumento gubernamental que asoma cada vez que se escucha una solicitud de aumento de salarios. De esa forma, una vez más, desoyó los planteamientos de los trabajadores para alinearse con la jerarquía castrista.
A renglón seguido, el mayoral de la CTC se lamentó de que estuviese decreciendo la sindicalización entre los constructores, entre ellos los que se desempeñan en el sector no estatal. Evidentemente se trata, entre otras cosas, de una consecuencia del accionar de ese gremio progubernamental, que mantiene en un segundo plano la defensa de los intereses de los trabajadores.
Y acerca de los resultados productivos de los trabajadores de este sector, un tema del que seguramente mucho se debatió durante esta conferencia, nada aparece en la referida información del periódico Trabajadores. Al parecer, las noticias en ese sentido no resultan nada agradables para el oficialismo.
Mas, auxiliándonos por medio del Anuario Estadístico de 2022, emitido por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), hemos podido acceder a algunas cifras al respecto.
La construcción de viviendas, una de las actividades más importantes del sector, concluyó el 2022 con 20.232 viviendas terminadas, una cifra que representa menos de la mitad de las viviendas terminadas en 2019, cuando se lograron concluir 44.566. Problemas organizativos, éxodo de constructores hacia otros sectores de la economía ―con especial resonancia la partida de personal calificado, como ingenieros, proyectistas y obreros calificados―, la apatía de las brigadas constructoras estatales, así como las bajas producciones de materiales de la construcción, han incidido en este pobre resultado.
Precisamente, ya que hablamos de los materiales de la construcción, tenemos que referirnos a la caída productiva de muchos de ellos, algunos de gran importancia para el exitoso desempeño de este sector. En el año 2022, con respecto al 2021, disminuyeron las producciones de cal, cemento, arena, piedra triturada, losetas hidráulicas (mosaicos), hormigón prefabricado, tejas de asbesto cemento, azulejos, barras de acero, madera aserrada, y marcos, puertas y ventanas de madera. Estos últimos componentes ya escaseaban sobremanera en tiempos del llamado Período Especial, cuando muchas viviendas, las llamadas de “bajo costo”, se entregaban sin puertas en los baños y las habitaciones.
Algunos de estos materiales, sumamente escasos, son robados de las obras. En este sentido los asistentes a la 2da. Conferencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Construcción destacaron la falta de combatividad e integralidad en el enfrentamiento al delito, el robo y la corrupción. Es decir, que desaparecen los materiales de la construcción, y nadie ve nada, ni saben quién se los llevó.
Las cifras también nos muestran la desacertada ―o voluntarista― política inversionista de las autoridades cubanas. Por ejemplo, sectores productivos como la agricultura, la pesca y la industria azucarera, recibieron inversiones en el año 2022 por 1.060 millones, 274 millones, y 223 millones de pesos, respectivamente. En cambio, para la construcción de hoteles se destinó la alta cuantía de 1.397 millones de pesos. Todo para que buena parte de las habitaciones hoteleras permanezcan vacías.
Pero bueno, hay que mantener contentos a los muchachos de GAESA, el emporio militar que controla la industria turística cubana.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org