Europa, por el contrario, navega este mundo de incertidumbres a la deriva, azotada por el oleaje. “Me preocupa mucho Europa”, reconoce Gloria Hernández, consejera no ejecutiva del Grupo DIA, Nortegas y Parkia, y directora general del Tesoro entre 1999 y 2003. “Tenemos muy poca relevancia en el mundo”, advierte, máxime con una política cortoplacista que no se encarga de afrontar los retos de largo plazo.
Europa combina una posición fiscal límite, con muchos países sin margen de endeudamiento, con costes financieros crecientes y productividad estancada. “La demanda interna se va a debilitar enormemente”, advierte Hernández. Y todo ello con regulación creciente que pone en dificultades la inversión empresarial. “Es imprescindible generar un buen marco regulatorio que estimule la inversión en el sector privado”, añade Arnal. “Se debería analizar cada ley que se quiera aprobar desde el punto de vista de la eficiencia económica. Preguntarse: ¿Esto nos va a ayudar a crecer, a crear empleo?”, sentencia Hernández. Pero también hay que mirar la regulación desde el punto del crecimiento justo: ¿nos servirá para que el crecimiento llegue a todos los estratos sociales?
Fuente El Confidencial