Es una noche de éxito por el pleno de la selección, ante Georgia séptima victoria consecutiva, y de dolor por la grave lesión de Gavi, el pulmón del equipo que se marchó entre lágrimas. Un importante percance en la rodilla le puede dejar fuera de la próxima Eurocopa porque el asunto pinta mal. El jugador del Barcelona se hizo daño al caer de un salto y rápidamente se percató de la dolencia, entre lágrimas y gestos de tortura. España será cabeza de serie en el sorteo de la Eurocopa.
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España
Unai Simón; Carvajal, Le Normand, Iñigo Martínez, Gayà; Rodri (Zubimendi, min.86), Fabián; Ferran Torres (Yamal, min.65), Gavi (Sancet, min.26), Nico Williams (Riquelme, min,86); y Morata. -
Georgia
Mamardashvili; Kakabadze (Mamuchashvili, min.89), Lochoshvili, Kashia, Kvirkvelia, Azarov (Gocholeishvili, min.77); Kvekveskiri (Mekvabishvili, min.60), Kochorashvili; Chakvetadze (Altunashvili, min.89); Kvaratskhelia y Mikautadze (Davistashvili, min.60). -
Goles
1-0, minuto 4. Le Normand; 1-1, minuto 10. Kvaratskhelia; 2-1, minuto 55. Ferran Torres; 3-1, minuto 72. Lochoshvili en propia puerta. -
Árbitro
Ovidiu Hategan (RUM). Amonestó a Rodri (min.56) e Iñigo Martínez (min.94), por parte de España, y a Kvaratskhelia (min.75), al seleccionador Willy Sagnol (min.75) y a Kashia (min.83), por Georgia.
Un mosaico pleno de banderas en el violeta estadio de José Zorrilla entona el himno español con devoción y entusiasmo contagioso. Hacía diecisiete años que la selección no competía en Valladolid y el público, los periodistas locales o el personal de apoyo se entregan con total veneración. Gente agradecida que representa en primera persona la España territorial, del interior, que vive ajena a la permanente pugna Real Madrid-Barcelona, a la que le preocupa más su Pucela en Segunda y la cosecha del cereal que las cuitas de las capitales. En Valladolid la selección encuentra el calor de la España vacía, de multitud de aficionados que acuden de los pueblos cercanos a un día histórico para ellos.
Nada que ver con la percepción de la centralidad, según la cual el partido de la selección española es un contratiempo que solo puede generar lesiones o malas noticias. Cómo si los futbolistas no se lastimaran con sus equipos, véase el caso de Yeremi Pino, descartado para la Eurocopa por una rotura del ligamento cruzado.
La selección no especula en Zorrilla, pese a que tiene barra libre y no va a recibir improperios, sino apoyo incondicional. La noche viene de cara, Ferrán pone un centro preciso y Le Normand mete la cabeza. 1-0 en el minuto 3 y una velada para disfrutar, piensa la gente mientras hace la ola.Todo se tuerce, así es el fútbol, en un contragolpe hilvanado a la perfección por los georgianos que coge la espalda de Le Normand y Carvajal. Kvaratskhelia marca con gran propiedad. La defensa es la cruz del grupo de De la Fuente, aunque es un problema que se arrastra desde hace tiempo, también con Luis Enrique. Defensas tirando a blandos y sin demasiada jerarquía.
El partido adquiere una mueca de gravedad con las lágrimas de Gavi, un tipo enérgico que convierte el pundonor en bandera. Sale trastabillado de un primer rodillazo y en el segundo cruce, dobla rodilla después de un salto. Él mismo anticipa el desconsuelo con gestos de dolor y llanto al marcharse a los vestuarios. La Federación confirma los peores presagios en el descanso del partido: «Lesión importante en su rodilla derecha, pendiente de efectuar pruebas». El asunto tiene muy mala pinta para el jugador del Barcelona, que en las primeras impresiones puede perderse la Eurocopa.
Contagiada por el mal fario de esa lesión, la selección tarda en rehacerse, compromete la pelota, Rodri pierde más balones de la cuenta, la pelota no llega en condiciones a Morata y solo Ferrán estimula al colectivo con un fútbol dinámico y colorista. Por la izquierda y por la derecha, pone buenos centros. Mamardashvili, un portero colosal, evita el gol de Morata en un disparo a bocajarro. España, incómoda con el empate, enseña tibieza y nervios en defensa para taponar las acometidas de los georgianos, que lo tienen claro: robar y correr.
La gravedad de la lesión de Gavi se aprecia en el detalle de Ferrán al anotar el segundo gol español. Una gran jugada por la izquierda que cabecea a la red acaba con la camiseta de Gavi en sus manos, en modo homenaje cuando hace apenas media hora que ha abandonado el terreno de juego. Los futbolistas se percatan en el vestuario que el dolor de Gavi no tiene consuelo y la lesión, como dice la FEF, es importante.
El partido pierde fuelle por la noticia de la lesión del consolidado centrocampista del Barcelona. Cuesta celebrar una victoria cuando pesa en el ánimo la desdicha de un compañero. Georgia sigue a lo suyo, correr a campo abierto, pero no cuaja. Lochosvhill marca en propia, el tercero de España en una noche que duele más que otra cosa.
Fuente ABC