En su regreso a la Fórmula 1, Las Vegas depara un gran premio singular. Una pasarela de vips al más alto nivel y una carrera loca. Diversión, en definitiva, lo que busca cualquier espectador. Canta victorioso Max Verstappen, autor de una victoria muy trabajada, compleja esta vez. La decimoctava del año. Y celebran una gran remontada Carlos Sainz, sexto, y Fernando Alonso, noveno. Los dos españoles hicieron un trompo en la salida que les complicó la noche en Nevada.
La imagen que perpetra la salida es una inédita coreografía española. Un trompo de los dos pilotos ibéricos en la curva uno que los envía al fondo del pelotón. Alonso gira por completo el coche con los neumáticos tan fríos y Sainz roza su Ferrari con otro monoplaza y se queda cruzado en medio de la pista.
Los españoles emprenden entonces una huida hacia adelante, Sainz decimoctavo y Alonso decimonoveno, carrera en remontada después de una salida compleja que tiene mucha relación con la nocturnidad y las bajas temperaturas en Las Vegas.
Lo que viene a continuación es una locura que obliga a observar con mil ojos todos los detalles. Alonso cambia el alerón delantero y comienza la cabalgada. La misma remontada le ocupa a Carlos Sainz. A Verstappen le castigan los comisarios con cinco segundos por echar de la pista a Leclerc. «Envíales saludos», ironiza el neerlandés.
Como era imaginable en Las Vegas sale el coche de seguridad por un potente accidente sin consecuencias físicas de Lando Norris. La velocidad del Ferrari en esta pista se expresa en el adelantamiento de Leclerc a Verstappen, que festejan en medio mundo menos Holanda.
Hasta el ecuador, la carrera es pura fantasía, un jolgorio de adelantamientos, peleas por posición, cambios de líder y diferentes estrategias.
Recuperar posiciones
Alonso recupera muchas posiciones y también Carlos Sainz. Esta vez les toca bailar juntos, luchando entre ellos o buscando el avance ante coches más lentos. No fue Lance Stroll uno de ellos. El compañero de Alonso ganó diez posiciones en la salida y se mantuvo firme en plazas delanteras.
Otro toque, esta vez de Russell con Verstappen, provoca el segundo coche de seguridad. Un lance que en en teoría beneficia a los dos españoles, que tienen parada gratis. La situación se calma en el larguísimo circuito de Nevada y cada coche va a su posición.
Dominan los dos Red Bull y el Ferrari de Leclerc, los tres coches se miden en una pugna con pronóstico favorable a Verstappen, siempre sólido, siempre consistente, su Red Bull una hormigonera que no sufre daños tras el impacto con Russell.
Las ruedas blancas (duras) de Leclerc se vienen abajo en el tramo final y los dos Red Bull se lo meriendan en sucesivos cortes. Primero Verstappen, que había pasado a Checo Pérez sin polémica, y luego el mexicano dan cuenta del monegasco.
No hay posibilidad de disputa entre Verstappen y Checo Pérez porque, aunque conducen el mismo coche, no son lo mismo. El neerlandés se escapa, registra cuatro segundos de diferencia y se encamina hacia otra victoria. Como en Brasil, Checo muerde el polvo en la última vuelta. Le adelanta Leclerc y le birla la segunda plaza.
Para los españoles queda el sabor agridulce de la remontada. Potente en el caso de Sainz, que acaba sexto, y no menos meritoria de Alonso, noveno.
Fuente ABC