Entre las autoridades del Palacio de Hacienda que nombre el presidente electo, Javier Milei, y Emilio Ocampo quien se anticipó como titular del Banco Central (BCRA) tendrán que enfrentar la presión de los importadores para que el Gobierno comience a cancelar la deuda comercial que se disparó por la demora en los pagos al exterior.
En un contexto que continuará tensionado por la escasez de divisas, dentro de su plan económico, la gestión liberal deberá definir su política de administración del comercio, cuyos lineamientos se atan al rumbo de la actividad económica que demanda bienes y servicios de todo tipo: desde piezas, partes e insumos industriales hasta pago de fletes, licencias y honorarios profesionales.
A cambio de sostener el ritmo en los sectores productivos y contra la recomendación del Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta ahora, el Gobierno priorizó autorizar importaciones por cerca de u$s 6000 millones mensuales, sin embargo, por la demora en las aprobaciones de giros al exterior la deuda saltó a u$s 54.000.
Por eso, este punto es uno de los que mayor preocupación genera entre los empresarios y será otra fuente de presión sobre el mercado de cambios y la apertura del “cepo” ya que se trata de una demanda de divisas reprimida.
El sector privado describe la problemática como “generalizada” sin embargo existen sectores más y menos dependientes lo que se refleja en el nivel de endeudamiento que acumula cada actividad.
Entre los principales sectores deudores, según el último informe de Romano Group, la industria manufacturera lidera el primer puesto con el 47% (u$s 22.500 millones) del stock total, seguida por el sector de comercio y automotor con un 22% (u$s 10.500 millones).
Entre ambos representan el 70% del stock total, lo que reduce “drásticamente” los actores involucrados, señaló el documento que elaboró Salvador Vitelli, jefe de Research.
En ese sentido, desatacó que el 66% de la deuda de privados se concentra en capital que ya es exigible, sin vencimiento pactado, o bien con plazo hasta 3 meses. Es decir, que del total dos tercios de la deuda generará presión en el corto plazo.
Respecto a los acreedores, los exportadores y fuentes privadas representan el 60% de la deuda total, con u$s 28.500 millones, mientras que las fuentes oficiales – como gobiernos y organismos internacionales – con u$s 17.500 millones, un 36% del total.
Fuente El Cronista