Vetos como el de Sánchez a ABC alarman en el mundo a los grupos de libertad de prensa>

Ahora, en España, la presidencia del Gobierno ha vetado a ABC del grupo de medios que acompañaron a Pedro Sánchez en el primer viaje internacional de su nuevo mandato, a Israel y Egipto. Sánchez, a través del secretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallès, negó el acceso de este diario al avión presidencial, a pesar de haber presentado en tiempo y forma la documentación requerida.

En años recientes, España ha ido descendiendo en el índice de libertad de prensa que elabora Reporteros Sin Fronteras, hasta situarse donde está hoy: puesto 36, por debajo de países como Portugal, Chequia o Namibia. Llegó a estar en el puesto 29 hace cuatro años. En 2020 Reporteros Sin Fronteras pidió mayor transparencia al gobierno español por su sistema de preguntas y acceso al presidente del Gobierno. Son denuncias similares a las que han hecho esa y otras organizaciones, como Human Rights Watch, en los casos de gobernantes como Trump o Bolsonaro.

Esa organización dijo ya en 2020 que «las cortapisas del Gobierno al libre ejercicio de la profesión periodística arrancaron antes siquiera de que se constituyese como tal, con la firma del acuerdo entre el PSOE y Podemos, cuya escenificación solo estuvieron autorizados a presenciar los reporteros gráficos, quedando los periodistas ‘aparcados’ en una sala distinta».

Restricciones en Moncloa

La Asociación de la Prensa de Madrid (APM) y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) han denunciado en diversas ocasiones las restricciones de Moncloa a la prensa. En EE.UU., Trump intentó limitar el acceso de periodistas que consideraba críticos o incómodos a la Casa Blanca y a sus viajes, pero fracasó por el respaldo de los colegios profesionales y la justicia a los medios y sus profesionales. Uno de los casos más sonados fue el del corresponsal Jim Acosta, de la CNN, a quien le retiraron las credenciales sin dar más explicaciones, lo que provocó un litigio y la pronta restitución de esas mismas acreditaciones.

En Brasil, la presidencia de la república bajo Jair Bolsonaro expulsó a periodistas de medios generalistas. La última intentona fue en 2022, cuando el entonces presidente viajó a Rio de Janeiro para un acto con religiosos evangélicos y antes de su intervención agentes de seguridad expulsaron a los corresponsales de ‘Folha de S. Paulo’, el principal diario brasileño, y la cadena de televisión Globo.

En 2020, durante una visita a de Bolsonaro a Trump en Miami, la delegación brasileña expulsó al corresponsal de Folha de la cobertura oficial alegando, como alega Sánchez ahora en el caso de ABC, limitaciones de espacio y problemas logísticos. Como ya hicieron en sus casos los directores de los medios afectados en EE.UU. y Brasil, el director de ABC, Julián Quirós, ha comunicado su protesta oficial a la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC), por considerar el periódico lesionados tanto su derecho a la información como a la libre competencia.

Con Sánchez, el equipo de presidencia del Gobierno ha restringido notablemente el acceso de la prensa a los actos oficiales. En algunas visitas del presidente del Gobierno español a EE.UU., por ejemplo, su equipo declaró que la mayoría de sus actos se seguirían con «cobertura oficial», es decir, su equipo pasaría a la prensa un resumen de sus reuniones y fotos y vídeos, sin preguntas.

Así sucedió, por ejemplo, durante una visita a Nueva York y California en julio de 2021. Sánchez sí habló con los medios durante una visita a una oficina comercial en Manhattan, para ofrecer algunas impresiones, pero prohibió que se le grabara y que se le citara textualmente. Ese tipo de conversaciones informales, sin atribución, se han hecho más comunes en años recientes, según varios profesionales que siguen habitualmente al presidente.

En el caso de EE.UU., la Casa Blanca sí restringe el acceso de medios al presidente durante algunos actos oficiales, como conversaciones en el Despacho Oval o visitas en el avión Air Force Once. Aun así, lo que la Casa Blanca hace es comunicar un cupo a la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca y esta elige a quienes acompañan al presidente de forma rotatoria, asegurándose de que los principales diarios, agencias, radios y televisiones tienen acceso continuado al presidente, quien suele hablar con los medios, siempre bajo atribución directa.