Por Rafael Mathus Ruiz
WASHINGTON.- Javier Milei tendrá sólo una reunión en Washington: irá esta tarde a la Casa Blanca donde se reunirá con el asesor de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, y otros funcionarios del gobierno norteamericano. Luego de ese encuentro, en el que también estará Gerardo Werthein, Mile regresará a Buenos Aires junto a su hermana, Karina Milei, y su mano derecha, Santiago Caputo.
Milei llegó anoche a Washington proveniente desde Nueva York y cerca de las 21, hora local, se instaló en el Hay-Adams, un histórico hotel de lujo ubicado frente a la Plaza Lafayette, en el lado opuesto de la Casa Blanca. Milei llegó con su hermana, Karina Milei, su mano derecha, Santiago Caputo, y el resto de la comitiva que integran Gerardo Werthein, Luis “Toto” Caputo y Nicolás Posse. Con ellos estaba también viajó el embajador norteamericano en Buenos Aires, Marc Stanley, quien lo acompaña en su gira.
Esta tarde, Milei tendrá el encuentro más importante de su visita cuando vaya a la Casa Blanca para ver a Sullivan, un día después de almorzar en Nueva York con el expresidente Bill Clinton y Chris Dodd, exsenador demócrata y asesor Especial para las Américas del presidente, Joe Biden, de quien además es su amigo personal.
“Tuvimos un excelente almuerzo con Chris Dodd y Bill Clinton en el que les expresamos nuestra visión para la Argentina y los cambios que hacen falta. Ambos se mostraron muy alineados con nuestras ideas”, dijo anoche Milei al llegar al hotel. “Tenemos una reunión en Casa Blanca con Jake Sullivan en la que vamos a expresar nuestra posición y las medidas que vamos a implementar a partir del 10 de diciembre”, adelantó.
Milei no irá al Fondo ni al Tesoro. Luego del encuentro con Sullivan, regresará a Buenos Aires. Las reuniones técnicas –o “protocolares”, en la mirada de la comitiva– quedarán en manos de Luis “Toto” Caputo, quien apunta a ocupar la silla del 5º piso del Ministerio de Economía, y Nicolás Posse, futuro jefe de gabinete.
La llegada de Milei a Washington fue el punto final de un día agitado. Aterrizó a las 4 de la mañana, hora local, en el aeropuerto Teterboro, en Nueva Jersey, y comenzó su periplo en Estados Unidos con una visita muy temprana a “El Ohel”, la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, mejor conocido como “el Rebe de Lubavitch”, un lugar sagrado para el judaísmo ortodoxo. “Voy a dar gracias”, había anticipado en una entrevista LN+. Milei estuvo allí menos de una hora, con su hermana Karina y con Werthein, quien se perfila como futuro embajador en Washington.
Unas horas después, mientras Milei almorzaba con Clinton y Dodd, el embajador Marc Stanley y sus asesores, la Casa Blanca le brindó la primera señal de bienvenida.
“Queremos seguir buscando formas de cooperar con la Argentina”, dijo en la sala de prensa de la Casa Blanca el director de Comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, al ser consultado sobre la visita de Milei. “Esperamos obviamente escuchar las ideas del presidente electo y dónde quiere ir con sus políticas y asegurarnos de mantener el canal de comunicación abierto”, completó.
Con su paso por la Casa Blanca, Milei tendrá la posibilidad de desplegar su visión y despejar las dudas y los interrogantes que dejó su campaña para forjar, cara a cara y en persona, una primera impresión en Washington. Las declaraciones de Kirby volvieron a dejar en claro la férrea intención de la Casa Blanca de minimizar las inocultables diferencias ideológicas entre Milei y Biden en pos de las afinidades y el fortalecimiento del vínculo bilateral, una actitud que el gobierno de Biden ya ha desplegado con otros socios regionales.
La visita tiene como foco ineludible la ardua tarea de reparar la economía argentina. En el Tesoro y en el FMI, Caputo y Posse discutirán el perfil del programa económico, que apunta a imprimir un fuerte ajuste fiscal y un reacomodamiento de las variables monetarias para comenzar a estabilizar la economía. Caputo ya ha mantenido contactos virtuales con el staff del Fondo, una primera aproximación para poner en marcha una nueva negociación a partir del 10 de diciembre.
Fuente La Nacion