Armengol reivindica que la esencia transformadora de las Cortes de León debe ser el «faro» del parlamentarismo actual>

Armengol ha iniciado su intervención recordando que en marzo de 1188, entre las murallas de la ciudad de León, el rey Alfonso IX desarrolló el instrumento de gobierno del Parlamento, que se convirtió en el primer lugar donde debatir opiniones con libertad y elaborar y aprobar leyes en base a acuerdos entre representantes de diferentes intereses sociales. «Así, en paz, en medio del Medievo y en los claustros de la Iglesia de San Isidoro, nobles, obispos y residentes urbanos, es decir ciudadanos, alumbraron la práctica moderna de la representación parlamentaria», ha precisado.

En este sentido, Armengol ha señalado, según recoge la Agencia Ical, que las Cortes de León lo transformaron «todo», al «resignificar» el lenguaje político pero también la esencia misma de los gobiernos. «Cuestionaron, por primera vez, lo arbitrario del poder y pusieron el diálogo en el centro. Incidieron en que los representantes no siempre comparten la misma realidad y que ésta está sujeta a interpretaciones. Posibilitaron que esos desacuerdos acerca de la realidad se convirtieran en acuerdos vinculantes para el bien común. Es decir, es a partir de lo diverso donde nace un sistema político integrador», ha añadido.

“Punto de encuentro”

Francina Armengol, en el discurso de apertura de la Legislatura, ha hecho un alegato en defensa del parlamentarismo y reclamado a los diputados que ejerzan el parlamentarismo de forma «leal» y «honesta» pero también que eviten, «en todo momento», su «degradación» y su desaparición. En este sentido, ha citado al expresidente del Congreso, Manuel Marín, en otra apertura de las Cortes Generales: «No debemos olvidar que la Constitución fue, es y será siempre nuestro punto de encuentro». Ha asegurado que el Parlamento es la «espina dorsal» de una democracia por que el pueblo ejerce su poder. Por lo tanto, es un elemento «indispensable» para las libertades de las sociedades, vigilar y proteger los derechos de mayorías y minorías, defender el control público de los poderes y hacer transparente el funcionamiento del sistema.

En presencia de los reyes de España, la presidenta del Congreso ha recordado que el parlamentarismo se extendió a lo largo de Europa y sobrevivió a través de los siglos, aunque ha reconocido que sufrió «importantes» debilitamientos en las primeras décadas del siglo XX. Hasta el punto que, ha precisado, que en 1941 solo quedaban once democracias parlamentarias en todo el mundo y en Europa llegó a contabiliza tres.