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La inversión sostenible está pasando por una crisis de identidad enorme y no precisamente por las presiones de políticos conservadores, sino porque no están logrando estar a la altura en rentabilidad. La semana pasada The Wall Street Journal advertía de unos reembolsos de 14.000 millones en fondos ESG en EEUU en lo que va de año y ayer era Financial Times quien se hacía eco de los problemas de la industria de inversión ESG. Este fin de semana, nosotros publicábamos que en España esa retirada ascendía a 8.600 millones. Extrapolen los tamaños de los distintos mercados (solo Apple vale cinco veces más que todo el Ibex 35) y se darán cuenta de la sangría que eso supone para ese segmento del mercado. Tariq Fancy, que fue director de inversiones sostenibles de BlackRock, lo advertía en una entrevista en 2021 en El Confidencial: “El ESG es márketing”. Los gestores de fondos con la etiqueta sostenible deben ponerse las pilas. Las promesas de que sus inversiones van a salvar el mundo ya no van a ser suficiente para vender sus productos. Los inversores acaban de mostrarles que o estas promesas van acompañadas de resultados o se llevarán el dinero a otra parte.
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Fuente El Confidencial