¿Cuándo empezarán a bajar los tipos de interés en Estados Unidos? Los mercados anticipan que será pronto, y ya dan por descontado que no habrá más subidas. Los datos de la inflación interanual, que volvió a ceder en noviembre hasta el 3,1%, avalan esta teoría, aunque la subyacente, que no tiene en cuenta los elementos más volátiles, sigue encaramada en el 4%. Las voces que dan por zanjada la espiral de los últimos dos años crecen, pero la obligación de la Reserva Federal es mantener la prudencia y guardarse un as en la manga por si la situación cambia y hay que endurecer de nuevo la política monetaria. De momento, el precio del dinero es el más alto de los últimos 22 años: un rango entre el 5,25% y el 5,5%. El banco central norteamericano ha decidido no tocarlo en su última reunión del año, pero augura hasta tres bajadas para 2024.
El Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC, por sus siglas en inglés) no ha dejado espacio a la sorpresa. Como anticipaban todos los analistas, la Reserva Federal ha mantenido el freno de mano en su sitio por tercer cónclave consecutivo. El motor que se detuvo en septiembre, tras la mayor aceleración de la historia (11 subidas: desde el 0,25% hasta el 5,5% en solo un año y medio), no tiene visos de volver a arrancar, y ahora las incógnitas se centran en cuándo se iniciará la marcha atrás.
La letra pequeña del informe de FOMC siempre constituye una buena hoja de ruta para atisbar el punto de llegada, aunque no trace el camino exacto. Esta vez tocaban previsiones, y lo cierto es que aportan novedades sustanciales respecto a las últimas —del pasado septiembre— que indican por dónde pueden ir los tiros durante los próximos meses. Ya puede decir lo que quiera el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, que lo cierto es que todos los miembros del FOMC piensan que por fin se ha alcanzado la cima. En septiembre, 7 de los 19 encuestados preveían una nueva subida antes del final de 2023, pero se equivocaron, como ha quedado patente este miércoles. En septiembre, 2 los 19 encuestados todavía veía que los tipos acabarían 2024 por encima del 5,5% actual, y hoy ninguno contempla esa posibilidad.
Del ‘higher for longer’ al aterrizaje suave
Como es obvio, ambos hechos están relacionados: si tenía que haber una última subida, con la que la Fed siempre ha jugado, debería haber sido este año. Al no haberse producido, la incógnita estriba en cuándo se iniciarán las bajadas. Y, aunque el famoso cuadro de puntos no establece fecha alguna, también aporta algunos indicios novedosos respecto a la previsión que hizo el FOMC a la vuelta del verano. Entonces, cuatro miembros aventuraban que los tipos cerrarían 2024 un cuarto de punto por debajo del nivel actual, es decir, el equivalente a una bajada de 0,25. Otros cuatro preveían dos bajadas, tres miembros auguraban hasta tres recortes y otros dos incluso cuatro.
Ahora, el repliegue se antoja más ambicioso. Solo dos miembros consideran que los tipos acabarán 2024 igual que 2023, y solo uno augura un único recorte. Hasta cinco auguran dos bajadas de 0,25 puntos, seis auguran tres y cuatro miembros prevén cuatro. De media, en septiembre, los miembros del FOMC situaban los tipos a final del año que viene en el 5,25% (rango alto), mientras que ahora lo hacen en el 4,75%. Es decir, estiman hasta tres bajadas de tipos de 0,25 puntos en 2024.
De alguna manera, el FOMC vuelve al punto de partida: en junio ya realizó la misma proyección que ahora, pero en septiembre la modificó ante los temores por la subida del precio del petróleo. El “higher for longer“, que se podría traducir como unos tipos altos durante más tiempo, dominó un otoño convulso, marcado por el estallido de la guerra entre Israel y Hamás, pero ahora pierde peso ante la fuerza de la evidencia. El aterrizaje suave, en cambio, gana tracción: parece que la Reserva Federal puede ser capaz de empezar el repliegue de la política monetaria sin comprometer el crecimiento económico.
Los miembros del Comité Abierto prevén un menor crecimiento e inflación que en septiembre
Las previsiones de PIB del banco central estadounidense no varían en demasía: pasan de un crecimiento del 1,5% para el año que viene a otro del 1,4%, mientras que para 2025 se mantienen en el 1,8%. Tampoco las de la tasa de paro, que continúan en el 4,1% tanto para 2024 como para 2025, como se estimaba en septiembre. Sin embargo, la Fed recorta una décima la inflación general durante los próximos dos años (2,4% y 2,1%) y, lo que es más importante, prevé que la inflación subyacente acabe 2024 en el 2,4%, frente al 2,6% de septiembre. En definitiva: aunque con cambios mínimos, augura un menor crecimiento y una menor inflación. Más argumentos para los recortes de los tipos de interés, cuya expectativa ha reforzado las ganancias en Wall Street.
La prudencia de Powell
Pese a todo, Powell sigue mostrándose prudente, hasta el punto de que algunos piensan que va de farol. En la rueda de prensa de esta tarde, ha afirmado que, dadas las sorpresas económicas que se han sucedido desde la pandemia, “el sendero es incierto“. El mejor ejemplo es la posibilidad cada vez más real de un aterrizaje suave, que muy pocos preveían hasta hace muy poco: el crecimiento y el empleo, ha dicho, se han comportado mejor de lo previsto, pero sin que esto se haya traducido en una inflación descontrolada. Igual que se ha producido esa sorpresa positiva, también podrían producirse en los próximos meses otras negativas, como una recesión, que Powell aún no da por descartada.
En ese contexto inestable, el presidente de la Reserva Federal tampoco ha desechado la posibilidad de que, si llegase el caso, haya que volver a subir los tipos: “Estamos preparados para endurecer [la política monetaria] si fuera necesario”. Esto no le ha impedido reconocer la evidencia que se desprende del cuadro de previsiones del FOMC: existe, ha dicho Powell, una percepción general de que ya se ha alcanzado la cima. La pregunta fundamental sobre el inicio de la cuesta abajo, sin embargo, sigue en el aire.
¿Cuándo empezarán a bajar los tipos de interés en Estados Unidos? Los mercados anticipan que será pronto, y ya dan por descontado que no habrá más subidas. Los datos de la inflación interanual, que volvió a ceder en noviembre hasta el 3,1%, avalan esta teoría, aunque la subyacente, que no tiene en cuenta los elementos más volátiles, sigue encaramada en el 4%. Las voces que dan por zanjada la espiral de los últimos dos años crecen, pero la obligación de la Reserva Federal es mantener la prudencia y guardarse un as en la manga por si la situación cambia y hay que endurecer de nuevo la política monetaria. De momento, el precio del dinero es el más alto de los últimos 22 años: un rango entre el 5,25% y el 5,5%. El banco central norteamericano ha decidido no tocarlo en su última reunión del año, pero augura hasta tres bajadas para 2024.
Fuente El Confidencial