LA HABANA, Cuba.- “Ya no se puede celebrar el fin de año en este país, todo está muy caro”, dice Mauricio Parra Sangil.
Para ilustrar su aseveración compara los precios de hace un par de años con los de ahora. “Antes con 400 pesos se podía comprar un pernil de puerco de 20 libras y ahora con ese dinero no se puede comprar ni una libra de carne”, afirma.
Parra Sangil va más allá del costo del tradicional plato fuerte y cita otros productos gastronómicos habituales en la fiesta de fin de año en Cuba. “No solo la carne de puerco, por los precios altos tampoco podemos comprar vegetales, viandas, frijol, ni cerveza porque la caja de 24 latas cuesta 4.000 pesos”, detalla.
El señor calcula que para una familia de cuatro personas un fin de año modesto en Cuba le podría costar entre 15.000 y 20.000 pesos, un dinero que la mayoría de los cubanos ganan en casi un año de trabajo.
“Hace tres meses que no venden frijoles en la bodega y en diciembre solo han vendido dos libras de arroz por persona. En los mercados hace rato que no venden verduras. Con esta escasez, ¿qué vamos a comer el 31 de diciembre?”, pregunta.
El aumento de la demanda de alimentos de fin de año ha incrementado los precios prohibitivos en Cuba, donde la pensión y el salario promedio son de 1.600 y 4.000 pesos mensuales, respectivamente.
“Antes del triunfo de la Revolución, cuando yo era un muchacho, el 24 de diciembre se comía puerco asado y el 31 pavo. Por los altos precios hace mucho tiempo que para la mayoría de los cubanos eso es un lujo. Y es una pena porque se eliminado una tradición bonita que en el mundo se celebra, menos en Cuba”, lamenta.
Verónica Cepeda Aguirre usualmente celebra el fin de año, pero este 31 de diciembre será la excepción. “Ahora no puedo porque no tengo dinero ni para comprar ni un pedacito de carne. No tenemos nada para asar”, dice Aguirre que ve con pesimismo el futuro. “Dicen que todo tiempo futuro es mejor, pero eso en Cuba no se cumple hace muchos años”.
Una situación similar narra Norge Ochoa Paterson. “El fin de año no voy hacer fiesta, porque estoy en Cuba. En este país no hay ni arroz. ¿Qué puede celebrar aquí un pobre como yo?. El año que viene no sabemos si estaremos vivos, los cubanos tenemos que luchar para subsistir”, dice Paterson.
Ante la escasez y el alto costo de la vida José Ernesto Pedroso Medina tiene la “solución” para el fin de año. “Como no tengo dinero para celebrar, me voy a tomar dos o tres pastillas para dormir toda la noche. Las pastillas son más baratas que las cosas para la fiesta de fin de año”, asegura.
La opinión de Rodrigo Murcia Parra va más allá de la frustrada celebración de fin de año y pronostica un aciago 2024. “No es cómo celebraremos este fin de año, mi preocupación es cómo pasaremos el año que entra. Si este año fue malo por la escasez, el que viene será peor”, dice Parra refiriéndose a las subidas de los precios anunciada por el Gobierno.
Un criterio similar expresa Roberto Ávila Valdés. “Ya el Gobierno dijo que el 2024 viene peor. Si sube el precio del combustible, sube todo lo demás. Los dueños de la mypime venderán más porque tendrán que pagar a mayor precio el combustible y el pueblo será el más afectado. Tú verás las barbaridades que van a suceder”, vaticina Valdés.
Sin embargo, Alberto Cuenca Guetón no se aventura a pronosticar sobre el futuro de Cuba para el nuevo año. “Es una incertidumbre. Soy pesimista y estoy seguro que no habrá mejoría, porque si hasta ahora el Gobierno no ha solucionado los problemas, en el 2024 tampoco podrá”.
“Los gobernantes reconocen que han cometido errores y que el año próximo los rectificarán, y así están hace 65 años, cometiendo errores que nunca se resuelven y que siempre paga el pueblo. En el 2024 seguirán los fracasos porque los mismas personas incapaces e ineptas son los que seguirán mal gobernando este país”, concluye.
Fuente Cubanet.org