Sin dudas se vienen cambios importantes en nuestra República. Las medidas que toma el ejecutivo nacional actual respecto a equilibrar cuentas, eliminar el déficit y achicar al estado nacional no se pueden negar que favorecerá la marcha de nuestro país y posiblemente la economía mejorará.
Los gobiernos provinciales están asimilando los cambios a pesar de los recortes que deben enfrentar. Austeridad y responsabilidad parecen marcar el rumbo de las provincias lo que implica que el desarrollo económico, productivo y el bienestar de la población obligará a mejorar la gestión de cada una de ellas.
Las medidas de achicamiento del estado nacional son absolutamente necesarias y la duplicidad de tareas entre lo nacional y lo provincial se debía resolver alguna vez; la asistencia social tan necesaria en un país con 44 % de pobres debió ser siempre responsabilidad de la provincia donde vive el ciudadano y nunca del gobierno nacional; la ayuda a la cultura también debe ser provincial o municipal, lo mismo que el desarrollo científico, industrial, de recreación y deportes y tantos otros porque ello permitiría tener provincias fuertes y otras que deberán salir de la pereza en las que el unitarismo las ubicó.
Nuestro país, a través de las décadas, fue duplicando áreas de trabajo perdiendo eficacia en las funciones que demandaban, por ejemplo, Vialidad Nacional y Provinciales, educación nacional y provinciales, agencia de recaudación nacional (AFIP) y las provinciales (cobrando ingresos brutos), ayuda a la cultura nacional y las provinciales, etc, etc, cuando en realidad esas tareas deberían realizarlas solamente las provincias, inclusive las recaudatorias siendo éstas las que deberían aportar la parte correspondiente para que el estado nacional pueda solventar los gastos de su verdadera función que es la de proteger al territorio y tener una infraestructura ministerial para fiscalizar las actividades provinciales y asegurar la paz interior, controlar el comercio con el exterior y fomentar las relaciones internacionales, etc.
El Presidente Javier Milei ha mencionado contínuamente a la Constitución de 1853 y es muy importante que los habitantes de cada provincia sepamos bien los alcances de esa constitución que estuvo vigente hasta 1861, su espíritu era confederal, la formaban 13 estados provinciales unidos pero autónomos, cada uno era responsable de su desarrollo, pero en 1862 se modificó la norma suprema y adquirió los vicios unitarios que todavía soportamos, la hegemonía del poder central nunca se detuvo y de allí vino el estancamiento y la cuesta abajo que a llegado a nuestro días.
Hoy está la posibilidad de retomar aquellas ideas de 1853, el estado nacional se achicará como corresponde y está en la responsabilidad de los gobernantes y ciudadanos provinciales recuperar el protagonismo federal que tuvimos en el amanecer de nuestra patria. Provincias fuertes y un estado nacional justo trabajando en conjunto para el despegue definitivo que nos merecemos.
Para ello es necesario que los representantes de cada estado en el congreso actúen defendiendo los intereses provinciales dejando de lado fanatismos políticos que van en contra del federalismo que es el sistema que nos puede sacar del estancamiento definitivamente.
Fuente Mendoza Today