
El Gobierno de Pedro Sánchez confirmó este domingo un nuevo giro sorpresa en su política exterior, al aceptar los pasaportes ordinarios kosovares pese a que nueve meses atrás España era el único país del Espacio Schengen –acuerdo que afecta a una serie de territorios europeos con libertad de movimiento para personas y mercancías– que se oponía.
Esta medida suprime el visado para estancias de corta duración para los ciudadanos de Kosovo. Desde el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación insisten en que ahora la postura es común a «todos los Estados Schengen no reconocedores» y afirman que «no implica en modo alguno el reconocimiento de Kosovo». Preguntados por el cambio de posición respecto a hace nueve meses, responden que eso es «algo del pleistoceno».
Ya sea con Gobiernos del PSOE o del PP, España no ha reconocido nunca oficialmente a Kosovo –que declaró su independencia de Serbia en el año 2008– para evitar sentar un precedente que daría una excusa a los movimientos independentistas catalán y vasco.
La noticia la dio a última hora del sábado el viceprimer ministro kosovar, Besnik Bislimi, al afirmar que «ahora incluso España reconoce los pasaportes de la República de Kosovo«. Ayer, este diario lo confirmó con el Ministerio de Asuntos Exteriores, de modo que España ha dejado de ser el único país del Espacio Schengen que no se sumaba al acuerdo alcanzado en el Parlamento Europeo el 18 de abril de 2023, y que permite a los ciudadanos de Kosovo viajar a la Unión Europea (UE) sin visado, durante un máximo de 90 días en periodos de 180 días.
España fuera del pacto
Tres días después de que el órgano legislativo de la UE diera luz verde a la medida, era la propia Comisión, por medio de su portavoz de Justicia, Christian Wigand, la que confirmaba que nuestro país era el único que se quedaba fuera. Incluso Grecia y Eslovaquia, los otros dos países que forman parte del Espacio Schengen y que no reconocen oficialmente a Kosovo (Chipre y Rumanía tampoco lo hacen, pero no forman parte de Schengen), se sumaban a él. «Entre los países Schengen todos menos uno (España) han reconocido los documentos de viaje de Kosovo», reconocía entonces Wigand, que apostillaba que este reconocimiento se trata de una «competencia nacional».
Como en otras cuestiones en materia de política exterior (por ejemplo, el reconocimiento de la soberanía marroquí sobre el Sahara), la noticia ha llegado por sorpresa y sin comunicado oficial por parte del Ministerio. Una vez consultados al respecto, y además de apoyarse en el paso del tiempo, Exteriores acusa el giro a dos elementos: la preocupación por la movilidad de los ciudadanos kosovares y a los trabajos para mejorar el diálogo entre Serbia y Kosovo.
Respecto a la primera cuestión, fuentes del departamento de Albares trasladan que sin la modificación –que también permite al resto de ciudadanos de la Unión Europea viajar a Kosovo sin visado– «los titulares de estos pasaportes hubieran tenido problemas para visitar legalmente los Estados no reconocedores«. Y, por otra parte, defienden que el acercamiento responde a la intención de continuar favoreciendo el diálogo entre los Gobiernos serbio y kosovar, en constante conflicto dado que Kosovo declaró su independencia de Serbia de forma unilateral en el año 2008, y este último considera al primero como parte de su territorio.
En este complejo contexto de las relaciones internacionales en el espacio balcánico, Exteriores entiende que en las últimas fechas ha habido acercamientos entre ambas partes, por lo que no tiene sentido posicionarse en contra. «Si los propios serbios están aceptando las matrículas kosovares, que nosotros no aceptemos esto…», comentan sobre el acuerdo alcanzado el pasado mes de diciembre y que pone fin a una disputa que elevó al máximo la tensión entre ambos estados en el verano de 2022. Esta situación contrasta con el estado de las relaciones en abril, cuando, según Exteriores, «no se habían producido avances en el diálogo entre Pristina y Belgrado» y España se oponía a aceptar los pasaportes kosovares. Una posición que el Ejecutivo socialista varía ahora sin previo aviso, pero que desde Kosovo esperaban desde octubre, fiando al cambio de Gobierno un acercamiento en las relaciones con España.
El PP pide explicaciones
Desde el Partido Popular ven insuficiente estas explicaciones y piden una comparecencia urgente del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los diputados para explicar la «renuncia en política internacional», que, según apuntan, sienta un precedente para que en el futuro «cualquier país acepte un hipotético pasaporte catalán».
Fuentes del partido que preside Alberto Núñez Feijóo definen el giro como un «nuevo guiño al independentismo» y lo vinculan a las distintas votaciones que se celebran esta misma semana en el Congreso, tres decretos a los que Junts per Cataluña, el partido de Carles Puigdemont, ya ha dicho que no va a dar su apoyo puesto que la formación soberanista entiende que pone en riesgo la amnistía a los encausados por el ‘procés’.
De esta forma, acusan al Gobierno de «debilitar la defensa internacional de España frente al independentismo» con su decisión y afirman que no se trata de algo arbitrario, sino que es algo decidido porque siguen «el rumbo que marcan los independentistas», al necesitar sus votos en la Cámara Baja para sacar adelante las medidas que se someten a votación en los próximos días.
Fuente ABC