Mientras los datos del humor social no garantizan un cheque en blanco a largo plazo para el Gobierno, las dos medidas legislativas claves de esta administración comienzan su trajinar en el Parlamento. Allí el presidente adolece de su mayor debilidad cuantitativa, pero cuenta con la anuencia de quienes solo esperan señales de consenso para apoyar (pero no todo). Por José Angel Di Mauro.
Los libertarios que rodean al Presidente de la Nación descreen de las encuestas. Cuando citan algún dato recabado en los últimos tiempos, reaccionan recordando qué decían los sondeos en vísperas de las PASO. Nadie vaticinaba entonces que Javier Milei resultaría ganando esa elección de agosto, que fue decisiva para el resultado final. La mayoría ubicaba a La Libertad Avanza en tercer lugar.
Así y todo, los encuestadores siguen trabajando a destajo: hay mucho para medir en estos tiempos excepcionales y percibir la sensación térmica cuando se practica un ajuste fenomenal resulta indispensable, según cualquier manual básico de política.
Se conoció el viernes un trabajo elaborado por D’Alesio Irol/Berensztein, sobre “Humor social y político nacional”, realizado en diciembre, en el cual la evaluación negativa de la situación económica actual subió 16 puntos y alcanzó el 89%. Mucho; ninguna sorpresa. Los votantes del ganador y el perdedor en el balotaje consideran mayoritariamente que la economía está peor hoy que en 2022. Un dato que se mantiene constante es la tendencia que indica que 4 de cada 10 votantes mantienen expectativas de mejora en la situación económica para el próximo año.
Una cifra clave es la aprobación del gobierno de Javier Milei, medida en el 50%. Alta positividad, pero la desaprobación asciende al 44%. También bastante elevada. No tanto, de acuerdo con el nivel del ajuste, resaltan los propios oficialistas. El trabajo incluye una observación, no por obvia menos certera: “Conservar una imagen positiva será crucial para el avance del ambicioso plan de reformas del gobierno”.
Mientras el excandidato presidencial Sergio Massa le da los toques finales a la escritura del libro que editará Planeta próximamente, la última semana se reunió con los popes cegetistas. A quienes fueron tan dóciles durante su gestión, les aclaró que no le parecía conveniente el paro del 24. Él mismo lo hizo trascender. Quien fuera ministro de Economía el último año de Alberto Fernández, sigue atribuyéndole parte de su derrota a esos días de falta de combustibles en plena campaña electoral, donde insiste en que hubo “una mano negra” detrás.
El Gobierno actual desreguló el precio de los hidrocarburos y el martes pasado las naftas subieron otro 27%. Fue el segundo incremento de la era Milei, y la tercera suba fuerte en menos de un mes (el primero fue con el Gobierno anterior. La noche en que trascendió el último fuerte aumento hubo kilométricas colas en las estaciones de servicio. Como no se veía desde tiempos de Carlos Menem.
Muchos sostienen que el traqueteo legislativo le sirve al gobierno para tapar un poco la actualidad económica, que como hemos citado se presenta adversa. Pero la realidad es que el propio Milei ha atado la suerte de su gestión a las dos iniciativas que deben pasar por el Congreso: el mega DNU y la ley ómnibus.
¿Qué dice el sondeo de D’Alessio, Irol/Berensztein respecto del mega decreto 70/2023? Un 48% de la población general considera que las medidas allí previstas son exageradas, mientras que un 39% las considera adecuadas. Se observa una marcada diferencia entre afinidades políticas. Las medidas son más deseables entre los votantes de LLA (68%) y fuertemente rechazadas por los de UP (90%). La grieta sin fin.
El viernes concluyó con señales decisivas respecto de ambas iniciativas. Al filo del vencimiento de plazos -trasgredir eso tampoco hubiera tenido sanción-, el Poder Ejecutivo mandó el texto del mega DNU al Senado, cuestión de que pueda tratarlo la Bicameral de Trámite Legislativo. Una comisión que, dicho sea de paso, aún no se ha constituido, pero que a partir de ahora tendrá diez días para elevar un despacho a las cámaras para su expreso tratamiento. El oficialismo está dilatando la constitución de la misma, para garantizarse en tanto las firmas mayoritarias para el dictamen; no está tan fácil conseguirlo, cuando para esta materia La Libertad Avanza solo cuenta con la anuencia del Pro.
De todos modos, no pasa nada si el dictamen de mayoría termina siendo el de rechazo, pero es una señal que el Gobierno no quiere ni debería dar. La decisión definitiva la tienen las cámaras, y para que el decreto se rechace, tienen que fallar las dos en contra, cosa que nunca ha sucedido. La realidad con la que especula el oficialismo es que Unión por la Patria no tiene número para avanzar por sí mismo en forzar sendas sesiones y rechazar la norma en ambas cámaras. Así las cosas, le alcanza al Gobierno con extender en el tiempo la situación, a la espera de que la justicia termine convalidando el DNU. O no, y en ese caso tendrá un gran problema. La oportunidad estaría planteada en que el oficialismo sorprenda transformando en el camino ese mega decreto en uno o -mejor- varios proyectos, cuya aprobación salvando algunos artículos tendría garantizada. No está en el espíritu de Milei dar una señal en ese sentido, por lo que se percibe hasta ahora.
En el caso de la ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, el mega proyecto comenzará su andar en comisiones esta semana, con sendas y extensas reuniones previstas para martes y miércoles. Serán informativas, con la presencia física o virtual de funcionarios que defenderán cada una de las propuestas de una ley tan diversa. El tiempo juega en contra del oficialismo, que se ha impuesto un lapso para la aprobación muy breve para semejante iniciativa. Tres semanas para su tratamiento en comisiones parece demasiado poco, pero todos los oficialismos tienden a buscar los tratamientos exprés, y en definitiva esta no será la excepción. Si el miércoles hubieran concluido la parte informativa, tendrían diez días hábiles para que las comisiones debatieran punto por punto, y llegar al recinto el 25, como pidió expresamente Javier Milei.
El jueves se cumplió el primer paso en la Cámara baja, donde el oficialismo no había arrancado con buen pie. Recordemos que en la sesión preparatoria, el bloque Unión por la Patria había impuesto el criterio de usar el sistema D’Hont para el armado de las comisiones, en función del tamaño de los bloques. Lo cual favorecía a UP, que con 102 diputados representa el 40% de la Cámara. Al anunciarse esta última semana la constitución de las cuatro comisiones que trabajarán este verano con el temario de extraordinarias, le cumplieron al peronismo con el número de integrantes, pero no con la representación de autoridades de las mismas, origen del previsible pataleo del exoficialismo. Pero en este caso el oficialismo y sus circunstanciales aliados -el resto de los bloques, menos UP y la izquierda- aplicaron el reglamento, que establece que las autoridades de las comisiones se eligen a simple pluralidad de sufragios, con lo cual no tenían ningún derecho adquirido sobre las vicepresidencias que reclamaban, tal cual se encargó Silvia Lospennato de argumentar al justificar lo sucedido. El oficialismo, junto con el resto de los bloques construyó una mayoría para elegir las autoridades que eligió.
Ese deberá ser el camino que adopte La Libertad Avanza si quiere ver aprobada la ley ómnibus. Dependerá de lo que esté dispuesto a conceder al resto de las bancadas para llegar al recinto con los números necesarios para aprobar la mega ley.
El presidente Javier Milei insiste en sostener todo el tiempo que él es “bilardista”. ¿Esa condición le jugará en contra a la hora de decidir el destino de esta ley? Es sabido que cuando Bilardo salió campeón del mundo, se lamentaba por los dos goles que le había hecho Alemania, no pudiendo disfrutar a pleno la consagración… ¿Estará dispuesto Milei a ceder algunos de los 664 artículos que tiene la Ley de Bases, para lograr el objetivo mayor que es la aprobación general del proyecto? Se verá.
Por lo pronto, en su primer mes de gobierno el mandatario ha mostrado señales de pragmatismo que parecían inconcebibles en la campaña. Comenzando por la ¿postergación? de la dolarización. Pero en este caso puntual de la ley ómnibus, el Gobierno mostró disposición a modificar la parte relacionada con la las modificaciones a la Ley de Pesca. “Estamos abiertos al diálogo y a corregir eventuales errores”, dijo en la semana el vocero presidencial Manuel Adorni.
Si quiere aprobar la norma, el Gobierno deberá estar dispuesto a hacer muchas más concesiones. Comenzando por la emergencia pública, que quiere extender a once áreas: económica, financiera, fiscal, social, previsional, de seguridad, defensa, tarifaria, energética, sanitaria y social. Fuentes legislativas de aquellos sectores donde LLA deberá buscar los votos necesarios aclararon que no están dispuestos a ceder semejante delegación legislativa en esas materias y por dos años, extensibles a cuatro. El camino intermedio debería limitar esa cantidad de rubros y el tiempo: un año tal vez.
Tampoco están dispuesto el resto de los sectores a avanzar con la privatización de la totalidad de las 41 empresas citadas en la ley. La suspensión de la movilidad jubilatoria ameritará también una discusión muy profunda.
Si el Gobierno se aviene a atender esas cuestiones para modificar muchas y eliminar directamente algunas, tendrá allanado el camino a la aprobación. Con los votos de quienes le permitieron el jueves pasado una módica victoria a una fuerza que tiene apenas 38 diputados.
Fuente Mendoza Today