Este es un fragmento de la newsletter Cotizalia AM que se envía de lunes a viernes antes de la apertura de los mercados. Si quieres recibirla gratis en tu correo electrónico solo tienes que hacer clic aquí.
No tengo ni idea, pero ni idea, de si Junts y Podemos aprobarán los decretos del Gobierno del PSOE y Sumar. Lo que sí sé, en cambio, es que uno no puede nunca descartar de que alguna de las tres partes cambie de opinión en el último momento. Y también sé que lo que estamos viendo esta semana, tal y como temía medio Ibex, es un amenazante preludio de lo que puede ser el resto de legislatura: un decreto ley, tal vez ómnibus, a punto de vencer si no recibe el apoyo parlamentario requerido a los 30 días; uno o más socios amenazando con tumbarlo si no obtienen sus respectivas prebendas y un mercadeo in extremis, con resultado incierto, hasta la misma hora de la votación. Les diré también que a mí lo que peor me sienta es que el Gobierno utilice el argumento de los fondos europeos para engrasar el OK a los decretos. En otoño del 21, un Ejecutivo en minoría, sin hablar con la oposición y sin tan siquiera el consenso de los entonces dos partidos de coalición, envió una serie de compromisos a Bruselas que luego fue ventilando por decreto bajo amenaza de que, si no se los aprobaban, no llegarían los fondos. Como técnica legislativa, dudosa. Maquiavélica, un rato.
Este es un fragmento de la newsletter Cotizalia AM que se envía de lunes a viernes antes de la apertura de los mercados. Si quieres recibirla gratis en tu correo electrónico solo tienes que hacer clic aquí.
Fuente El Confidencial