
El municipio de Guaymallén, y sus funcionarios, algunos recién asumidos, no dejan de sorprender. Ni a propios ni a ajenos.
En forma personal, he intentado no escribir durante un mes para ver la reacción que podría tener el nuevointendente Marcos Calvente, quien fue secretario de Obras de la gestión anterior de Iglesias, con el fin de evaluar, según sus propios actos el rumbo que la gestión tomaría.
Si bien muchos de los funcionarios anteriores quedaron, otros cambiaron el cargo, y casi todo el resto se refugió en el Concejo Deliberante, no es difícil advertir que la gestión va a seguir siendo mala.
Una y otra vez, a fuerza de mostrar documentos y hasta expedientes completos, queda de manifiesto que Guaymallén lleva el récord a la hora de esquivar controles. Pertenecer tiene sus privilegios, diría el desafortunado Daniel Orozco.
Hace pocos días, se publicó en Diario Mendoza Today un grave incidente ocurrido en La Barraca Shopping, donde una gran perdida de gas ocurrida en unlocal junto a los cines mandó al menos 3 personas al hospital, aunque podrían ser mas los damnificados atendidos por su propia cuenta.
Este martes, en Mendoza Bost, en un oportuno titulo que roza la obsecuencia, tal como siempre ocurre, gracias a la muy generosa pauta que recibe para ello, actualiza lo ocurrido e intenta brutalmente, sin criterio alguno defender la postura del municipio.
“Fuga de gas en La Barraca: Que ocurrió y la decisión que tomo Guaymallén”, reza el titulo, prometedor por cierto.
La nota prosigue remarcando que la fuga de gas obligó a la evacuación de todo el Shopping, y hace foco sobre las acciones de la comuna a través de sus inspectores, sin aclarar de que area, determinando los pasos a seguir.
Continúa la nota: “El director de Comercio del Municipio, Aaron Pelegrina, explicó al Post lo ocurrido. Según el funcionario de la municipalidad, la fuga ocurrió “en el local Darko, que es el que se encuentra al lado de los cines”.
“El conocido local de comida rápida es uno de los que se encuentran en la planta alta de La Barraca y, por su actividad, requiere del uso de gas natural para las cocinas. Cabe aclarar que los locales de la planta alta de La Barraca no tienen conexión a la red de gas. En su mayoría tienen aparatos eléctricos para funcionar. Sin embargo, en el caso de Darko, sí tenían habilitación para tener conexión de gas, pero con garrafas” (NdR: envasado, no natural), explica.
“En este sentido, lo que ocurrió “fue un error humano, en el que un empleado del local, al cambiar la garrafa, dejó abierta de más la válvula”, prosigue.
“Debido a esto, la municipalidad decidió emplazar al local a que “cuando vayan a realizar el cambio de la garrafa, que son de las grandes, lo hagan bajo la supervisión de un gasista matriculado y dejen constancias de los cambios de garrafas.
El local se comprometió a hacerlo, por lo que no debería haber inconvenientes”, prosiguió el director de Comercio, aclarando que dicho local cumple con todos los requisitos y todas las medidas, tanto de higiene, como de seguridad.” expresa el Director de industria y Comercio.
“El error fue un error humano, que cometieron y que han sido emplazados a contar con una persona apta para poder hacer estas conexiones”, concluyó el funcionario municipal. Y ahí concluye la nota en cuestión.
Bien, uno consulta con expertos, conoce comercios que padecen la perversión burocráticamunicipal para abrir un negocio pequeño, y según lo declarado por el directivo, parece ser natural que en un primer piso de uno de los mas importantes Shopping de la provincia¿no llegan las conexiones de gas natural?
Defenestrable por donde se lo mire, y máxime siendo dicho shopping centro de percances por falta de control del municipio, como problemas con ascensores sin mantenimiento, y escaleras mecánicas que no corresponderían.
El agravante de la decision municipal que a partir de este grave suceso solo impone que haya “un gasista matriculado para cambio de garrafa” parece absolutamente surrealista, por no agregar incompetencia, desidia, y porque no un acto corruptible, por comisión u omisión, pero nada bajo el sentido común.
Finalmente queda como un error humano, y listo, que cambie la garrafa un gasista matriculado, eso es todo.
¿Y si cambian a los directivos incompetentes para el cargo, que así actúan, en detrimento del control eficaz de las habilitaciones otorgadas y por otorgar no sería mejor y mas seguro para el ciudadano?
Ah, no, perdón, Pelegrina es hijo de un muy amigo de Marcelino Iglesias, y gran proveedor del municipio a través de sus empresas.
Notas pautadas que juegan en contra de sus propios intereses comerciales, son únicos. Gracias por mostrarlo. Todo tiene que ver con todo. Nada cambia.
Mientras tanto, Marcos Calvente insiste en no atendernos… más de lo mismo.
Fuente Mendoza Today