El auge de las viviendas compactas, una tendencia que se originó en Estados Unidos como respuesta a los desafíos de acceso a la vivienda, sigue ganando terreno a nivel global, y Argentina no se queda atrás. La principal razón de su atractivo radica en su bajo costo, tanto en términos de construcción como de mantenimiento.
En este contexto, los contenedores emergen como una opción llamativa y cada vez más considerada como una alternativa cercana. La construcción de viviendas a partir de containers no solo se destaca por su viabilidad económica, sino también por su sostenibilidad, capacidad de apilamiento y facilidad de transporte.
De manera intrigante, la multinacional sueca IKEA incursionó más allá de los muebles y se metió de lleno en este ámbito con su línea de mini casas diseñada especialmente para personas que viven solas. Entre las opciones disponibles, destaca un diseño confeccionado a partir de containers en desuso por únicamente US$47.550. Con apenas 25 m², estas casas modulares logran fusionar eficiencia con comodidad, permitiendo la maximización de cada centímetro cuadrado sin sacrificar ni la comodidad ni la funcionalidad.
Optimizar los espacios
La casa container de IKEA se distingue por un diseño inteligente que incorpora estanterías, cajoneras y muebles personalizados para espacios angulares, así como asientos versátiles como bancos y sillas apilables. La disposición de soluciones de almacenaje vertical garantiza un acceso cómodo a todas las pertenencias.
Para optimizar al máximo el espacio, el recibidor y el salón se fusionan en un mismo espacio. Una pieza clave en este arreglo es el armario multifunción, que sirve como almacenaje complementario. Mini colgadores en la entrada permiten dejar abrigos y otros objetos para evitar el desorden una vez que se entra a la casa.
Una mesa con almacenaje plegable, que se puede montar y desmontar según sea necesario, añade versatilidad al ambiente. Esta mesa puede servir como mesa de estudio o como mesa principal, y cuando no se necesita, los extremos se pueden recoger para dejar el espacio completamente libre.
El uso práctico de las paredes también se destaca por su uso de barras que permiten almacenar complementos como tablas de madera, plantas y otros utensilios. Por otra parte, en el dormitorio, la cama está diseñada específicamente para aprovechar el espacio, ya que permite guardar elementos que ocupan mucho volumen. Además, en la zona alta del dormitorio, hay espacio para almacenamiento extra.
Este enfoque se replica en el baño, donde un mueble de pared no solo sirve como espejo, sino también como espacio de guardado. Una estantería portátil con ruedas debajo añade funcionalidad al actuar como almacenamiento adicional para toallas y productos esenciales.
En la zona de lavado y despensa, la organización vertical es clave. Estantes sobre la lavadora permiten guardar ropa de casa, toallas y productos de lavado, mientras que una zona de despensa adyacente puede reservarse para elementos de la cocina, como platos y despenseros. El uso de un carrito con ruedas y un panel regulable con mini estantes en vertical se revela como un truco definitivo para optimizar el espacio, especialmente cuando se elige un esquema de color blanco que hace que el espacio se vea más amplio y luminoso.
Para aquellas áreas que se desean mantener discretas, existe la opción de separar ambientes gracias a la incorporación de cortinas, las cuales no solo ayudan a reducir el ruido visual, sino que también te permitirán acceder fácilmente a todo lo que se necesita con un simple movimiento.
Otra de las ventas claves de estas viviendas es su flexibilidad a la hora de elegir el entorno residencial más acorde a las preferencias individuales. La eliminación de restricciones en términos de ubicación permite a los propietarios explorar opciones, ya que no están confinados a calles o barrios específicos. Este aspecto brinda la posibilidad de establecerse en entornos naturales, proporcionando una experiencia de vida más cercana a la naturaleza.
Fuente La Nacion