La huida del peso se acentuó en el último mes. El plan de “licuación” de los pesos que impulsó el presidente Javier Milei y el ministro Luis Caputo aceleró la caída de la demanda de dinero desde el cambio de Gobierno, a pesar de la estacionalidad favorable de diciembre y la inflación, lo que impacta en los precios de la economía y en el mercado cambiario.
Los datos oficiales referidos a la Base Monetaria indican que durante el primer mes de Milei como jefe de Estado la oferta de pesos aumentó $ 11,31 billones, lo que representa un alza del 112%, pero casi la totalidad (110%) fue absorbido por el Banco Central a través de pases, por lo que la variación nominal fue casi nula.
Los factores que tuvieron mayor peso en la expansión de la oferta monetaria fueron la cancelación de las Leliq, que representaron el 43%, y la emisión que la autoridad monetaria llevó adelante para comprar los más de u$s 4600 millones durante el primer mes del Gobierno a través del mercado oficial de cambios, que implicó el 34 por ciento.
Uno de los datos más llamativos es que la demanda de pesos prácticamente no generó variación en la Base Monetaria. La suba fue de apenas $ 136.942 millones desde la asunción de Milei, lo que implica un crecimiento de sólo 1%, a pesar del aumento de la demanda de dinero que suele darse en diciembre y en medio de una inflación de más del 25% mensual.
Huida del peso
Pablo Repetto, jefe de investigación de Aurum Valores, afirma que se trata de un dato “bastante negativo” porque la demanda de pesos ni siquiera se acercó a la variación inflacionaria del último mes, lo que refleja una gran desmonetización por parte de la población. En otras palabras, una “huida del peso”.
“Esto es lógico en el contexto actual, porque el Gobierno lo que está buscando es licuar los saldos monetarios en pesos de la gente. Una manera de protegerse contra esa licuación es rechazar la tenencia de pesos, escaparse, para evitar sufrir esa licuación. Cuando la licuación es tan grande, la gente se escapa”, sostiene.
La “huida del peso” se da bajo un escenario de tasas de interés en terreno muy negativo en términos reales, lo que representa un desincentivo para quedarse posicionado en moneda local a través de algún instrumento financiero y buscar refugio mediante la compra de bienes o de la divisa estadounidense.
“En términos genéricos, la huida del peso va a bienes y al dólar. Por más que se haya esterilizado casi todo, como la gente se escapó de los pesos, habría que esterilizar aún más de lo que se debería porque la población no quiso los pesos y se quedó con menores saldos monetarios de lo necesario para seguir manteniendo el poder de compra”, destaca.
Los economistas prevén que la emisión monetaria se va a mantener principalmente por la necesidad del Banco Central para comprar dólares para sus reservas internacionales a través del mercado oficial de cambios. Además, dependerá del desempeño de las Lediv, que se utilizan para después suscribir al Bopreal.
El mayor problema, resaltan, radica en que en la medida en que se siga percibiendo el poco valor de la moneda local y el desincentivo a quedarse en ella, debido a las tasas de interés fuertemente negativas en términos reales, la demanda de dinero puede seguir cayendo, lo que ejercerá mayores presiones sobre los precios de la economía y el mercado cambiario.
Fuente El Cronista