El futuro del cine argentino atraviesa un mar de dudas ante la posibilidad de que el Incaa (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) pueda perder buena parte de los ingresos que recibe de mano del Estado con la aprobación de la Ley Ómnibus.
“El recorte, si se aplica, es muy fuerte. Esta ley hace que el Incaa deje de ser lo que era, tal como lo conocimos hasta ahora“, explicó el presidente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina, Hernán Findling, en declaraciones al diario La Nación.
“Es un hecho indiscutible, lo mire quien lo mire, que la Ley Ómnibus hiere al Incaa, lo afecta fuertemente. Este organismo es la base del semillero de quienes serán en el futuro los grandes productores y directores del cine argentino. Y esa base debe mantenerse sí o sí. Además, la ley saca directamente de la órbita del Incaa a la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica y a las escuelas provinciales. Es como si fuesen forzadas a cerrar. Y también sacan recursos para Ventana Sur y para el Festival de Mar del Plata, el único clase A que tenemos, y debe ser defendido a capa y espada”, agregó quien acaba de iniciar su segundo mandato de dos años.
Para Findling, “el cine puede traer un montón de dinero a la Argentina” y explicó que un modelo posible a seguir es el de Corea del Sur, donde se aplicó una mezcla entre ciertas políticas económicas de tipo ortodoxo y acciones de fuerte proteccionismo, que en el caso del cine, se manifestó a través de una cuota de pantalla elevada en favor del cine nacional. De esta forma se logró recuperar espacios de exhibición para las producciones nacionales.
“Estamos muy bien vistos en el mundo, no solo en el ámbito íberoamericano. El problema es el de siempre. El aspecto financiero-económico siempre prevalece por sobre las cuestiones creativas y artísticas”, planteó.
El impacto de la Ley Ómnibus en el cine
En medio de la discusión por el ajuste planteado para organismos de la cultura en la Ley Ómnibus del Gobierno de Javier Milei, un informe analizó el impacto fiscal del proyecto en organismos como el Instituto Nacional del Cine (INCAA).
En la modificación en los recursos percibidos por el INCAA, el análisis remarca que “los recursos tributarios que el organismo dejaría de percibir en concepto de impuesto sobre los videogramas grabados representaría una suma equivalente al 0,0024% del PIB”.
“No sé si lo sabían, pero Argentina es el país que más nominaciones al Oscar tiene de la región“, dijo en su intervención ante el Congreso Santiago Mitre, el director de Argentina 1985. “¿Por qué sucede eso? Porque hay una Ley de Cine que sostiene y fomenta la existencia de un cine argentino. Las películas argentinas se exportan a todo el mundo, son reconocidas en todo el mundo, generan divisas, trabajo de calidad y valor agregado, le dan visibilidad a nuestro país, generan admiración. ¿Por qué hay que destruir eso?, ¿para qué?”, planteó.
En caso de aprobarse las reformas, el INCAA perdería buena parte de los ingresos con los cuales se financia el Fondo de Fomento Cinematográfico del organismo, que empezaría a depender en buena medida de los recursos que año a año se incluyan en el Presupuesto Nacional.
El cine argentino en contra de la Ley Ómnibus
Otras instituciones del sector ya se proclamaron en contra del mega proyecto del ley que el oficialismo busca aprobar en el Congreso.
El Espacio Nacional Audiovisual indicó que la Ley Ómnibus “pone en riesgo la continuidad del cine” y de una industria audiovisual “que genera trabajo genuino para más de 600.000 personas y representa el 5,2% de la economía nacional”.
En el mismo sentido, Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) emitió un comunicado “en estado de alerta y movilización” señaladando que el proyecto incluye “medidas y derogaciones que producen un grave desfinanciamiento del Incaa”, lo que llevaría “en muy corto tiempo a su total desaparición”.
Fuente El Cronista