LA HABANA, Cuba. – Finalmente, tras el boicot orquestado por la Seguridad de Estado en octubre pasado, Luis Rodríguez Pérez, en representación de las hermanas María Cristina Garrido Rodríguez y Angélica Garrido Rodríguez, pudo recibir la placa que acredita a las prisioneras políticas como ganadoras del Premio Patmos a la Libertad Religiosa de 2023.
En su décima edición, por vez primera el premio fue concedido con carácter colectivo. Además de las hermanas Garrido, también recayó en los hermanos Jorge y Nadir Martín Perdomo. Los cuatro galardonados pertenecen a diferentes profesiones de fe y cumplen prisión política por participar en las protestas populares de julio de 2021 (11J) en la provincia de Mayabeque.
La ceremonia de premiación se había planificado para el 31 de octubre con la presencia de Luis Rodríguez Pérez, esposo de Angélica Garrido, y Marta Perdomo, madre de los hermanos Martín, en el marco de la Segunda Mesa Redonda sobre Libertades Religiosas en la Isla.
Sin embargo, la Seguridad de Estado impidió la actividad. Coincidiendo con la hora de la ceremonia, los pastores Luis Maldonado y Alejandro Hernández Cepero, principales organizadores del evento, fueron citados y retenidos en estaciones policiales.
Casi tres meses después, Rodríguez Pérez tuvo que evadir la vigilancia a su vivienda y viajar a una locación de la capital cuya dirección se mantiene bajo resguardo por cuestiones de seguridad, para recibir en secreto el premio de su esposa y su cuñada, sancionadas a siete y tres años de cárcel, respectivamente.
El breve encuentro sirvió a CubaNet para conocer sobre las prisioneras políticas y su familia a través de Luis Rodríguez Pérez.
―¿Qué significa este premio para María Cristina y Angélica?
―Realmente es un privilegio, son muchos sentimientos encontrados. Es un reconocimiento a la fe. Para ellas significa mucho. Están en lo oscuro, tan cerca de Dios, pero tan lejos de la familia, lejos de todos sus hermanos. Es un aliento; representa para ellas que su lucha se conoce, que hay manos que alzan la voz por ellas, ya que las han silenciado. Y ahora cuando los muchachos [sus hijos] vean ese diploma, también para ellos va a ser una cuestión de orgullo.
Nos sentimos orgullosos: no luchamos por orgullo, pero nos sentimos orgullosos de recibir este premio.
―¿Qué se sabe de ellas en la prisión?
―Este es un tiempo malo, siempre es malo en una prisión, pero Angélica es muy alérgica, muy asmática, y esta fecha de frialdad la mata. Está enferma ahora en este momento, tiene migraña, asma. De Mari… Bueno, a mí me acabaron de negar la visita a María Cristina por un año. Soy la única persona adulta que iba a verla, y me denegaron. Quieren romperla, quieren aislarla, quebrarla.
―¿Por qué crees que te niegan la posibilidad de visitarla?
―Por la visibilidad que tiene Mari, no solo por su fe inquebrantable, su firmeza, su posición radical frente al régimen, sino también porque es directora ejecutiva del Partido Republicano de Cuba. También es escritora y muchas personas la conocen y conocen su causa, y se han solidarizado con ella y con su causa, que es la causa de todos los presos políticos.
Ella es la más visible. Le molesta al Gobierno que su careta, su disfraz, se ha ido deteriorando progresivamente y se esté mostrando su verdadero rostro satánico.
―¿Cómo te sientes tú?
―Eso es por días: a veces te levantas y estás nostálgico, y la necesitas [a su esposa]. Es tú media naranja, tu esposa, la que el Señor te puso, la que adoras, la que cuidas y, se siente de duro, se siente triste. A veces me siento con unas ganas de lucha tremenda, con una tremenda ira… es una mezcla de emociones.
Hemos madurado un poco, porque ya llevamos varios años en esto y tenemos que estar lo más centrados posible. Es una lucha y la lucha lleva estrategias. La pasión es necesaria en el campo, pero hay que planificar a veces ya que es una guerra a muerte. Nos están matando, es una guerra a muerte.
―Háblame de los hijos…
―Siempre lo he dicho: los hijos han padecido mucho más de lo que uno puede imaginarse, solo ellos saben. Tú solo tienes atisbos de eso que puedes ver. Lo mismo los sorprendes idos, como zombis, que lo sorprendes llorando.
Por ejemplo, los de María Cristina están en la secundaria básica. Los de Angélica terminaron el preuniversitario ahora, que es un periodo difícil, y se preguntan: “¿Señor, porque nos has dejado huérfanos?”. Es difícil eso, estoy convencido que son los que más sufren.
Gracias a Dios también tienen cierta carga de inocencia, que me imagino que de cierta manera los ayuda a lidiar con tanto dolor.
―¿Qué mensaje le mandarías al régimen?
―Las bestias no entienden; ellos son animales, con ellos no se platica, con ellos no se dialoga, con ellos no se transa, con ellos no se llega a ningún diálogo. Por lo menos conmigo no cuente nadie para dialogar, porque con las bestias no se dialoga. Su instinto es diabólico.
―¿Y a la opinión pública internacional?
―Ellos ven, y saben, que los cuatro gatos que todavía alzan la voz por el régimen lo hacen por pura cuestión de negocios. Las palizas, las brutales golpizas, la represión atroz, las torturas que sufrió mi esposa y su hermana se conocen en el mundo entero. Quien crea los cuentos del régimen es por puro negocio, por conveniencia. Dinero, mucho dinero.
Desde su lugar tranquilo, la opinión pública debería alzar la voz por los presos, que siempre van a alzar la voz por el pueblo cubano, que lamentablemente está muriendo lentamente. Que alcen su voz, que se solidaricen, que apoyen.
―¿Algo más que creas importante?
―¡Libertad! ¡Libertad para mi pueblo!
Nota: Los familiares de los hermanos Jorge y Nadir Martín Perdomo, quienes respectivamente fueron condenados a ocho y seis años de prisión por los supuestos delitos de atentado, desacato y desórdenes públicos, continúan a la espera de poder recibir el premio que se otorga “a los creyentes consecuentes con su fe en Cuba”.
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Fuente Cubanet.org