Se trata de Sofía Chaparro una policía bonaerense a que le explotó el auto cargado de droga mientras cargaba GNC en Orán. Se trasladaba con sus tres hijos, uno de ellos resultó herido.
La oficial de la bonaerense está detenida en el escuadrón 20 de Gendarmería de Orán y será indagada este viernes por el juez Federal de Orán y por el fiscal Benítez.
El video, registrado por la cámara de seguridad de la estación de servicio, se viralizó en redes sociales. Detuvieron a una mujer.
La conductora del vehículo había pedido que le cargaran gas. De repente el vehículo blanco explota y sus partes vuelan en pedazos.
Pero lo más increíble de la secuencia es que con los restos del rodado surge una nube blanca y un polvo que cae como lluvia, en suspensión, tras la onda expansiva: era cocaína que estaba oculta en el coche.
La secuencia -de 19 segundos- quedó registrada por la cámara de seguridad del negocio, ubicado en la esquina de Palacios y Nahuel Huapi de la ciudad salteña. Sucedió bien entrada la noche de este miércoles, a las 23.34. Por la explosión no hubo víctimas ni heridos, pero sí hubo una detenida.
La conductora, identificada como Sofía Chaparro, cayó presa por orden del juez federal Gustavo Montoya. Su auto tenía escondidos panes de droga acomodados en el tanque, que explotó ante la carga del GNC y retumbó en la noche de la ciudad de Orán, a 239 kilómetros de la capital de Salta.
Aún falta cuantificar la cantidad de cocaína con la que el vehículo había sido equipado y qué destino tenía.
La secuencia
En el video tomado por las cámaras de seguridad de la estación de GNC puede verse a varias personas esperando mientras cargan combustible en un Ford Fiesta.
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El vehículo está en primer plano y, frente a él, aguarda quien sería su dueña. Uno de los playeros se acerca a controlar la manguera de carga, cuando ocurre la explosión.
La parte trasera del vehículo, en donde se encuentra el tanque de gas, estalla en una nube de plásticos, vidrio y metal, mientras un sospechoso polvo blanco envuelve la escena frente a la mirada atónita de todos los espectadores.
La mujer que estaba esperando se desespera, da una vuelta al auto incrédula y esboza un pataleo. El playero se queda junto al surtidor mirando el desastre. En el suelo, al costado del chasis destruido, se extiende un manchón de cenizas blancas.