En Pro ponen paños fríos a una alianza con los libertarios en el Congreso. A pesar de la buena sintonía que mostraron los bloques para trabajar el proyecto de ley ómnibus durante el último mes y medio, la dirigencia del partido fundado por Mauricio Macri se mueve con cautela. Si bien nadie descarta de plano la posibilidad de un acuerdo, subrayan la necesidad de que sea “orgánico” y que “agregue valor”. Coinciden en que es un tema que se tendrá que discutir internamente.
“No hay nada todavía”, aseguró a La Nación un actor de relevancia en Pro, quien señaló que de concretarse cualquier acuerdo tendrá que pasar “por todos los órganos del partido”. Actualmente, la presidenta en uso de licencia es la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, una de las primeras en inyectarle anabólicos a la posible convergencia con La Libertad Avanza (LLA). “Se viene una coalición política entre ambas fuerzas”, sostuvo.
No obstante, los referentes Pro del Congreso le bajan el volumen a estas declaraciones y aseguran que “Patricia exagera”. “Hay que esperar. Milei está en Roma y nadie habla si él no está en el país, y Mauricio está en el sur”, argumentó un cauteloso diputado amarillo. Por eso, las conversaciones más serias podrían iniciarse cuando tanto el mandatario como Macri regresen a Buenos Aires, después de los feriados de carnaval.
Serán en paralelo a la disputa por la presidencia de Pro, que se definirá en marzo. El expresidente ya mostró indicios de querer anotarse en la carrera para conducir el espacio que fundó en 2005 cuando se encargó de difundir a fines de enero una declaración de 20 referentes provinciales en la que pidieron que Macri sea el próximo conductor nacional. La carta está firmada por representantes de todas las provincias a excepción de la Capital Federal, Buenos Aires, Chubut y Santa Cruz. A esta pelea podría sumarse el exalcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, así como un alfil de Bullrich.
Este escenario muestra la falta de homogeneidad en Pro, que deberá pasar primero por una íntima revisión antes de embarcarse en una convergencia con los libertarios. “Ese debate se debe dar al interior del Pro y llegado el momento se tomará la decisión que creamos que sea mejor para el país”, señaló un legislador cercano a Macri.
En la misma línea se manifestó la diputada nacional María Eugenia Vidal, quien analizó que LLA y Pro “tienen que ir hacia un lugar común”. “Más que una discusión de cargo, tiene que haber una discusión de rumbo”, consideró.
La exgobernadora bonaerense, a quien ubicaban como la posible sucesora del cordobés Osvaldo Giordano al frente de la Anses, no solo descartó que el Gobierno le haya ofrecido algún cargo en el gabinete de Milei, sino que refutó las declaraciones de Bullrich. “Respeto a las personas del Pro que decidieron ir al Ejecutivo, pero no hay un acuerdo con el Pro para cogobernar”, remató en el programa radial de Romina Manguel, en FM Milenium.
En Pro piden precisiones respecto de cómo podría funcionar una posible alianza en el Congreso. En la Cámara de Diputados, donde reina una profunda fragmentación, los bloques Pro y LLA sumarían, con aliados, 80 voluntades. Las 50 manos que restan sumar para llegar al quorum llevarán un minucioso trabajo de ingeniería parlamentaria después de los misiles cruzados entre Milei y la oposición dialoguista tras el fracaso del proyecto de ley ómnibus.
“Antes de cerrar un acuerdo es importante tener claro cómo vamos a negociar con los otros bloques. Porque sumar 80 para pelearnos con todo el resto no sirve de nada”, señala otra figura de peso en el bloque macrista, que alude a los ataques que le dedicó el Presidente a los diputados dialoguistas que objetaron artículos o incisos de la ley ómnibus.
La inexperiencia de las espadas legislativas del oficialismo quedó en evidencia durante el tratamiento de la iniciativa del Ejecutivo. Tanto el presidente del bloque libertario, Oscar Zago, como el titular de la Cámara, Martín Menem, sufrieron un desgaste político significativo que empañará su rol en las próximas negociaciones.
A pesar de que al bloque libertario la sumatoria de perfiles como Ritondo o Silvia Lospennato, con una nutrida trayectoria legislativa, le daría aire, en Pro dudan del margen de acción que puedan tener. Saben de las dificultades que podrían surgir y no pretenden inmolarse por un Gobierno ajeno. Por eso, en la cúpula Pro coinciden que cualquier acercamiento deberá ser en el marco de un “acuerdo orgánico” que “agregue valor”. “Si no serían cargos y nada más”, consideraron.
Fuente La Nacion