Una combinación de factores alcistas abre las puertas a un buen escenario comercial para el girasol argentino. Por un lado, la relación stock/consumo mundial de los ocho aceites vegetales caería al 14,9%, es decir, 1% por debajo del ciclo anterior, principalmente por un fuerte aumento del consumo.
Otra de las causas de este comportamiento es la caída del 9% del stock de aceite de palma, cuya producción no creció por la seca generada por El Niño en Malasia e Indonesia. Otro factor que favorece al girasol argentino es la caída del 33% de la producción de colza en Australia, también afectada por condiciones de sequía.
Al analizar el caso particular del girasol, Carlos Poullier, director de AZ-Group, dice que “según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos la producción mundial de grano sería muy buena y llegaría a 55 millones de toneladas, pero la fuerte demanda determinaría que los stocks finales caigan a 3,9 millones en el ciclo 2023/2024, un 29% por debajo de la campaña anterior. En el aceite de girasol también hay una reducción del 8% de las existencias mundiales respecto del ciclo previo, con proyecciones de disminución de la relación stock/consumo de 16% en 2022/2023 al 13,5% en 2023/2024″.
Firmeza en el nivel local
A la situación descripta hay que agregarle el conflicto en el Mar Rojo, donde terroristas hutíes atacan buques comerciales de banderas occidentales. Esta “es una vía muy importante de transporte del aceite de girasol producido en el Mar Negro hacia el mercado asiático y los ataques provocan que los barcos deban tomar rutas alternativas bordeando el continente africano, lo que aumenta las posibilidades de colocación del aceite de girasol argentino”, expresa el técnico.
En el plano local, la cosecha se estima en 3,8 millones de toneladas. Es una producción modesta que se volcará en un mercado mundial en el que a partir de marzo/abril decrecerá la oferta de aceite de Ucrania que, junto con Rusia, estuvieron muy activas en los últimos cuatros meses, lo que deprimió los precios.
Es esperable que a partir de esa fecha merme la oferta del Mar Negro, lo que fortalecería la tendencia alcista del precio que se observa actualmente. En el mercado local se ofrecen valores de hasta US$350 por tonelada sumando bonificaciones y existen posibilidades de nuevas subas. Habrá que esperar que se vayan concretando, ante lo cual la recomendación de Pouiller es no apurarse a vender y esperar una mejora gradual de los precios.
Fuente La Nacion