Con el inicio del nuevo ciclo lectivo asomándose en el horizonte, la vuelta a las aulas trae consigo cosas muy significativas tanto para las familias como para los propios alumnos.
Entre los aspectos a destacar está la carga que llevan sobre sus hombros día a día los estudiantes: las mochilas escolares. En este contexto, la cuestión del peso adecuado y la forma correcta de armarlas se vuelve crucial para prevenir lesiones en la espalda de los más jóvenes.
En este sentido, la educación sobre cómo ordenar las mochilas correctamente se convierte en una herramienta fundamental para prevenir futuras complicaciones y garantizar un regreso a clases seguro y saludable.
Regreso a las aulas: cuál es el peso que deben tener las mochilas
Es esencial entender cómo el peso y la distribución del contenido de las mochilas pueden impactar en la postura y el desarrollo físico de los niños y adolescentes.
Los kilogramos que los estudiantes llevan puede representar una carga significativa para su columna y hombros, con consecuencias que van más allá de lo inmediato.
En algunos casos, la cantidad de materiales que trasladan supera incluso el 15% de su peso corporal, un umbral crítico señalado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como potencialmente perjudicial para las vértebras de la columna de los más pequeños.
Esta situación plantea la necesidad de abordar la forma en que las mochilas se cargan y el peso que llevan los niños a diario, para evitar complicaciones a largo plazo en su salud vertebral.
Regreso a clases: ¿cómo debería ser la mochila ideal?
La mochila ideal es aquella que se ajusta correctamente a la anatomía del estudiante, descansando y adaptándose a la curva de las vértebras dorsales. Debe terminar unos cinco centímetros por encima de la zona lumbar para evitar cargar esa área sensible de la espalda.
Para garantizar una distribución equitativa del peso, las correas de la mochila deben ser acolchadas y ajustables, proporcionando comodidad y estabilidad.
Según el médico traumatólogo especialista en patología de la columna del Hospital de Clínicas de Buenos Aires, Andrés Ferrero (MN 118.271), la clave para prevenir lesiones está en llevar solo lo indispensable y distribuirlo bien.
En tanto, el médico resalta que: “puede contribuir una buena organización previa de los materiales y la posibilidad de dejar en la escuela algunos, como los libros. También es importante reducir el tiempo de carga en los hombros“.
¿Son recomendables las mochilas con ruedas?
Los expertos de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) coinciden en que si bien los carritos escolares tienen la ventaja de no cargar peso sobre los hombros, su uso implica una carga asimétrica que puede tener consecuencias en el miembro superior que lo arrastra.
Especialmente al subir y bajar escaleras, esta asimetría combinada con las mayores fuerzas dinámicas requeridas para el ascenso y descenso podría provocar estrés excesivo sobre el complejo hombro/brazo. Esto generaría adaptaciones de la columna vertebral en rotación.
Si bien los carritos ofrecen un alivio aparente para los hombros de los estudiantes, no están exentos de riesgos para su salud musculoesquelética, especialmente en situaciones donde se requiere una movilidad compleja.
Ante eso, el especialista en quiropraxia Marcelo Barroso (matrícula 9784) explica que: “tampoco el carrito es la solución porque lo que se hace es lateralizar el problema y un peso que debe cargarse en la parte posterior del cuerpo se lleva lateral con el carrito”.
¿Cuáles son los útiles escolares más importantes?
Dentro de la gran cantidad de cosas que los estudiantes llevan a la escuela y, que al mismo tiempo deben cargar en sus hombros, están:
- Cuadernos
- Lápices y lapiceras
- Goma de borrar y sacapuntas
- Liquid paper
- Regla y escuadras
- Cartuchera
- Calculadora
- Libros
- Agenda o planner
Ante lo mencionado anteriormente, es necesario que cada cosa se adecúe de manera equitativa, correcta y necesaria. Un mal uso de la mochila, prolongado en el tiempo, podría generar importantes lesiones.
Fuente El Cronista