Sea por una cuestión de salud o por recomendación médica, muchas personas optan por dejar de tomar café, una de las bebidas más consumidas en Colombia y el mundo.
Si sos de los que tiene que evitar su consumo, pero no desea perder el efecto que tiene en el organismo, hay una serie de alimentos que también lo propician.
100 miligramos de café equivalen a tres tazas. Cada una de ellas contiene alrededor de 20 miligramos de cafeína -siempre y cuando la taza sea pequeña-.
Según un estudio de la Universidad Política de Catalunya desarrollado por la especialista en química, Eva María Carral, existen alimentos como el chocolate y el té negro, que también contienen un alto grado de cafeína.
Chocolate negro
De acuerdo con el estudio en mención, una barra de chocolate negro contiene alrededor de 68 miligramos de cafeína.
Por lo tanto, en caso de consumir este producto, hay que hacerlo con moderación para no ingerir más de la dosis recomendada de cafeína.
Si consumiera la totalidad de la barra, sería como si se tomara tres tazas de café.
Té negro
El té negro contiene de dos al cuatro por ciento de cafeína. Para el portal Medline Plus, esta infusión se elabora a partir de las hojas fermentadas de la planta Camellia sinensis.
Contiene antioxidantes y otras sustancias que podrían ayudar a proteger el corazón y los vasos sanguíneos.
Por su contenido de cafeína, esta bebida también puede ayudar a mantener el organismo en alerta y en algunas personas puede ayudar a aliviar el dolor de cabeza.
Bebidas energizantes
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Si bien estas bebidas contienen más cafeína que el mismo café, no se recomienda su consumo porque contienen otras sustancias que no son beneficiosas para el cuerpo humano y que interaccionan de manera negativa.
Estas bebidas contienen hasta 115 miligramos de cafeína por lata o envase. Si se consumen en exceso, podría provocar diferentes reacciones en el organismo, por ejemplo, una sobreestimulación del sistema nervioso, insomnio y ansiedad, entre otros.
Recordá que antes de cambiar la alimentación, lo adecuado es consultar con un médico.
Por Luz Ángela Domínguez Coral
Fuente La Nacion