MADRID, España.- El informe “Cuba colapsa y también se apaga”, presentado por el economista Emilio Morales y publicado este miércoles por Cuba Siglo 21, analiza la crisis que está sumiendo a la Isla en la oscuridad tanto literal como figurativamente.
Después de décadas de descuido en el mantenimiento y modernización de su matriz energética, Cuba se enfrenta a un déficit crónico en la generación de electricidad. Las averías constantes en las plantas eléctricas, la escasez de combustible y la falta de financiamiento para las reparaciones han desencadenado apagones prolongados, manteniendo a la población en un estado de desesperación creciente.
Con una disponibilidad de electricidad que apenas alcanza los 2.097 MW frente a una demanda máxima de 3.000 MW, el déficit energético se sitúa en un alarmante 31.1%. Esta disparidad podría empeorar en las semanas venideras, agravando aún más la situación, considera Emilio Morales.
Asimismo, destaca que los desafíos energéticos de Cuba carecen de soluciones inmediatas. La Isla depende en gran medida de las importaciones de petróleo y gas natural, careciendo de recursos internos para satisfacer su demanda energética. Además, la transición hacia fuentes alternativas de energía se ha visto obstaculizada por la falta de inversión y planificación adecuadas.
La infraestructura de generación eléctrica en Cuba es obsoleta y en muchos casos resulta impracticable su reparación. El documento apunta que se requerirán de seis a ocho años (algunos estiman que diez) y una inversión multimillonaria (10.000 millones de dólares) para reconstruir la capacidad de generación termoeléctrica.
Actualmente, del total de la capacidad instalada para la generación de energía solo el 5.26% corresponde a energía renovable.
Las recientes medidas económicas anunciadas por el régimen, incluido el aumento de los precios de los combustibles y la electricidad, no abordan los problemas fundamentales y solo aumentarán la inflación y la distorsión económica en el país.
Uno de los principales obstáculos para la resolución de la crisis energética y económica radica en el modelo económico estatista y totalitario vigente en Cuba. La falta de credibilidad financiera del gobierno, la ausencia de un mercado capaz de atraer inversión extranjera y la resistencia al cambio hacia una economía de libre mercado son barreras significativas para la recuperación.
La solución propuesta por Morales incluye la transición hacia una economía de libre mercado. Solo a través de la eliminación del modelo centralizado y la implementación de reformas estructurales que fomenten la propiedad privada y la inversión extranjera, considera el especialista, Cuba podrá salir de su crisis energética y económica.
Fuente Cubanet.org